Ginna se pregunta por qué debe crecer.
Los adultos parecen tomar demasiada importancia al aspecto físico y a el estar aseados.
Cosa que a Ginna se le dificulta bastante para ser sinceros.
Ella ama saltar en los charcos de lodo y agua cuando llueve. Y salir a jugar sin caerse o rasparse parece tarea imposible. También le parece muy difícil el comer sin mancharse, ¡la comida parece querer ir directamente a su ropa en vez de a su boca!
Y a pesar de que adora lucir como princesa de cuento de hadas con sus lindos vestidos, sus perfectas coletas y su pulcro calzado, admite preferir un trillón de veces más el caminar descalza sobre la tierra sucia a ser una limpia princesa.
Porque después de todo, ¿qué sentido tendría ser un niño sin ensuciarse? Si prácticamente manchas es sinónimo de diversión.
