Capítulo 11 "Mentir por una buena razón"

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Cuando de pronto me volvió a tomar del brazo y me jalo hacia él, muy cerca y entonces me beso a la fuerza, al principio puse resistencia pero mis sentidos ya estaba a punto de colapsar, solo sentía el deseo de seguir besándolo y así lo hice, ya no forcejeaba entonces el bajo sus manos en mi cintura y yo subí las mías en su cuello, no había tiempo ni espacio, todo se había detenido y yo simplemente lo sentí mío, como siempre quise que fuera... entonces recordé donde estaba como fue que empezó todo esto y me separé de él, lo empuje.

— Que te pasa —le dije y le di una bofetada muy fuerte, talvez no se lo merecía por el beso ya que yo también le correspondí pero lo merecía por las cosas que dijo de mí —no se te ocurra volver hacerlo, esta es tu manera de solucionar las cosas —solo me observaba entonces afortunadamente vi un taxi pasar, hice que parara y me subí.

Llegue a la casa pero no había nadie, mi madre aun no llegaba, entonces aproveche para ir al despacho, quería corroborar algunos datos, ver papales, ya que Leonardo aun es la mano derecha de mi madre, ella me había dicho que esa tarde regresaría y estaba casi segura que su cena era con él, tenía que averiguar si él estaba haciendo manos manejos con el rancho, si era capaz de acabar con una joven claro que podría hacer cualquier otra cosa, entre y empecé a revisar las cada papel en el escritorio, en las gavetas, hasta el momento no había nada extraño, entonces encontré un papel donde vi una cifra muy alta de un retiro de dinero a nombre de Leonardo, me imagine que mi madre no sabía de esto, era realmente una cifra muy alta, yo estaba en lo cierto, de pronto escuche ruidos era mi madre que venía con un Leonardo lo supe por su voz, no podía llevarme el papel tenía que dejarlo donde lo encontré pero estaba segura que regresaría por él.

Salí del despacho a tiempo pase por la cocina y ahí salí para encontrarlos.

— Mama llegaste como te fue —la saludé.

— Andreita, Andreita estas de vuelta, tu madre está muy contenta de que este aquí —dijo Leonardo.

— Leonardo, si estoy aquí, como estas tu —lo salude y el me dio un abrazo, tenía que aceptarlo, cuando me fui aun nos llevábamos bien, yo confiaba en él, pero descubrí que no era así, no me convenía que supiera que yo estaba buscando pruebas de sus fechorías con el rancho y mucho menos con la denuncia —mi madre subió a su cuarto por un momento.

— Que bueno verte, espero no vengas a quitarme el puesto de administrador —dijo en tono de broma.

— No como crees estoy aquí solo por unos días, regresaré a París muy pronto, pero no le digas a mi madre, aun no se lo digo, estoy segura que tu estás haciendo un buen trabajo con el rancho —dije y le sonreí.

— Eso no lo dudes, me retiro estoy muy cansada, te quedas en compañía de mi madre —en ese momento mi madre regresaba— mamá feliz noche.

— Descansa Andrea.

Los deje en la sala, subí a mi cuarto, y de nuevo pensé en Samuel, como pudo darme un beso y lo peor fue que yo le correspondí, no sabía cómo iba a verlo a la cara, no podía reclamarle, por otro lado él podría alegar a su favor que me beso porque ya quería que yo siguiera discutiendo con él, pero si él me preguntaba porque había correspondido al beso, yo no podía decirle la verdad, que estoy enamorada de él, que siempre lo había estado, desde antes que me fuera a París, ya no podía verlo más, con el pretexto de que estaba enojada ya no lo vería más, si esa era la mejor decisión, pero al final del día era el menor de mis problemas ahora tenía que buscar la manera de sacar ese papel del despacho para poder tener pruebas en contra de Leonardo.

A la mañana siguiente muy temprano casi de madrugada me preparé y baje al despacho esperando que el papel estuviera en el mismo lugar que el día anterior la verdad no quería volver a buscarlo, entre al despacho y ahí estaba, lo tome y salí de la casa, fui porque quería tener una copia del documento, pude haberle sacado un foto claro cosa que hice, pero tener copia del papel podría servirme también, regrese me tarde más de lo que pensé, ya era la hora del desayuno pero aun no era hora de que Leonardo llegará, pero mi madre ya estaba levantada, entre la conversación logre que me dijera que Leonardo no llegaría hasta medio día, eso me daba tiempo de devolver el papel pero con mi madre en la casa no podía, ella ya no me creería que tenía que revisar cosas, yo ahora no tenía nada que ver con el manejo del rancho, pero sabía que ella saldría a medio día talvez tenía unos minutos de ventaja y dejar el dichoso papel.

Espero hasta que fuera esa hora y pues estaba nerviosa, yo no hago cosas que parezcan malas claro que con buena intenciones, entre la despacho en silencio tenía que ser rápida, cuando escuche una voz detrás de mí.

— Andrea —dijo.

Mi corazón se paralizó aún tenía el papel en la mano, por lo nerviosa que estaba no identifique la voz y cuando voltee a ver quién era lo vi, de nuevo Samuel, pero que hacia ahí, en este preciso momento.

— ¿Pero qué haces aquí?

— Solo quería hablar contigo

— Pero como entraste, no, tienes que irte, ahora mismo

— No hasta que hablemos —dijo con determinación.

— Cállate, tienes que irte

Estaba a punto de sacarlo cuando entro Leonardo, me asuste tanto, solo nos vio y yo no sabía qué hacer, aún tenía ese maldito papel en la mano, el me vio y yo entonces reaccione.

— Leonardo tienes que sacarlo de aquí, él no tiene nada que hacer aquí —grité— tenía que impedir que supiera que yo estaba ahí por ese papel, seguí gritando como loca como antes lo hubiera hecho tratándose de Samuel —ya te dije que te fueras, que no entiendes.

— Ya la escuchaste, que te vayas ahora mismo o te lleno de plomo, él solo nos vio y se fue.

— Andrea que pasa, como fue que entro aquí.

— No se

— Y ese papel que tienes en la mano

— El... él estaba intentando llevárselo —y se lo dí, Leonardo lo tomó y cuando lo leyó palideció pero trato de mantener la calma— ¿de qué se trata? —dijo y él también como yo era un buen actor.

— Ese desgraciado, este papel, seguramente estaba tratando de dejarlo aquí para poder acusarme luego, mira— me dio el papel.

— Pero esto es una gran suma de dinero —le dije fingiendo, el juego seguía.

— Sabes que yo no sería capaz de esto Andrea.

— Claro que no —le dije y lo vi a los ojos.

— No te preocupes me desharé de esto y dejaré más vigilancia para que ninguno de esos tipos entre aquí de nuevo, son una lacra.

— Tienes razón siguen siendo los mismos de antes, son unos desgraciados —dije aunque obvio no lo creía— sería bueno que no le dijéramos a mama sobre esto, solo complicaría las más cosas.

— Tienes razón —dijo Leonardo pero yo estaba segura que lo hizo por su bien, ya que si le contaba a mama ella era capaz de poner una denuncia en contra de Samuel y entonces las cosas podrían complicarse, sin duda Leonardo no le convenía estar envuelto en un lio legal.

Subí a mi habitación todo había sido una locura, mentí, fingí, y al parecer Leonardo me creyó, pero todo tenía un propósito, lograr que ese desgraciado pagará no solo por lo del rancho sino por lo del Alma, yo si estaba segura que era él el asesino, si lograba que atraparan a Leonardo entonces los Gallardo podrían estar talvez en paz con mi madre, ellos no la odian pero creo que aun sienten resentimiento con ella por como trato a Alma esa noche creyendo que eso la orillo a suicidarse, yo tenía que lograr que la familia estuviera unida.

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Espero que les haya gustado.

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