Capítulo 27.

3.9K 193 15
                                    

Nota del autor: Voy a estar unos días fuera, por lo que no podré actualizar hasta final de mes. En compensación, hoy actualizo con dos capítulos. Gracias por vuestra comprensión, paciencia y apoyo. Espero que tengáis una semana genial! Besos.

-Natalia.

El resto del día se desarrolla sin problemas para Gale y sus aliados; el máximo entretenimiento de hoy es el encontronazo de Philippe con los profesionales. Éstos siguen colgados de árboles y atrapados en hoyos, y por lo que parece, van a estar así mucho, mucho tiempo.

Sin embargo, algo me extraña. Al caer en las trampas de Philippe, las armas que llevaban los profesionales cayeron al suelo. Philippe podría haberlas cogido y acabar con ellos rápidamente. Le planteo la situación a Haymitch, ya en la sala de mentores, que sigue casi vacía.

-Es un chico listo. Quiere ganarse el aprecio del público, de los vigilantes y de los patrocinadores, claro. Sabe que unos juegos sin profesionales no son tan divertidos. Es como una demostración de su valía, ¿entiendes? En plan "puedo matar a todos los profesionales en cualquier momento si me apetece, no les tengo miedo". No es seguro, pero el hecho de no haber matado a los profesionales agradará a los vigilantes, y tener el favor de los vigilantes es crucial. Y, respecto a lo de no haber cogido sus armas, no lo sé, supongo que no las necesita.-me explica Haymitch.

"No las necesita". Son unos juegos del hambre, por supuesto que necesita armas, son fundamentales si quiere…ganar. Finnick y Maggs, que están al otro lado de la sala, cuchichean y señalan la pantalla que muestra a Philippe. A continuación, me acerco a una de las pantallas, selecciono el distrito 4 y pulso el botón azul. