El Diario Del Conde ( capitulo 4)

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(Narra Sebastian)

Botcchan a estado muy raro últimamente, cuando me dio esa orden no me quedo otra que cumplirla, aunque pude ver un rastro de lágrimas secas en sus mejillas, me sentí mal, culpable,... Yo a Ciel lo tengo que proteger... Espera... Le dije Ciel? Desde cuando le digo Ciel?... No, el es tu amo, debes respetarlo, venerar lo, quererlo,... No... Lo ultimo no... Yo quiero a Ciel?... Mejor iré al infierno a aclarar mis dudas con mi padre. Me pare derecho y mis ojos se volvieron de un rojo fosforescente, mi ropa se ajustaba mas a mi cuerpo, mis colmillos sobresalían un poco mas, mis alas negras salieron de mi espalda lanzando plumas y rompiendo todo a su paso, luego lo limpiare, primero debo encargarme de mi Botcchan, mis cuernos sobresalen de mi cabeza indicando mi transformación completa, saldré por la ventana, por suerte esta abierta.( recuerden que nadie sabe la verdadera forma de Sebastian, excepto Yana Toboso, maldita seas Yana - sensei!)
Sobrevuelo la mansión y luego me dirigí al bosque, estaba muy húmedo, ya que estábamos en invierno. Vuelo sobre un claro, recito mis palabras claves y me dejo caer, no impacte contra el suelo, sino me hundí, viendo las raíces de los arboles a mis costados, (como Alicia en el País de las Maravillas, pero sin las sillas y cosas) antes de caer sobre mi destino, abro mis alas y mi caída se detiene por un momento, apoyo mi pie sobre la superficie y digo palabras incomprensibles para un humano, anunciando mi llegada.
Empiezo a caminar en el bosque, es un bosque como los de la tierra, pero si tomas un fruto, caerás en tentación, te volverás loco, o peor aun, seras consciente de tu alrededor.
El cielo esta gris, como siempre, la tierra esta muerta, los lagos están negros, y ese pequeño punto rojo que esta sobre el cielo esta mas grande de lo habitual.
Llegó al castillo de mi padre, el rey de este lugar. El castillo es grande, como cualquiera, pero tiene un muro rojo, fácil de escalar y meterse dentro del castillo sin ningún problema, que ingenuos, si tocas esa pared estas perdido. Llego a la entrada del castillo. Es muy grande y tiene un color negro, trague seco, nunca es fácil volver a casa y encontrarte con tu padre luego de 10 años.
- Soy Michaelis, hijo de Lucifer, dejenme entrar- dije serio.
La puerta se empezó a abrir, dándome el paso, pero al entrar encontré a mi padre parado ahí, sin emoción alguna en el rostro. Me asuste, pero no, me mantuve firme.
Hijo- dijo mi padre acercándose a mi para abrazarme paternalmente.
Padre, lamento no haber venido antes, pero necesito de tu sabiduría ahora- mi padre acintio con un sonrisa, invitandome a pasar.
Al llegar a la biblioteca, me senté en uno de los sillones rojos y empecé a contarle a mi padre sobre Botcchan y yo.
Jajaja hijo, no puede ser que seas tan ciego- se río mi padre al terminar el relato.
Toma, miralo por ti mismo.- me dio un espejo, y en ese espejo vi a Ciel, estaba sentado en su silla del despacho, mirando por la ventana ese atardecer gris mientras tenia los ojos llenos de lágrimas y las mangas de los brazos sobre sus codos, vi una sonrisa nostálgica y como de esos brazos empezaba a salir sangre, Ciel se estaba cortando, y peor fue mi sorpresa al ver que Ciel tenia una de mis tantas camisas entre sus manos, sosteniéndola con fuerza contra su pecho.
C-Ciel- dije atónito, mi padre me miro serio.
Hijo, sabes que yo no estoy en contra de nada, sabes que acepto las relaciones de cualquier tipo, hasta acepte que tu hermano de allá casado con el hijo del invierno, pero hijo, tu estas haciendo sufrir a este niño, tu lo quieres?
Yo... -
Lo quieres?!- preguntó mi padre impacientándose.
Si... Yo quiero a Ciel.-
Entonces que haces aquí?, vete, buscalo, y traemelo, así los Bendigo de paso los caso.
P- Padre- dije yo rojo, no podía evitar avergonzarme, pero tampoco me disgustaba casarme con Ciel.
Gracias padre, te prometo volver-
Recuerda que un demonio no miente-
Y que solo se enamora una vez-
Sonreí y me retire corriendo a todo lo que daba, despliegue mis alas cuando estaba en el bosque, quería llegar cuanto antes.

Con Ciel

Ahhh! Nunca crei cansarme tanto por subir al techo de la mansión, pero mi decisión ya esta tomada, me iré de este mundo, a un lugar donde mi amado me corresponda, donde no sufra, quiero ir a un lugar, para vivir felices por siempre contigo Sebastian, pero omiti la parte donde jamas existió un "felices para siempre". Te amo Sebastian, de eso no lo dudes.
Me acerco al borde del techo, el viento despeina mis cabellos azules mientas con una última lágrima me despido de este mundo.
Salto.


Te amo!




Uhh que manera de escribir,bueno, disculpen las faltas ortográficas, estoy escribiendo desde el celu. Y yo la historia la escribo en la escuela y la reescribo en la compu. Bueno

Gracias por leer

El Diario del Conde...Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang