Capitulo 8: La rebelión

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Al escuchar esta increíble historia huí. Quise huir lejos de allí, quise no haberlo escuchado, era algo como imposible, aunque también lo eran mis alas.

Me marchaba corriendo, cuando los ánsares vinieron hacia mí y me hablaron, me dijeron:

- Detente!.

- Escucha y ayudamos. Por favor!.

Esas palabras lograron detenerme y petrificarme. Unos patos salvajes que hablan!. No podía ser!.

Qué seres serían? Si son capaces de rodear y entender al anciano. Parecían tener algún proyecto en común, así que esperé y escuché de nuevo al anciano.

- Me comentó:

Recuerdas la vez que te perdiste y unos ánsares te sacaron de las marismas, pues era porque nosotros te ayudamos. Habías sido elegido para ser un Ánsere, es decir, un hombre-pato y adiestrado por Égate para hacer el mal. Ellos reclutan a humanos para conquistar el reino de la ciudad sumergida que quedó inundada tras el maremoto que se provocó por la rebelión de los Dioses.

La Historia de todo esto empieza cuando en la ciudad de Ágatha, gobernada por el Dios Conat, Dios de la Conciliación y la Naturaleza, algunos de los "Señores", los gobernantes mas cercanos y discípulos, encargados de guardar la paz en el mundo y que gozaban de poderes sobrenaturales y de la misión de establecer e imprimar a los humanos de las Virtudes que los hagan armónicos y compatibles en la CREACIÓN, comenzaron a intoxicarse de los resultados de la humanidad y sus vicios.

Pues observaban y experimentaban con las relaciones de los humanos, los ponían a prueba y los manejaban a su antojo incluso en contra de su propia persona. Incidieron en muchas de las guerras que ha vivido la humanidad.

Así que los Señores, quisieron agruparse quitándole el poder a Conat, para poder gobernar a su antojo y tenernos como experimentos e imagen de lo que no podían hacer y deseaban debido a su propia naturaleza. Reconociendo sus limitaciones pero disfrutando de su inmortalidad. Quisieron ser los dueños de sus actos y de su libertad.

En un principio los "Señores" eran discípulos de Conat y le ayudaban a impartir al mundo paz y armonía. Los dotaban de sabiduría y amabilidad, además de imprimarlos de otras virtudes. Las cuales se agotan en las propias relaciones humanas, por desgaste, por falta de fortaleza ante ciertas situaciones.

Algunos estaban integrados con los humanos, vivían entre ellos. Totalmente comprometidos y aceptando sus funciones.

Pero en el reino de la ciudad de Ágatha, comenzó la discordia y la rebeldía, la sublevación al Dios. Y entonces, los Señores fueron convocados para intentar solucionar los problemas. Aunque no se consiguió nada.

Incluso algunos no aceptaron ir al llamamiento, tenían intenciones de parecerse a los humanos, de sentir como ellos, conquistar y ser los dueños del universo.

Pero pronto Conat, aprovechando tal concentración, convocó a las fuerzas de la naturaleza.

Y entonces fue cuando pasó.

El mar y la tierra al sentir esa fuerza de destrucción se reveló contra la ciudad, dejándola totalmente inundada y oculta, expuesta a la destrucción, tras una gran tormenta. Conat consiguió debilitar todos los poderes que tenían los Señores rebeldes, pudiéndolos controlar en prisiones y sometiéndolos a nuevas tareas.

Una vez aplacada la rebelión, y consciente de lo sucedido, decidió darles otra oportunidad al resto de su población, a sus fieles y leales súbditos. Reconstruirían la ciudad y vivirían bajo una cúpula de cristal en medio de parajes inundados y sin poder salir de allí.

Los nuevos Señores no tendrían acceso directo al mundo humano. Estarían solo viviendo en la ciudad y ayudarían a la humanidad a través de los animales y las hadas.

Y desde entonces la misión de Árcos y sus descendientes no solo sería vigilar los accesos a las marismas, sino también serían el contacto directo entre el interior de la Ciudad y el mundo exterior.

