El Diario del Conde( Capitulo 8- lemon)

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Nota: quiero aclarar que no soy de esas personas que... "Oh Ciel despertaste... Oh Sebastian, te amo, tengamos sexo"... jajajaja ¡NO!

Bueno, sin mas ladys and lords a leer.

(Narro Yo)

Un abrazo, un beso, una caricia, una sonrisa, esos afectos hacian suspirar a Ciel, él se mantenia sentado sobre las piernas del mayor apoyando su cabeza en su pecho, mientras que Sebastian estaba apoyando su espalda contra el respaldo de la enorme cama, con las piernas estiradas y abrazando a su niño.

-Botcchan, ¿Acaso va a dormirse otra ves?- pregunto divertido el demonio.

-No, Sebastian, pero, ¿Cuanto tiempo estuve dormido?- Interrogo Ciel mientras se sentaba mejor en las piernas del mayor haciendo un puchero muy poco notorio.

-Botcchan, usted estuvo inconsciente 5 meses, 16 días con 20 horas, 37 minutos y 11 segundos- y sonrió dulcemente. Ciel se separo un poco del mayor con sorpresa en su rostro pero enseguida volvió a abrazarlo.

-No tenias que ser tan específico, idiota-

-Usted me pregunto y yo solo respondí-

-Bueno, mejor me voy al baño- Ciel se separo de Sebastian y se fue al baño. Al llegar se saco su típica camisa de dormir frente al espejo, quedando solo en ropa interior, y lo comprobó. Sus marcas ya no estaban, sus brazos estaban intactos y sus piernas igual, su piel seguía tan blanca y nívea como siempre y su pelo creció un poco. Sus piernas les empezaron a temblar haciéndolo caer, Sebastian, al escuchar el fuerte estruendo que causo Ciel cuando intentó inútilmente agarrarse del espejo, fue corriendo al baño para auxiliar a su Botcchan.

-Botcchan!!! Esta bien?-

-S-si- Ciel sujeto la mano derecha que le ofrecía Sebastian mientras trataba de pararse, pero sus piernas no se lo permitieron.

-Botcchan, como ah estado sin movimiento estos meses necesita ejercitarse.

-...-Ciel se quedo sin habla, tenía que hacer ejercicio y encima no sabia como hacerlo.

Y así paso una semana...

Los sirvientes de la mansión estaban felices de tener a su Botcchan nuevamente, Lizzy también se hizo presente, no fue necesario decorar la mansión ya que ella vio a Ciel sonreír nuevamente. Y también le contó que ella se tuvo que casar porque su Tía Frances pensaba que ya había muerto, pero que ella ahora era feliz ya que se había casado con un joven heredero de la compañia de productos cosméticos y telas muy amable y atento. Ellos volvieron a ser primos.

Ciel tenía que hacer ejercicios por lo menos durante media hora, esta demás decir quien era su instructor, tenia que caminar apoyándose sobre tubos, hacer sentadillas y tratar de correr. En la primera clase casi muere, ni siquiera duro 20 minutos, mientras que Sebastian tenía sangre escurriendo por la nariz por ver las sentadillas que hacia Ciel apoyándose sobre el tubo.

Pero llega una noche en la cual los ejercicios cambian un poco.

Ciel ese día no había echo ejercicio y le parecía raro, ya que Sebastian siempre se lo llevaba a rastras a las 4:15, pero se alegró al saber que ese día estaría reposando. (si ya se, Ciel es todo un vago).

Al llegar la noche Ciel no vio por ningún lado a su demonio, no le había servido ni el té ni la cena y tampoco lo cambio de ropa. Ciel quería hablar respecto a sus anteriores marcas y pedirle perdón, pero no tenía el valor. Al marcar las 11:00 en el reloj Ciel decidió irse a dormir, no tenia caso esperar.

El Diario del Conde...Where stories live. Discover now