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P.D.V Emilia

- ¿qué me ocurrió? - pregunté en cuando me desperté, ya que por alguna extraña razón me dormí

Mire bien a mi alrededor y me encontraba recostada en una camilla de hospital, muy poco después entró una doctora.

- hola linda, que bueno que despiertas - inspeccionó la bolsa de vitaminas que entraba por mi mano con una jeringa - el muchacho que te trajo debe de estar en el baño o en la cafetería, parecía muy asustado

- si, ¿puedo saber que me ocurrió?

- tengo unas preguntitas rápidas para ti, ¿puedes responderlas?

- en estos momentos no. Necesito llegar a mi desfile - mire mi reloj de muñeca - comienza en treinta minutos y debo de arreglarme un poco más

- solo son preguntas rápidas. ¿Se ha sentido cansada?

- si, pero creo que se debe a que he estado muy ocupada

- ¿ha notado cambios en usted?

- no

- la última, ¿ha tenido su periodo?

- no lo sé, no recuerdo la última vez que lo tuve, repito, he estado muy ocupada

- bueno todo indica que nuestros análisis están bien.

La puerta se abrió, pero por culpa de la doctora no pude ver de quién se trataba, de seguro era una enfermera.

- felicidades usted está embarazada, de aproximadamente un mes  - dijo con felicidad

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Mierda!

- ¿disculpe que dijo? - La doctora se volteó hacia dónde le habían llamado

- que la señorita está embarazada, y al ver su preocupación por ella hoy debo deducir que usted será el padre, felicidades. Los dejo para que charlen y en cinco minutos vendrá una enfermera a quitarte todo. - no le dio tiempo a Mario de explicar algo así dejándolo con la palabra en la boca.

La doctora se fue y yo me senté mejor en la cama, no podía decir nada. Arruiné mi vida a los veinte.

Por alguna extraña razón comencé a llorar, esto era mucho para mí, aún no quería tener un hijo, estaba desesperada y necesitaba deshacerme de esto. Me sorprendió el gesto que tuvo Mario al abrazarme, creo que era lo que justamente necesitaba.

- linda no llores - hablo tiernamente - mira, habla con el padre y verán que encontrarán una solución

- Mario... - iba a decirle, que con el único que he estado estos días es el, pero ¿cómo decirlo?, está casado y sería de nuevo la causante de su segundo divorcio - ¿puedes llevarme al desfile?, necesito llegar

- si linda, iré a ver si la enfermera ya viene

El salió de la habitación dejándome sola, para que segundos después entrará con una señorita, me quito la jeringa de la mano y me dieron de alta, Mario condujo al evento y me dejo por la parte trasera, ahora necesitaba arreglar mi maquillaje también. El viaje fue silenciosamente cómodo, me agradaba la sensación de protección que me daba la mano de Mario, movía su dedo pulgar dando leves masajes en mi mano y eso me gustaba.

- ¿estarás en el público? - dije cuando estaciono el carro

- ¿por qué? - dijo, pero sin mirarme

- ¿por qué, que? - pregunté

- ¿por qué no fui yo el padre de tu bebe?

- Mario, ese día estaba muy borracha y termine haciéndolo con... Dylan, el sobrino de Mariana, es una persona bellísima, estoy segura que será un buen padre, además, estás casado, no debo por qué darte explicaciones

- tienes razón, estaré en el público - sonrío y fue mi salida.

Bajé del auto y al entrar recibí un gran abrazo por parte de Mariana

- ¿qué te ocurrió? ¿Estás bien?

- si, fue por el estrés, ¿ya comenzó el desfile? - ella asintió - ¿estás lista?

- si, Rebeca, igual está casi lista

Camine y fui al área de maquillaje en donde Lux me comenzó a maquillar

- ¿Champange? - preguntó una señorita con una bandeja llena de copas

- no gracias

Y ese mínimo acto es el que me enseñó que mi vida está dando un giro, giro para el cual no etapa aún lista

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¿Cómo están? :) les dejo este pequeño capítulo por aquí

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Matrimonio Forzado || Mario Bautista Where stories live. Discover now