El beso (Capitulo XXX)

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No me aparté de él, me dejé llevar por las ganas acumuladas, sin parar el beso me llevó al baño, me subió al fregadero y lo acerqué a mi, su mano paseaba por mi espalda mientras la otra me sujetaba la cara con fuerza, sin darme cuenta poco a poco fue bajando a mi cuello y salieron de mí varios gemidos, mordía mi labio con fuerza para callarme pero no lo conseguí.

—April, aquí no.
—No, vamos a mi casa.
—Vale. —Me cogió de la mano y me sacó fuera del Bolling Room.

Llegamos a mi casa, abrí, entramos y de repente Elliot me cogió y me tumbó en el sofá, me desabrochó el sujetador y me quitó la camiseta sin cesar con los besos por el pecho y el cuello, semidesnuda me cogió y me subió a mi habitación donde echó el pestillo y se lanzó sobre mí.

—April, ¿seguro?

Sin contestarle poco a poco fui besándole el cuello, le quite la camiseta dejando su abdomen a la vista, me mordí el labio al verlo y él me besó con pasión. Me tumbó y me bajó los pantalones, empezó a besar mi monte de Venus y de repente su lengua se encontraba en mi centro húmedo, gemí alto y claro y sujeté su cabeza para que continuase con la acción, su lengua recorría mi clítoris y hacía círculos en él, pensaba que me iba a correr cuando sin avisarme paró, y comenzó a masajearlo lentamente subiendo la intensidad a cada gemido que de mi boca salía, necesitaba más y él lo supo, introdujo en mi 2 dedos a lo que yo me retorcí y ahogué un gemido. Su mano hacía movimientos rápidos y su lengua chupaba mi clítoris, me iba a correr y eso él también lo supo, volvió a parar, se desabrochó el pantalón y sobresalió su pene erecto de él, demasiado grande para mí, vi como se ponía un condon y me tranquilicé, y de repente lo sentí dentro de mí al principio poco a poco pero a medida que pasaba el tiempo iba aumentando la velocidad y la fuerza con la que su pene entraba en mí, de mi boca solo salían monosílabos y gemidos, no quería que parase y no paró continuó hasta que me corrí, él todavía no lo había echo y lo noté así que le dije que continuase y continuó. A los pocos segundos se corrió y de los dos salió un gemido que retumbó por toda la habitación. Salió de mí, se quitó el condon pero esto todavía no había terminado. Se tumbó y suspiró me relamí y me subí encima de él notando su pene todavía erecto rozando mi vagina el gimió y fui dejando en él un rastro de besos hasta llegar a su pene, lo lamí y lo introduje en mi boca lo iba sacando poco a poco y me lo iba metiendo continuamente le lamía el glande y noté como todo su cuerpo se tensó, se iba a correr y me avisó pero continué con la acción esta vez con la mano mientras lamía entrecortadamente la punta de su pene, vi como un montón de semen salió de su pene y entonces paré contenta, me tumbé a su lado. Sin darme cuenta me dormí.

Al día siguiente no había nadie a mi lado y emepece a dudar por si lo había soñado, llame a Chad.

—Chad.
—April, te dejo, anoche me acosté con otra chica.
—Si, lo mejor será cortar.
—¿Amigos?
—Obvio.

Llame a Elliot.

—Hola April.
—Elliot, ¿que pasó?
—Anoche, nos acostamos.
—Necesito hablar contigo
—Ya voy.

A los cinco minutos estaba en mi casa, cuando lo vi algo en mi interior me decía que le besase pero me aguanté.

—Mira, ya no soy nada de Chad, y...
—April, ¿quieres salir conmigo?
—Si, pero no lo puede saber nadie, será nuestro secreto, no quiero que tengas problemas.
—Vale, pero April no tendría problemas, tienes 17 años y yo 20, solo lo tendríamos que ocultar hasta que salieses del instituto.
—Vale, pero tendremos que disimular...

El profesor... Mi profesor...Where stories live. Discover now