Filtros de Amor

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En la mañana siguiente, Hermione recibió una lechuza en el Gran Comedor, ella desato la carta y vio de quien era.

—¡Tenía que ser Vicky! —dijo una voz a su espalda.

—¿Algún problema? —respondió ella

—Ninguno en absoluto. Te niegas a escucharme, ¿qué más puedo hacer?

—Tal vez hablar con la verdad —susurró Harry.

—¿Qué dijiste? —preguntó Hermione.

—Nada, no dijo nada —contesto Ron cortante.

—Bueno si me disculpan, tengo que hablar con la profesora McGonagall antes de clase, así que les pido que me aparten un lugar en pociones, llegare un poco tarde —anunció Harry

—No pienso estar... —se interrumpió Hermione quien se había dado cuenta de que Harry ya no podía escucharla.

En todo el camino a las mazmorras no se dirigieron la palabra, únicamente para algo que fuera completamente necesario, dejaron un espacio entre ellos dos para que ahí se sentara Harry y no tuvieran que verse.

—Esta semana veremos los filtros de amor, ¿alguien me puede decir cuál es el más poderoso? —preguntó el profesor Slughorn

Hermione automáticamente levantó la mano, para nadie era aquello una sorpresa.

—El filtro más poderoso es Amortentia, nos las mostró en la primera clase.

—Muy bien señorita Granger, cinco puntos para Gryffindor. Este viernes, vamos a estudiar las características de dicho filtro, trabajaremos en parejas, las cuales yo asignare.

Después de media hora de clase de pociones llego Harry y lo pusieron al tanto de lo que habia sucedido, a él le había tocado trabajar con Ron y a Hermione con Ernie Macmillan. Como tenían doble clase, la primera era de pura teoría y la segunda era práctica, así que Harry se levantó y fue a buscar unos ingredientes en el armario, en ese momento llamaron a la puerta y por ella entro la menor de los Weasley, Harry volteo rápido su vista a los ingredientes que le faltaban, pero en ese momento se le cayó un frasco.

—Ginny, por favor ayúdale a Harry con esos ingredientes, ahora te atiendo, solo dame unos minutos —dijo Slughorn.

—Sí, no hay problema, ¿te ayudo con eso? —le preguntó a Harry, él no supo que decir y se limitó a hacer un movimiento con la cabeza. Ella tomo el frasco que tenía en mano y le ayudo a limpiar lo que había caído en el suelo.

—Y... ¿Cómo estás? —preguntó ella. Harry sentía que alguien lo observaba y dirigió su vista hasta Hermione, quien le dio una sonrisa y le dijo solo moviendo los labios "corre, tu puedes"

—Emm... bien creo ¿y tú?

—También, ¿Cuándo va a ser el próximo entrenamiento de Quidditch?

—Este viernes a las 6:00 de la tarde

—¡Qué bien! ¿Sabes? Creo que debemos entrenar mucho, el próximo partido se acerca y no debemos perder, confío en ti Harry, eres un buen capitán

—¿Eso crees? —dijo Harry sonriente.

—Sí, y no debería sorprenderte, te convertiste en buscador desde primer año, eres igual de bueno que como decían que era tu padre. Bueno creo que este era el último frasco que te faltaba, te ayudo a llevarlos a la mesa.

—Oye Ginny... ¿quieres...?

—¿Sí, Harry?

—¿Quieres ir con Hermione y conmigo a... al lago después de clases?

—Lo siento Harry, pero quede de verme con Dean.

—Bueno... no te preocupes ¿y cómo vas con él?

—Pues no muy bien, estas últimas semanas... no muy bien. —Admitió ella— ¿y tú cómo vas?

—¿En qué? —preguntó confundido

—Con Cho

—Aaa... pues somos amigos y ya

—¿Ya no hay nada entre ustedes?

—No, solo somos amigos —contestó confundido.

—¡Oh!... ¿te puedo preguntar algo y no te enojas?

—Sí, no hay problema.

—¿Te... te gusta Hermione? —lo dijo muy rápido que apenas le entendió

—¿Por qué la pregunta? Solo somos amigos —dijo él con algo de fastidio, ya que ella no era la única que pensaba eso.

—Es que... estos días han estado muy juntos que... parecen otra cosa —le salió una risita nerviosa— pero bueno, creo que no así que... mejor te dejo hacer tu poción, te cuidas —le dio una palmadita en la espalda— adiós.

—Adiós

—¿Enserio Harry? ¡Tenías una oportunidad! —le susurró Hermione en el oído cuando se sentó.

—¿Qué querías que hiciera? Ya te dije que quiero a Ginny como una hermana y solo eso, por favor, ya no inventes historias en tu cabeza.

—¡No son historias y lo sabes! Tú sientes algo por Ginny y lo puedo notar cuando la miras, ¡que tengas miedo en la reacción en sus hermanos nos es mi culpa!

—¡Claro que no tengo miedo!

—¡Pues eso parece!

—¿De qué tanto hablan? —Preguntó Ron seriamente— ¿De cosas PRIVADAS tal vez?

—¿Qué cosas dices Ron? Solo de las raras historias que inventa Hermione en su cabeza, y si me disculpan, tengo trabajo que hacer

—¿Desde cuándo te importa todo esto? —preguntó Ron

—Desde que ustedes dos se volvieron raros.

Enamorados de unos PelirrojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora