One-Shots Kuroko No Basket x Lectora

Kiyoshi Teppei #1

Aquel chico dejó el club de basket tras haber ganado la Winter Cup y sometió a la operación de su rodilla.

Pero, a pesar de haber dejado el club no dejaba de hablar con el equipo. Es más, se volvieron más unidos.

Apoyaron al chico en el día de su operación. Y lo visitan todos los días después de eso.

Teppei despues de que le quitaran el yeso comenzó a ir a rehabilitación y compartía cuarto y horarios con una chica llamada (1) que había sido operada de los tendones de las piernas.

El primer día que se vieron él quedo atrapado por sus encantos, sus ojos pero sobre todo, quedo atrapado por su sonrisa.

-Teppei.

La entrenadora, Riko y su mejor amigo Hyuga entraron a aquel dormitorio. Los dos siempre venían a la tarde los días de clases, y de vez en cuando con casi todo el equipo.

-Hola, bienvenidos.

-Te compré algo dulce para comer, ya que mi amigo de al lado no me dejaba prepararte algo con mis propias manos.

El lesionado sonrió mientras que Riko le lanzaba una mirada asesina a Hyuga y él se ponía nervioso.

-Con permiso. Ah, tienes visita Teppei.

(1) entraba por la puerta con ayuda de su silla de ruedas y una enfermera, ella fue operada de los tendones de sus piernas y espera recuperarse para poder caminar.

-Bienvenida (1)-chan. -saludó él con una sonrisa.

-Hola chicos. Espero que no les moleste pero, vengo muy cansada de rehabilitación, es mas doloroso de lo que creí.

-(1)-san, voy a colocarle el suero.-habló la enfermera.

-Claro.

Ella tomo aire y la enfermera le colocó el susodicho, una vez dentro la aguja ella soltó el aire.

-Bien, los dejo chicos.

-Gracias.-respondieron todos.

Ella siempre estaba leyendo un libro. Al castaño le recordaba a cierto peliazul.

-(1).-alguien abrió la puerta y era una chica con un uniforme.

-Mine-respondio ella con alegría -, ¡me alegra verte! Ven pasa.

-Hola Kiyoshi-kun.

-Buenas Yoshina-san.

-(1)-chan, te traje algo dulce, adivina que es.

-¿Chocolate?

-Nop.

-¿Gomitas?

-¡Si!-dijo ella sacando un paquete de las susodichas.

-¡Muchas gracias Mine!

-Por nada.

Aquella amiga miraba a (1) con mirada de pena, miraba sus piernas.

-¿Cuándo podrás caminar?

La come-gomitas miró a su amiga.

-No lo sé, tengo que ir a rehabilitación, cuando me saquen las férulas.

-Bien, porque queremos que vuelvas.

-Claro, lo siento. -aquella chica que hace un momento estaba comiendo con una sonrisa se volvió triste y dejo el paquete de lado.

-Tengo sueño, Mine, el día de hoy estuvo muy difícil la rehabilitación.

-Bueno, que descanses, te visito mañana ¿si?