★Especial Playa★

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Cuando Magnus aún estaba retocando su peinado por decimo-octava vez en el día, Alec lo esperaba de brazos cruzados con el entrecejo levemente fruncido y el equipaje a ambos lados del cazador

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Cuando Magnus aún estaba retocando su peinado por decimo-octava vez en el día, Alec lo esperaba de brazos cruzados con el entrecejo levemente fruncido y el equipaje a ambos lados del cazador.

-¡Magnus Bane! - gritó el chico de ojos azules desde la entrada -. ¡O vienes ya o te juro que llamo a Jace y me voy con él de viaje!

Como si por arte de magia ocurriera, que en parte era así como sucedió, el mago apareció a través de un portal para depositar y pequeño y casto beso en los labios de su novio. Algo que provocó que este, sorprendido, diera un traspiés hacia atrás yéndose de bruces contra el suelo, y llevando consigo todo el equipaje de ambos.

-¡Ay, mi estúpido nefilim! - susurro divertido con los ojos entrecerrados el brujo. El mayor le tendió la mano y lo levantó de una sola vez.

Alec se tambaleó de un lado a otro y para mantener el equilibrio se sostuvo de los antebrazos del contrario, a los cuales se agarró con fuerza como si su vida dependiera de ello. Suspiró con fuerza y pisoteó uno de los zapatos de Magnus como venganza por ser el causante de su estrepitosa caída.

El mago se limitó a acallar un gemido de dolor al sentir el gran pie de su novio golpear con fuerza su zapato. Nunca en la vida le habría permitido a un simple cazador, miento, a ningún ser de este mundo o del submundo ponerle una mano encima. Pero con Alec era distinto.

Ese chico había sido capaz de robarle el corazón desde el momento en el que la imagen de su rostro cruzó sus ojos.

-Eso ha dolido Alec- se quejó Magnus a la vez que separaba su pie del zapato del moreno.

-Eso pretendía - sonrió con superioridad el cazador.

-Comprendo- el brujo chasqueó los dedos e hizo que el equipaje recuperara su posición inicial -. Lo siento, no pretendía asustarte.

Ahora era el mago el que sonreía con sorna. Alec se sonrojó hasta las orejas y le palmeó el hombro a su novio con fuerza obligándolo a callarse.

-Eres idiota -. Alec lo retó con la mirada y tomó parte del equipaje para irse cuanto antes.

-No te enfades, sabes que me encanta hacerte rabiar -. El mago trataba de arreglar las cosas aunque el nefilim se lo ponía bastante difícil en momentos como estos.

-Aja- contestó seco Alec encaminándose por delante de Magnus.

-Además, sabes que hay muchas más cosas que me gusta hacerte. Más concretamente en la cama, cuando tu y yo...

Alec corrió en su dirección y con su mano sello los rosados labios del brujo. Completamente rojo y sudado miró avergonzado al mayor y le dio una mirada de rechoche única a un puchero que lo hacía ver adorable.

-Solo callaté, vale - rogó el menor con un leve tono rosado en las mejillas.

Magnus asintió y Alec retiró su mano dejando a la vista los hermosos labios de su novio, unos labios que se moría por besar en cada momento. Pero debía contenerse o la Clave los descubriría y no sabía que represarías podrían tener contra ellos dos.

MALEC (FOUR SHOT) + ESPECIALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora