Estocolmo capitulo 5

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El pines menor escucho sin interrumpir y, a pesar de que ford promete contar todo sabia que estaba ocultando mucho, pues su lenguaje corporal y su cara lo decían.
Stan no sabia que decir, esa historia era tan triste, nunca pensó que su hermano pasará por esa situación, pero Stan lo entiende, pues estuvo en la misma situación que su hermano algunas veces, y también del lado contrario, pero la verdad, Stanley no iba a contar sus secretos el iba aguardar esos pecados para siempre dentro de si mismo y dentro de su tumba. El silencio reino durante algún tiempo, hasta que Stan decidió hablar rompiendo toda la terrible tensión.

-Lo siento -lo toma del hombro apretando un poco -de verdad lo siento mucho.

Ford estaba como estoico igual que una roca, pretendía no demostrar su sentimiento, no quería , hasta que fue tocado por esa mano cálida, la cual hizo que se desmoronara de sobremanera. Las lágrimas comenzaban recorrer por sus mejillas, sus cejas torcidas igual que su boca, dientes apretados, largas respiraciones entrecortadas comunes en el llanto, Stanford aplastaba su cara en el pecho de Stanley, mojando su blanca camisa abotonada a cada lamento, aferrando sus puños a esa tela pareciendo que la rompería en cualquier momento. El Pines menor solo podía sobar con delicadeza la espalda de su gemelo, esperando a que terminara de desahogarse.

-¿Te encuentras bien Ford? -preguntaba un Stanley sentado en una silla, sosteniendo una lata de cerveza

-Si -contesto su hermano secamente con la voz ronca, con ojos rojos miraba el suelo.

Ford tenia ese gran dilema, tener al producto o no. Después de haber confesado la razón de su embarazo ahora ya es mas difícil esa decisión, si lo tiene Ford debía ver la cara de aquel que lo mantenía en constantes abusos, pero si no lo tenia, quien sabe el daño que pueda hacerle a su cuerpo al tratar de sacarlo, además quien es para impedirle la vida a cualquier ser vivo, eso seria una injusticia, cosa por la cual luchó antes, pero a causa de una injusticia, ahora tiene ese ser dentro suyo, el hombre estaba entre la espada y la pared, en realidad no estaba tan bien como le decía a su hermano, pero al menos debía aparentar.

-¿Entonces ya decidiste? Lo que vas a hacer con... con él...

-Producto -contesta igual que la vez pasada- no se muy bien lo que debería hacer con el producto.

-Tenerlo

-¡No puedo hacer eso!

-Darlo en adopcion

-¡Tampoco puedo hacer eso!- al fin y alcabo era su responsabilidad

-¿Entonces que quieres hacer Ford?!, no tenerlo es una opción, pero debes decidir bien, po-porque el, a-aborto es ilegal en muchas partes del continente, si odias tanto a lo que llevas dentr...

-¡¿Quien dijo que lo odio?!

Ambos callaron, en otro incómodo silencio nuevamente.

-¡Maldición Stanley!... ¿Quien dijo que lo odio? -dijo en un susurro casi inaudible bajando la mirada.

-Nadie lo dijo, lo siento

-Es solo que no se que hacer, me siento como en completa oscuridad, como si estuviera en un tren descarrilado, en una trampa sin salida, tan encerrado -Stan suspiro y casi de inmediato supo por lo que su hermano esta pasando, sabe lo que necesita, aunque será difícil, pues situaciones de ese tipo son muy difíciles de tratar, eso lo sabe Stan de primera mano.

-Perdónalo -soltó hincándose frente a el reposando ambas manos en las rodillas dobladas de Ford, mirándolo desde abajo a los ojos.

-¿A quien?

EstocolmoWhere stories live. Discover now