El Guardián debía de ir preparando al primogénito de su segunda generación para sustituirlo. Para ello tenía que entrar en contacto con él desde pequeño e ir lo preparando.

No obstante, siempre tendrían un periodo de adaptación. Durante un ciclo, los elegidos vendrían de forma adepta a las marismas, sin desvincularlos de su familia. Y poco a poco se le inyectaría la sustancia mágica que los convierte en Ánsares buenos, dotándolos de ciertos poderes especiales que ya iras descubriendo.

El antiguo guardián se encargó de convencerme de mi dedicación y sacrificio, adiestrándome en la misión. Y ya se va acercando la hora de buscar un sustituto.

Cuando murió mi antecesor, comencé a tener contacto con el interior de la ciudad. Éste se establece a través de Ánne, El Señor de la Paz y el Orden, que es quien me ha contado toda la historia y es quien me mantiene informado sobre los sucesos.

Hace ya 10 ciclos, Conat, ha sido defraudado por nuevos Señores. Y ha tomado el mando de la rebelión, Égate.

Éste, se ha dedicado a reclutar humanos a través de los señores que quedaron fuera entre la humanidad, ya que como rebeldes que eran, no vinieron al cónclave cuando fue la destrucción.

Pero a medida que han ido pasando los años han ido también perdiendo poderes, por eso se acercaron a la Ágatha en busca de fuerzas.

Ellos en otros tiempos tenían forma totalmente humana y estaban dotados de poderes que se abastecían y reforzaban con el espíritu de la Ciudad. Pero el Dios Conat se los quitó tras la rebelión, al quedar la ciudad totalmente cubierta y aislada con la cúpula. Ésta les impedían reforzar sus poderes, los cuales eran cada vez más débiles, sobre todo si estaban alejados de Ágatha.

Al llegar un pequeño grupo de ellos a las marismas surgieron los primeros nuevos conflictos internos en la ciudad, pues entraron en contacto con Égate a través de ondas electromagnéticas. Y aunque quisieron acceder al interior, no lo consiguieron.

Las Hadas y el Guardián lucharon contra ellos, apoyados por la fuerza de Conat, aunque sin grandes resultados ya que en el interior se conoció su existencia resurgiendo una nueva rebelión que consiguió enfrentarse a Conat y Desilusionarlo. Consiguiendo de él que no se impusiera y quedara expectante, como dormido en un hondo dolor, defraudado.

Desde entonces su fiel y gran súbdito Ánne, ha tomado las riendas en la ciudad. Oponiéndose a Égate, quien quiere abrir la cúpula y tener contacto directo con el exterior, sin limitación.

Mientras, fuera, los Señores antiguos, se establecieron en unos refugios y comenzaron a reclutar humanos para adoctrinarlos y tener un ejercito bajo control que les ayudará a destruir a Conat y Ánne, consiguiendo romper la cúpula por el centro y así, penetrar en la ciudad y conseguir recuperar sus poderes y ambiciones con los demás rebeldes.

Para ello, viendo debilitados sus poderes han ido descubriendo, ciertas sustancias naturales en las marismas que les ayudan a usar nuevas armas, e incluso nos descubrieron gran parte de la formula para fabricar la sustancia que forja el cuerpo humano dotándolo de alas y convertirlo en Ánsare.

Por eso a los humanos reclutados, los adoctrinan y convierten en Ánseres malignos, cuya transformación no es reversible, debido al desconocimiento total de nuestra sustancia mágica, fabricada por las Hadas.

Nosotros siempre hemos protegido a los humanos y cada vez que podíamos los salvábamos, pero no siempre pudimos y así fue creciendo un grupo, cada vez más numeroso de rebeldes.

A los humanos que conseguían los convertían en Ánseres y así, les ayudarían a controlar mejor todo el territorio de la ciudad, haciéndonos cada vez más difícil su protección.

Los  Ánseres (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora