Los profesores son sobornados con tus pequeños labios, con tu fingida risa, y tu rostro de niña inocente.
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Los profesores son sobornados con tus pequeños labios, con tu fingida risa, y tu rostro de niña inocente.
Los profesores son sobornados con tus pequeños labios, con tu fingida risa, y tu rostro de niña inocente.