23

6.3K 412 33
                                    

Estoy llorando a mares. De rabia. De enfado. Oh Christian me pones a prueba día a día. Se de sus inseguridades, pero si con casi un año de relación no confía en mi no se que hacemos juntos. Estoy sentada en mi enorme cama, con los dedos entrelazados y la mirada baja, pero puedo sentir la abrasadora mirada de Christian encima de mi. Acaba de decirme lo que Katherine le enseñó de mi, algo totalmente mentira por supuesto, y él, pensando en todo, ha decidido darme el beneficio de la duda, pero que no confía en mi al cien por cien.
- Ana por favor, mirame - me suplica.
Entonces me armo de valor y me miro fijamente a los ojos.
- ¿Por qué no confías en mi? Dime, ¿ qué te he hecho para que lo hagas? - digo sollozando de nuevo, mirando esos intensos ojos grises. Él me mira perdido. Pestañea unas cuantas veces, abriendo la boca tres o cuatro veces, pero no dice nada.
- Porqué puedes tener a todos los chicos que quieras a tus pies. Eres preciosa, con una bondad increíble. Cualquier hombre en su sano juicio se habría vuelto loco por ti. Y tengo miedo. Me aterra la idea de verte con alguien más. Se que tengo que dejarte marchar... - susurra mirándome con intensidad. Mi cabeza está a punto de estallar. No podemos estar juntos si él no confía en si mismo, ni en mi.
- Christian no podemos estar juntos si no confías en mi. No podemos seguir así y lo sabes - le digo con la voz entrecortada. Él me mira con los ojos abiertos, estupefactos. Tiene las manos en puños, con los nudillos blancos de la fuerza con la que se aprieta, lleno de furia. Christian está enfadado, muy muy enfadado. Y no me gusta nada. Me da miedo cuando se pone así. Me hace sentir pequeña, débil.
- Quedate aquí un momento por favor, voy a decir una cosa a mis padres - me dice tenso, cabreado incluso. No entiendo el porque de sus pensamientos, de verdad que no...
Sale de mi habitación airado, mientras yo miro embelesada todo. Lo amo. Estoy muy enamorada, eso no se puede negar. Y me siento feliz entre sus brazos.
Su teléfono suena, avisando que tiene un nuevo mensaje. Se le ha olvidado aquí. La curiosidad me mata, pero se que no debo mirar, pero vuelve a sonar un segunda vez, y una tercera, y es ahí cuando no puedo reprimirme y lo cojo, pero se me cae por lo torpe que soy, y se desbloquea solo. Miro la pantalla y veo que son tres mensajes de... ¡Kate!

"Que Grey, cuenta me como va lo de la venganza a la zorrita. ¿Se lo ha tragado?"
"Grey contestame coño. Haber si se ha creído que la amas locamente"
" Joder, conesta, YA"
Oh no, oh no...
Con los ojos llenos de lágrimas tiro hacia arriba y leo un poco más.
"Nene, ¿al final que haréis Mia y tu por su cumpleaños? Yo ya te dije como podrías engatusar la de nuevo"
"Si, si lo se. Mia sabe lo que le gusta mas o menos, y yo también. Al menos el año de mentria que pasé con ella me ha servido"
"Ahora me tienes a mi cielo, y yo te quiero de verdad. Espero que se trague todo lo que te escribí para que se lo dijeras"
"Mas vale que lo crea jajaja. Además soy muy buen actor. Pondré cara de enamorado perdido, cara de arrepentimiento y ale"
Al segundo mensaje estaba llorando sin consuelo, tiritando de frío por tal engaño, por ese comportamiento ruin. No podía seguir leyendo más esas palabras, por lo que bloquee su teléfono y me levanté para ponerlo donde estaba antes, pero la puerta se abrió de par en par, deteniéndome por completo, paralizándome. Christian entraba en mi habitación igual o más cabreado que antes. Vió mi rostro empapado en lágrimas y su cara se desfiguró, bajo la mirada a mis manos, donde estaba su iPhone, y abrió aún más los ojos, su cara se desencajó totalmente y empezó a ponerse nervioso. El motivo, no lo sé, ni quería saberlo, ni lo entendía pero lo estaba. Abrió la boca para hablar, pero mi expresión en el rosto hizo que se callara de golpe, y yo extendi mi temblorosa mano hacia él, para que cogiera su móvil.
- Ana yo... te amo de verdad. No hagas caso a lo que escribí. Todo lo que he hecho, todo lo que he dicho es de verdad.
- Y aún piensas que puedes mentieme, pero siento decirte que no puedes, ni tu ni Mia ni Kate... Ni nadie - digo con rabia. - Además, lo he visto, he visto como os habéis reído todos de mi.
Me esfuerzo todo lo que puedo en no llorar más de lo que ya hago. Él tuerce el gesto, con una mirada inescrutable.
- Y tu, ¿por qué me espías? - me dice, y aunque esté llena de rabia, no puedo evitar sonrojarme.
- Si no lo llego a mirar, estarías engañándome como a una estúpida vete a saber cuanto.
- Ya, en eso te doy la razón. Sabiendo eso, sabes que estas fuera de mi vida, totalmente Steele. Ahora ya sabes que te odio, que te odiamos - me dice de una manera tan fría que se me congela el corazón. No reconozco al hombre que tengo enfrente de mi. No voy a llorar por él. No delante de él, no puedo caer mas bajo, no puedo hacer más el ridículo.
- Pues entonces te agradecería que salieras de mi casa señor Grey - le digo con voz fría, autoritaria que no sabía que tenía. Le miré impasible, cogí una chaqueta tejana blanca y salí de la habitación, después de retocarme el maquillaje corrido, ante la atenta mirada de Christian.
Bajo las escaleras lo más rápido que me permiten mis zapatos y me encuentro con mi madre y Grace mirándome con preocupación. Yo niego con la cabeza, y ellas asienten con la mirada triste. Voy hacia Leila, que me mira con el ceño fruncido, y corro a abrazarla y lloro en su hombro.
- Me ha engañado Leila, me odia - digo con la voz rota. Ella me acaricia la espalda arriba y abajo, acompasado.
- Pues es idiota al dejarte escapar reina. Vales mucho, lo sabes, y hoy cumples catorce años y vas a sonreír, ¿vale? - dice apartándose un poco de mi y dándome un beso en la mejilla. Hago un intento de sonrisa, que a ella le vale y salgo de la cocina. Grace y Carrick se levantan al verme, y me lanzan una mirada comprensiva y llena de preocupación, pero les sonrio intentando que estén mejor, y parece que lo consigo.
Mi madre se levanta a toda prisa y me abraza como sólo ella sabe hacerlo.
- Mamá estoy bien. Quiero salir a dar una vuelta o algo - susurro con una sonrisa. Quiero irme, al único lugar en el que sé que me sabrán aconsejar mejor que nadie.
- Vale cariño. Ya sabes de la cena en casa de Grace y Carrick por tu cumple cielo - dice regalándome una sonrisa.
- Si, lo sé mamá. Pueden venir Amy y Dakota, ¿no? Quiero tener al menos una amiga allí - digo en voz baja, mirando al suelo.
- Claro que si, es tu fiesta cielo - dice ella tan dulce como siempre. Le doy un último abrazo y un beso en la mejilla, y abrazo a la que considero mi segunda madre y al único padre que tengo y me voy hacia el piso de Dakota y Ethan. Al llegar, ella está con unas mallas negras de licra y una camiseta de manga corta blanca. Al verme se abalanza sobre mi y me felicita de nuevo.
- Oh Ana no tenía ni idea de que ibas a venir - dice apartándose de la puerta para que pase a dentro. Me siento en el sofá de piel junto a ella. - Esperame aquí, que me ducho y me cambio y nos vamos por ahí.
- De acuerdo, pero no tardes mucho, como siempre pasa - digo riendo, a lo que ella se une gustosa. Asiente y entonces recuerdo lo de la cena. - Ah, y tu y Amy estais invitadas a la cena en casa de los Grey por mi cumpleaños.
- Cuenta conmigo muñeca, Amy creo que está ocupada por lo que me dijo, ya que quería hacerte una fiesta pero no pude al final - dice haciendo un puchero. Se levanta y se dirige hacia el cuarto de baño saltitos.
Ethan sale de donde quiera que estuviera y me abraza acercando nuestros cuerpos. Me coge la mano con suavidad y me hace girar sobre mi misma sonriendo como un niño. Ethan, con su cabello castaño como su hermana, y sus increíbles ojos color miel, increíbles, hipnotizantes, con esa camiseta blanca, con la que se trasparenta su cuerpo bien formado y esos pantalones caídos negros está increíblemente guapo, pero Christian le supera notablemente... bueno él supera a cualquiera...
- Felicidades preciosa Ana - dice mirandome a los ojos, con una voz melosa y dulce. Le sonrío y le vuelvo a abrazar fuerte.
- Gracias Ethan, nene - digo con una risita. A lo que él comienza un ataque de cosquillas, sin piedad alguna. Con lo que acabamos los dos en el suelo, con la respiración entrecortada, riendo sin parar, y yo aún con la cabeza en su pecho, intentando regularizar mi respiración.

Gracias por cada voto, por cada cometario, por leerme!!!❤ loveu❤

Mi amanecer [ The grey's Awards ]Where stories live. Discover now