F. Extra: Extorsión

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Luka: ¿Por qué?- Dice con el ceño fruncido, un puchero, su expresión de niña pequeña contrasta dramáticamente con el resto de ella. Nico la mira, no puede evitar que su cara de niña regañada le de risa y tampoco puede evitar mirar el resto de ella.

Llevaba un "baby-doll" negro, con detalles de encaje, un par de bragas es la única otra prenda que tiene puesta y estaba sentada a horcajadas sobre Nico.

Están en su casa, solos. Aún no tienen hijos, para disgusto de Hades (Quien aún espera que su nieto lleve por nombre 'Hades Jr.') de Helena y, sorpresivamente, de Perséfone. La diosa de la primavera había empezado su propia campaña personal de "Llevarme bien con el niño ese" para poder conocer a los bebés del inframundo que ni soñaban con nacer. Al final, Nico se harto de Perséfone siguiéndolo todo el día, por mensaje iris y en persona, y accedió a ir a tomar el té con la diosa.

Cuando Luka vio a su marido volver a casa, Nico estaba algo... Traumado.

Y tenía muchas coronas de flores.

Llevan apenas 2 años de casados. Luka tiene 20 y Nico 23.

Nico: Porque aquí el que manda soy yo.- Con una sonrisa lasciva y mirada lujuriosa clavada en los pechos de Luka, él la sujeta por las caderas.

Luka: Pero no te mataría dejarme tener el control.- Luka sujeta su rostro con ambas manos, su tono de voz es suplicante.- Por favor.

Nico se incorpora y ella queda sentada en sus piernas, sujeta a su cadera.

Nico: La sumisa, tú, debe obedecer al amo sin quejarse ¿No?- Dice paseando sus manos por el torso de ella.

Luka: Vale, Nico Grey.

Nico: ¿Vas a ser una sumisa obediente?- Dice pellizcando sus pezones.

Luka asiente con la cabeza, no puede hablar porque Nico está deshaciéndose de su vestidito y aprovecha para rozar su cuerpo. Pronto ella está en bragas pero él aún lleva su pijama.

Nico: ¿Y que querías tú?

Luka: O sea, ya no lo quiero... no tanto.

Nico: Dime, Luk, -Susurra en su oído a la vez que apretuja sus esponjosos senos y juega con ellos-dime, ¿Qué me dijiste cuándo despertaste?

Luka: Que quería tener el control. -Habla a duras penas porqué Nico la acaricia lentamente y eso la desespera.

Nico: Inocente, Luk, aquí quien tiene el control soy yo. Fuiste desobediente, Luki, tendrás un castigo.

Nico la besa, hambriento de más, ella cierra sus ojos por acto reflejo y Luka siente su mano tocarle la curva del cuello, los senos, la cintura, sus caderas, los muslos exteriores, y cada vez más cerca de su feminidad.

Su boca muerde y succiona la piel de su cuello y ella gime en su oído, baja a sus pechos. Nico adoraba sus pechos. Eran la mejor almohada que había tenido en la vida. Los lamia y succionaba y mordía y recibía un premio.

¿Qué almohada te daba premios por morderla?

¡Ninguna!

Además, los pechos de Luka tenían lunares y Nico podía seguir los lunares con un sharpie y reírse de Luka.

Pero también tenían una cosa mala.

Si Luka se enojaba, no dejaba que Nico jugase con sus pechos. Eran un arma de doble filo para el pobre hijo de Hades.

Luka: Nico...dame más.

Nico la pone debajo del él, de un tirón brusco se deshace de sus bragas y lentamente pasea sus largos dedos por la intimidad de Luka, luego mete lentamente uno de sus dedos y lo deja allí, quieto.

¿Diga? |Nico di'Angelo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora