Capítulo 3

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No iba a negar que tengo miedo y que más de una vez intenté persuadirme para correr en la dirección contraria, pero esa no soy yo. Siempre asumo mis problemas, no me escondo y no dejo las cosas para después. Era ahora o nunca. Había sido una decisión de último minuto así que Alice no debió verlo venir. Quería hablar a solas con Carlisle, me sentía segura con él y rogaba que la suerte estuviera de mi lado. Buscaba en el horario del hospital donde podía estar Carlisle. Más me valía que siguiera aquí o Rosalie me mataría en la madrugada. Agradecí que apareciera su nombre. Camine más rápido. No quería que Alice se me adelantará, si lo hacía podía no ser bueno.

-Doctor Cullen ¿Podría hablar con usted? –dije cuando lo vi salir de una habitación.

-Juliet, claro –me sonrió y se puso serio al verme- ¿Pasa algo?

-Aamm –solté el aire- Es algo delicado.

-Entiendo, vamos a mi oficina.

Mi corazón no era de gran ayuda, latía como loco y luchaba con mi pecho para salirse. Esperaba en cualquier momento la llamada de Alice. Entré a la oficina y me senté en una de las sillas para pacientes. Carlisle se sentó y me miró paciente.

-Dime, de que se trata Juliet.

-Usted menciono que debemos ayudar a las personas. Que si podemos evitar que ciertas cosas pasen, hay que hacerlo.

-Sí, eso dije. La noble profesión que escogimos nos exige eso, pero no creo que estés aquí para hablar de ese tema.

Negué con la cabeza y me concentré en un punto de su escritorio.

-Necesito que por favor, me escuche y no me interrumpa hasta que acabe. Sé que querrá preguntar cosas, pero por favor espere hasta que termine y yo le responderé todo lo que desee.

Carlisle me miraba curioso y asintió.

-También necesito que me prometa dos cosas más, que quizás me hagan quedar como loca, pero no me mandará a un loquero y la otra es que su familia no tomará represarías.

Noté que de inmediato se tensó y frunció levemente el ceño al verme. Después de unos segundos asintió.

-Se lo prometo, señorita Swan,

¡Rayos! Ya no me llamaba por mi nombre, eso era mala señal, pero ya estaba allí y Alice debía saberlo todo.

-Yo no soy de por aquí Doctor Cullen. Sé que sabe que soy la sobrina del jefe Swan, pero no es así. Yo no lo conocía hasta hace unas semanas. En realidad lo conocía, pero no por ser de mi familia. Si no por ser el padre de Isabella, la pareja de Edward. Su hijo.

Carlisle ya no disimulaba su ceño fruncido.

-Hace unos años fui a ver una película que me llamó la atención, así que al poco tiempo me compré los libros. Trataban sobre Isabella Swan, ella venía a Forks a vivir aquí con Charlie, su padre. Ella y Edward se enamoran y él la salva de ser atropellada. Después de eso ella sospecha que él es algo más, algo diferente. Hasta que descubre lo que es.

Detuve mi relato, había millones de cosas por decir, pero veía el rostro de Carlisle. Estaba en shock, si es que un vampiro puede estarlo.

- Y ¿Qué es? –dijo lentamente.

-Un hombre con una segunda oportunidad, uno muy valiente. Alguien que a pesar de ser lo que es, busca ser una mejor persona todos los días. Que al igual que su familia es vegetariano, sólo se alimentan de animales.

-¿Qué quiere decir? –Apoyó los brazos en la mesa.

-Son vampiros.

Carlisle me miraba sorprendido.

Antes de crepúsculo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora