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Rin - no lo puedo creer, no sabes cuánto lo siento, no me había fijado que eras tú.

Len - Alegaba la rubia mientras ayudaba a levantarse a aquel chico tan peculiar de cabellera azul rey.

Kaito - no te preocupes - soltó una carcajada - supongo que él es el mayordomo del que tanto hablan en la escuela.

Len - Kagamine Len, mucho gusto, y, mis más sinceras disculpas - dije con una mirada fría.

Kaito - aguarda un momento, ¿eres de la familia Kagamine?

Preguntó bastante entusiasmado y sorprendido a la vez - ¿este tipo sabe sobre mi familia? - me pregunté algo nervioso.

Len - me temo que no es algo amable robar la plática a la señorita Rin.

Kaito - ¡ah! ¡Claro! ¡Rin chan! Me transfirieron a esta escuela, que suerte encontrarte aquí.

Di un pequeño y discreto suspiro de alivio al notar que la atención del chico volvió a la rubia.

Rin - uh, sí, entonces, ¿hablabas de una fiesta?

Kaito - sí, bueno, ya sabes, después de estos años quería pasar tiempo con mi mejor amiga - aclaró y puso una mano en su nuca - entonces, ¿qué dices? Estoy ansioso por escuchar lo que ha sido de tu vida desde que dejamos de contactarnos.

Rin - sería divertido - capturó toda mi atención con esas palabras - pero tengo planes para esta tarde, ¿te importaría si salimos otro día?

Kaito - ya veo, ¡claro! Bueno, tengo que ir con unos amigos, ¡adiós! - se despidió amablemente y salió corriendo ansioso de ahí.

Un enorme dolor de cabeza me forzó a sentarme en una silla frente aquella mesa redonda. Las voces de cada alumno alrededor invadían mi cabeza, sólo me aturdía más, y, por más que intentaba, no podía deshacerme de aquel dolor - ¿qué me pasa? -.

Rin - entonces, ¿qué haremos esta tarde?

Len - ¿disculpa?

Pregunté esperando que repitiera lo dicho, pues no capté muy bien lo que balbuceó.

Rin - dijiste que yo tenía planes para esta tarde, ¿no es así? Ahora tendrás que invitarme a algún lugar.

Len - sin embargo, el divertirme contigo no está en el contrato.

Rin - ¡vamos! Si incluso has perdido la formalidad al hablarme, podríamos sólo ir a comer un poco de helado saliendo de la escuela, después de todo, estarás ahí para cuidar de mí.

Len - nuevamente, esto no es parte de mi trabajo - dije un poco molesto por aquel dolor de cabeza que no quería desaparecer.

No sé cómo, pero al final, la chica prácticamente me ha obligado a invitarle un helado, cosa que aumentó mi dolor de cabeza mientras caminábamos a la heladería que está en el parque público. Preferiría mil veces estar nuevamente en el salón de clases a encontrarme aquí con esta niña inmadura.

Rin - yo pediré un helado de vainilla, ¿y tú? - cuestionó inocentemente mientras daba saltitos sin apartar la vista del suelo.

Rin - ¡un salto! ¡Otro salto! - pensaba para mis adentros mientras daba pequeños brincos con los pies juntos para seguir el paso de mi mayordomo, sin embargo, al no quitar la vista del suelo, choqué ligeramente con algo frente a mí, y aunque casi perdía el equilibrio, miré al frente. Me encontré con una espalda algo robusta que a esa distancia me dejaba percibir un agradable aroma a perfume masculino. Una coleta rubia. El uniforme escolar que tan bien le quedaba y un silencio absoluto - desde este punto de vista es muy alto - pensé y acomodé ligeramente la mochila en mi hombro.

Mi querido mayordomo...*rinxlen*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora