BE ALONE --> Michael Clifford

Capítulo 2

Anoche no pude dormir como se debe.
Para empezar la risa de aquel chico misterioso.
¡No me dejaba en paz! Era como un maldito audio de voz que yo misma repetía en mi cabeza una y otra y otra vez.
Me torturaba a mi misma.
Luego pensé en la mudanza. Creo que pasar el día disfrutando de California sería una buena idea.
Pero, con quien? Sería muy patética ir a la playa sola.
Tal vez, me dedicaría a recorrer y encontrar un buen lugar para leer.
Si, ese era mi gran plan para disfrutar mis últimos días en California.
Me levante, hice mi rutina diaria.
Me vestí con una remera holgada color gris, unos jeans negros razgados y mis convers negras.
Me mire al espejo. Y pensé ¿Qué hay de mal en mi?
En mi vestir era muy sencilla pero también estaba a "la moda"muchas chicas vestían igual.
Mi piel era de tez morena. Tal vez un poco más clara. Cabello castaño obscuro.Ojos color miel.

Pero no. Yo seguía siendo la rara. Sin amigos etc.

Salí de mi casa, con ese pensamiento. Tal vez cambie mi estilo al llegar a Australia.

Oh no les conté. Nos mudaremos a Australia. Cool verdad?
Siento mucha emoción por conocer cada uno de esos lugares tan turísticos que Australia tiene.
Sin duda será muy entretenido . Y quien dice tal vez, hasta haga amigos.
Y oh. Tal ves hasta consiga un novio.

*reí* al parecer hoy estoy de humor.

Llegué a la escuela, pensando en..Nada. todo iva bien hasta la hora del almuerzo.
Cuando me senté en mi mesa. Sola, estaba apunto de empezar a devorararme todo ya que, moría de hambre.
Y de repente. Siento una mano sobre mi hombro.
Giro lentamente. Y me encuentro con el par de ojos azules Más profundo que había visto en mi vida. Esos que te hipnotizaban y te llevaban hacia otro mundo, otra galaxia, al infinito y más..
Okay. Me entendieron.
Nose cuanto tiempo estuve mirando esos hermosos ojos.
Pero habrá sido demasiado. Ya que sentí que alguien tosia falsamente.
Desvíe mi mirada a los labios de donde esa tos falsa provenía. Mala idea.
Otra vez embobada. Me sacaron de mi trance.

-Si quieres probarlos, tan sólo debes pedirlo- dijo James con una voz totalmente seductora-

James.

Esperen.

¡James!

¡Que carajos hacia James hablandome!
Trague saliva con dificultad.

-Bueno....Yo , n-no ..- quede en cero- Aaaahm.

-Tranquila -me regaló una sonrisa matadora-No es necesario que digas nada. Yo sólo ..- se rasco la nuca nerviosamente- veraz..

Ahora era el quien parecía nervioso. Es decir JAMES nervioso?¿ En que planeta?

-Sólo..te seré breve, ohí que mañana es tu último día aquí y veras. Es muy difícil decirte esto. Después de tanto tiempo, simplemente ignorarlo. No te imaginas las veces que quise hablarte, tu siempre tan solitaria y yo. Rodeado de aduladores que ni siquiera me quieren - Bajo la cabeza e hizo una mueca- Sabes, aprovecharé los últimos dos días que tienes aquí. Y voy a tratar de conocerte. De conquistarte, pasar tiempo contigo y...

No. Yo sabía bien a donde iva esto.
El chico más popular de la escuela. Hablandome a mi? . Por supuesto que No.

-No sigas McVey. No es necesaria tu pena. Estoy bien sola.- escupi con furia- Y sabes? Si es algún tipo de broma de "molestamos a la rarita" pues ya. Se acabó, lárgate. No conseguirás nada de mi.

Me miró sorprendido

-No, espera déjame terminar Ari-suspiró- no somos tan diferentes -se sentó a mi lado y tomó mi mamo- Yo tengo a muchas personas a mi alrededor, sin embargo, nadie está por mi amistad. Todo lo contrario y eso me hace sentir tan sólo. Aún más que tu.
Tu estas sola..tal vez no tengas amigos.
Pero tienes a tus padres. Que si. Estoy seguro Que te aman. Y jamás te dejan sola. ¿O me equivoco?

Me quede helada. Nadie nunca me dijo esas cosas. Ni tampoco yo me había puesto a verlo de ese modo.
Me sentia egoísta por alguna razón.

-Sabes, me encantaría contarte más de mi. Pero lo haré, sólo si me esperas en la plaza que esta pasando el Starbucks de aquí a la vuelta- me miró tiernamente- no fallaré, lo prometo. Se que no me crees, o que tal vez desconfies pero.

-Esta bien. Te creo James. Iré -le dije calmadamente mirándolo a la profundidad del mar, que sólo el tenía en sus ojos-

Sonrió

Si tan sólo dejara de creer en cuentos.