A d i ó s » Gruvia

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No podía hacerlo.

¿Cómo se suponía que matara a esa persona? Él simplemente no podía, y no quería hacerlo.

Gray se encontraba parado frente al cuerpo de una bella joven que conocía perfectamente. Ella poseía cabellos celestes que caían en delicadas ondas al pasar pos sus hombros. Su piel pálida resaltaba con el rosa de sus mejillas cuando se sonrojaba, y sus suaves labios rojos se curvaban en una hermosa sonrisa cada vez que se encontraba con el chico peliazul.

En ese momento, la apariencia de la chica era diferente.

Su cara estaba más pálida de lo normal, su cabello estaba hecho un desastre y su labio inferior temblaba gracias al estrés acumulado. En cuanto a sus profundos y cautivadores ojos... le hacía falta ese brillo que siempre tenían. Aun así, bajo el juzgamiento de Gray, Juvia seguía siendo la mujer más perfecta que jamás había conocido. La amaba. La amaba con todo su corazón, y ella lo amaba a él. Pero ahora se encontraba con un problema- tenía que matarla.

Gray Fullbuster era un asesino. Su entrenamiento comenzó luego de la muerte de su padre, cuando fue adoptado por su tío. El chico se volvió independiente rápidamente. Antes de que lo notara, ya se encontraba en las calles realizando distintos trabajos que su tío le encargaba. Deshacerse de cierta persona, hacer que tal persona desaparezca sin rastro... claro, siempre le llevaba los cuerpos a su amado pariente como prueba de que había cumplido con su trabajo. Normalmente era gente que trataba de interponerse con las ambiciones de su tío, y Gray, como obediente y ágil que era, se encargaba de resolver sus problemas. ¿Su problema actual? Juvia Lockser.

La joven Lockser era parte de la policía. Estaban buscando al responsable de la desaparición de Natsu Dragneel, y gracias a las pistas presentadas por distintos testigos, todo comenzaba a tener sentido. Todas las pistas indicaban que la familia Fullbuster era responsable, pero no tenían nada concreto. Juvia, como dedicada detective y policía que era, se acercó al sospechoso y estableció una relación amistosa con él. Comenzaron con pequeñas charlas en cafés, encuentro "accidentales", hasta que logró ganarse la confianza de Gray (cosa que tomó varios meses). Pero algo salió mal. Algo que ninguno de los dos esperaba. Se enamoraron. Juvia Lockser se enamoró de su sospechoso, y Gray Fullbuster quedó encantado por la él policía. El tío del peliazul, en cambio, no le dio mucha gracia al enterarse sobre las verdaderas intenciones de la chica. Además de prohibirle que saliera con ella, insistió que Juvia no era la dulce estudiante de medicina por la que se hacía pasar, y que debía deshacerse de ella. Oh, como deseaba Gray poder ignorar a su tío. Estaba completamente convencido de que él estaba equivocado. Pero algo era seguro- nadie ignoraba las órdenes de su tío.

Fue así como el chico decidió seguir a Juvia hasta su casa para poder inspeccionar su interior en busca de pruebas de que su amada era inocente. Si se encontraba en lo cierto, no tendría que matarla. Sino... tendría que llevarle su cadáver a su tío, acompañado de una disculpa por dudar su palabra. Nunca había entrado a la casa de la chica, y no creía que lo fuese a hacer hasta pedirle que fuesen pareja, pero la situación había cambiado.

Tarde en la noche, trepó por la ventana hasta el cuarto de Juvia. Sus ojos examinaron cada centímetro de la prolija habitación. Nada parecía llamarle la atención. Sigilosamente, comenzó a caminar por los pasillos. Cuadros, puerta del baño, florero, puerta hacia un cuarto con una cama extra, otro cuadro... Nada fuera de lo normal. Solo le faltaba revisar la cocina, donde probablemente encontraría a Juvia dormida en la mesa, metida entre sus libros de medicina y estudiando para sus exámenes y-

Lo que sus ojos presenciaron era todo lo contrario.

La chica estaba arrodillada en el piso, quemando distintos papeles y fotos, incluso evidencias que servirían para mandar a la familia Fullbuster a la cárcel de una vez por todas. Gray la miró con una mezcla de varios sentimientos. Decepción, tristeza, enojo, confusión, rabia...

-Sabía que vendrías, Gray-Juvia se puso de pie, quemando el último papel y apagando las cenizas con un vaso de agua. Sonrió- Lamento que tengas que ver este desastre.

-J-Juvia, tú... eres...

-Detective, sí. Estoy investigando a tu familia hace varios años. Creo que te imaginas la razón por la que comencé a hablarte... ¿No?

-Pensé que me amabas...-Gray dijo con un tono tembloroso.

-Yo te amo, Gray... por eso me estoy deshaciendo de la evidencia. Peor tu tío ya sabe sobre mí. No te ira bien si regresas con las manos vacías -La chica dio unos pasos antes de abrir un cajón y sacar un cuchillo, poniéndolo en la palma de su amado-Así que hazlo.

Gray soltó el arma, mirándola con horror en sus ojos. ¿Cómo podría ella rendirse tan fácilmente? No, no lo haría. No mataría a la chica de sus sueños. No mataría a su esperanza. No mataría a la única persona que lo amaba a pesar de saber quién realmente era. Su amor era incondicional, y no podía perderla.

-Gray-Suspiró Juvia- Te matarán a ti. Estoy dispuesta a morir, tú mereces vivir. Mi vida no tiene valor sin ti, tonto.

-¡No, Juvia! ¡No puedo hacerlo!-Gritó alterado- ¡T-Te amo!

Juvia sonrió dulcemente antes de robarle un beso al chico. Acarició su mejilla antes de darle un abrazo, su cabeza apoyada en el pecho del peliazul. Gray mordió su labio. El arma estaba de nuevo en su palma. Juvia se la había vuelto a entregar.

-Hazlo de una vez. Te amo, Gray Fullbuster. Nos veremos de nuevo algún día.

Temblando, el pelazul levantó el arma. Lágrimas empezaron a correr por sus mejillas.

-Te amo, Juvia Lockser... adiós.

¡Oh, no! » Fairy TailWhere stories live. Discover now