Capítulo 1.

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Abrí los ojos y cuando me adapté a la luz, fruncí el ceño. Estaba en una habitación que no era la mía. Miré a todos lados y no había nadie más. Lo primero que se me paso por la mente es que había sido secuestrada. Me levanté en silencio y salí del cuarto en pose de Ethan Hunt, debía ser rápida y silenciosa. Todo lo que veía me parecía sospechoso. Ese lugar me era familiar, pero no recordaba haber estado aquí antes. Al bajar de puntitas por las escaleras, escuché ruido del lado izquierdo, me pegué a la pared y espíe. Había un hombre de espaldas. Sí, es definitiva había sido secuestrada. Vi un bate cerca de la puerta, pensé en salir corriendo, pero muy idiotamente... como soy yo, no miré antes por la ventana en qué lugar estaba. Podía ver gente afuera. Lo mejor era noquear al sujeto y luego, ya vería que hacer. Tomé el bate y me acerqué.

-¿Qué haces Juliet? –sonrió.

Fruncí el ceño ¿Cómo que qué hacía? ¡Era obvio! ¿No? Le iba a sacar los sesos a golpees si no me dejaba ir.

Mirándolo detenidamente, me di cuenta de que lo conocía.

-¿Charlie? –pregunte dudosa.

-¿Charlie? Creí que habíamos quedado que tío Charlie era mejor –negó divertido.

-¿Tío?

Cada vez entendía menos. ¿Qué rayos había cenado la noche anterior? ¿Huevo podrido? Cualquier basura culinaria que fuese, quedaría desterrada.

Charlie asintió haciendo caso omiso de mi tono de pregunta.

-Ya que te levantaste temprano, te dejare usar el baño primero. Debes de querer arreglarte para ir a la escuela.

No sabía que decir, asentí como él y subí las escaleras. Llegué a la habitación donde había despertado. Me senté en la cama y traté de darle un sentido a esta absurda situación. Entendía que estaba en la casa de Charlie Swan, jefe de la policía de Forks, padre de Isabella Swan. No, Isabella Cullen ahora. La cual era una vampiresa y esposa de Edward Cullen. Lo que quería decir que estaba... soñando. Sí, eso. Era un sueño. Un muy maldito sueño. Apreté los ojos fuertemente para despertar, siempre me funcionaba cuando tenía un mal sueño y me daba cuenta de que lo era. Abrí los ojos y seguía en el mismo lugar. Resoplé frustrada. Lo mejor era continuar el sueño antes de que el jefe Swan se convirtiera en un dinosaurio come Juliets, únicamente por no hacerle caso. Odiaba que mis sueños siempre terminaran así ¿Qué tenían los dinosaurios contra mí? ¿Por qué no me podía perseguir un unicornio de colores? Mientras seguía con mi oratoria interna, me aliste para la escuela. Gracias a los dioses del olimpo, la mochila estaba lista, con lo que supongo yo, era lo necesario para sobrevivir. Bajé cuando escuché la puerta del baño cerrarse. Charlie debía estarse alistando. No quería interactuar mucho con él. Temía meter la pata. Al llegar abajo noté la sala, tenía los elementos básicos de una casa. Los únicos adornos, si es que se le pueden llamar así, eran las fotos de Bella. Busqué fotos de Reneesme, Leah, Seth y de Sue; pero no encontré más que de Bella. Fruncí el ceño y caí en cuenta que no había visto a ninguno de los que se supone vivían en esta casa, además de Charlie.



Cuando Charlie me fue a dejar a la escuela en el vehículo de la Policía, le pregunté sobre Bella.

-Ella está bien, la vi hace poco.

-¿Ella no ha venido? –pregunté más para mí que para él.

-No, sabes que no le gusta el clima de Forks –noté su tono triste.

-Sí, es cierto –miraba el paisaje- no sé porque no le gusta. A mí me parece hermoso.

Charlie sonrió y detuvo el auto frente a la escuela.

Antes de crepúsculo.Where stories live. Discover now