Aeropuerto

134 11 0
                                    

Capítulo 4: Aeropuerto

Raynard llegó al aeródromo donde debía esperar su vuelo privado que lo llevaría devuelta a Orlando, Florida, Estados Unidos, pero desde la explosión un chico de cómo 27 años lo ha estado siguiendo, quizás sea el único testigo y necesitaba asesinarlo. En la sala de espera fingió que iba a realizar una llamada y se interno en la parte trasera del lugar, se ganó en una esquina para acorralar a su acosador, se concentró y pequeños pasos se hicieron escuchar hasta que finalmente llegaron a su lado en una audaz movimiento agarro el cuello de su víctima y lo azotó contra la pared, pero ahí se percató que no era cualquier víctima.

Ragnard ante la trampa sujeto el brazo que lo apresaba con ambas manos, golpeó en el estomago al albino, éste se encogió un poco producto del dolor y luego le llegó una patada en el rostro y así quedar libre, entonces el albino dio un rápido salto hacia atrás y se acomodó la nariz con rudeza.

—Ey una persona normal no ocuparía zapatos con punta de acero—exclamó Raynard.

—Y una persona normal no tendría esa fuerza y velocidad sobre humana—respondió Ragnard sacando un par de sables de entre sus ropas en lo que él albino reconoció cierto emblema.

—Vaya así que eres un Helsing, aunque debes ser el último ¿no te gustaría irte con tus familiares? —dijo Raynard con ironía total, sacando de sus tobillos cuchillos que ocupan en los entrenamientos del ejército en combate cuerpo a cuerpo.

—Sabía que aún quedaban vampiros y los detendré en nombre de mi familia—exclamó el castaño lanzándose contra el albino.

—Pero ahora no nos podrás derrotar—respondió el albino, los sables chocaron con los cuchillos haciendo un chillido irritable, pero la fuerza del vampiro se hizo notar y empujó al joven van Helsing.

—Nosotros tenemos la nueva tecnología y no dejaré que se salgan con la suya—Ragnard guardó los sables y sacó una de pistola, rápidamente se puso a disparar contra el vampiro que lo esquivo o eso creía.

—Pero nuestra velocidad sigue siendo mayor... —un ardor en su hombro dijo lo contrario, vio su cuerpo y efectivamente lo habían herido con balas de plata benditas, simplemente se limitó a reírse y a los pocos segundos la herida se había sanado—Oh los Helsing aún no comprende que los vampiros también han evolucionado—el albino en un rápido movimiento apuntó al corazón del cazador que fue bloqueado con la punta de las pistolas, algunas balas salieron apuntando a su cabeza, alcanzó a esquivarlas a duras penas, en unas de sus mejillas apareció un corte que rápidamente sano, con el otro cuchillo apuntó a la garganta donde el chico lo esquivo y salto hacia atrás.

—Maldito—murmuró con enojo Ragnard, todos los vampiros que había enfrentado antes eran débiles en comparación al llamado ejecutor blanco, sobó su rostro ante la herida que le había dejado, quizás era su venganza.

—Me haces reír pequeño Helsing y te felicito, incluso entre algunos vampiros no me alcanzan a esquivar a cambio de una pequeña herida como esa—ambos se fulminaron con la mirada, pero unas sirenas se hicieron notar y con ellas el sonido de unos motores, el cazador se distrajo y el albino aprovechó para retirarse, puesto que el avión saliera era una clara orden de Heather diciéndole que se fuera de ahí, ahora.

—Ejecutor blanco ¿acaso no darás la cara? —exclamó con enojo Ragnard mientras corría tras el albino que ingresó al avión y estaba a punto de despegar.

—Ya tendremos una oportunidad de volver a pelear Ragnard van Helsing—respondió Raynard en el momento que el avión despegaba, donde lo ingresaron para cerrar la puerta y se quedó observando al cazador que se retiraba ante la llegada de la policía local, una clara sonrisa apareció en sus labios, era el destino quizás.

— ¿Señor se encuentra bien? —preguntó uno de los asistentes del avión señalando las piernas del albino.

—Los Helsing aún siguen en su profesión y ese niño no lo hace mal. Descuida estoy bien—respondió Raynard sonriendo, en los últimos segundos el joven cazador lanzó unos pequeños cuchillos como los kunai japoneses hiriendo las piernas del vampiro, que ya se estaban regenerando.

—Señor ¿aquel chico era un cazador? —el asistente se escuchaba nervioso.

—Sí, pero a diferencia de nosotros ellos han perdido mucha gente y poder, no son lo que eran—comentó el albino para tranquilizar a los suyos—igualmente hay que tener cuidado, se ha investigado a los pocos que quedan y son fuertes, pero Heather debe estar pensando en un plan y pronto estarán acabados.

—Nuestra ama gobernará el mundo y este miedo acabará—comentó el piloto con una sonrisa.

El viaje fue placentero y recuperativo tras la reunión pequeña pelea que tuvo Raynard contra Ragnard, soltó una risa ante el parecido de sus nombres, después de todo él fue un Helsing cuando era humano y junto a su hermano Ragnard fueron los mejores cazadores en la historia de Helsing, lo más probable es que le hayan puesto así al chico en base a su hermano, pero él los traicionó. Aún así prefirió dormir el resto del camino y olvidarse de sus tiempos como humano. Cuando llegó a su destino, una lujosa limosina lo esperaba que lo llevó hacia el departamento, donde Carol y Edward se encontraban nerviosos, Heather había desaparecido y eso significaba un pésimo augurio.

La Descendencia de DráculaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora