Los versos que lloran [Editando]

Quinientos años II

Quinientos años II

Han pasado ya trescientos años
Con encontrados sentimientos.
Han pasado ya trescientos años
Con inesperados acontecimientos.

Sumergido en los recuerdos se levanta,
En ningún momento al caminar se atranca.
Sus blancos y delgados pies se arrastran
Cubriendo el suelo con su negra toga.

Sus delgadas y blancas manos se entrelazan,
Dejando una taza que sus finos dedos alcanzan,
Sus negros ojos amenazantes me miran,
Y los sentimientos de audacia de mí se retiran.

A contarme una historia se detiene,
Un pasado que atado le retiene,
En malos sentimientos se mantiene
Y todas las palabras en su mente contiene.

En gélidos años pasados se adentra,
Donde en su vida se remonta
Y con pasadas personas se reencuentra
Pero en una persona su historia centra.

Su fría y ronca voz cual cuento que narra
Y al recuerdo de la persona se agarra.
El presente olvida cual agua que se regara
Mas la historia es como si para el contara.

Esa persona con la que sin parar reían,
Innumerables travesuras ellos hacían,
Grandes locuras que juntos cometían
Ahora en el pasado que los dos retenían.

Ya han pasado Cuatrocientos años,
Entre frágiles lagrimas encantadas.
Ya han pasado cuatrocientos años,
Entre fingidas y frías risas contadas.

Su voz sin sentimientos mi alma cala,
En mi mente sus palabras se graban
Y mis sentimientos vuelan a gran escala
Con recuerdos que en su pasado estaban.

Una amistad que a todo le era inmune
Y que ahora a recuerdos se resume,
Mas no deja que en el olvido se esfume
Aquello que su mente día a día consume.

"La amistad pronto en el tiempo se desvaneció,
Pero no supimos, al momento, que sucedió,
Pues ninguno cosas del corazón fue lo que estudió
Y en clases ninguno nada de eso aprendió"

Su voz me cuenta, como la amistad en amor
Poco a poco se convierte, en sus ojos un resplandor
Que brilla me demuestra la felicidad pura
Anteponiéndose a la cruda verdad dura.

Puedo ver como su mente en el pasado maquina
Y su corazón a los sentimientos un pedazo mezquina,
Pero, este, rudo y rebelde con esa persona se obstina
Hasta que la ve y sus piernas tiemblan cual gelatina.

"Felices, esa es la palabra, eso fuimos.
Enamorados, eso es lo que juntos estuvimos.
Soñadores, así siempre nos mantuvimos.
Pero uno con el otro, así siempre anduvimos."

En su rostro pálido una sonrisa puedo ver,
Lagrimas de sus ojos sé que van a haber
Junto a sonrisas que los sentimientos traen
Y el suelta las armaduras que al suelo caen.

"Juntos siempre prometimos estar,
Su olor me jure jamás olvidar,
El amor que sentía, bien supe profesar
Mas esperaba que yo jamás le dejara de gustar"

Una eterna vida es lo que me cuenta,
Con grandes abrazos de bienvenida,
Pero una eterna muerte también cuenta,
Con insípidas lágrimas de despedida.

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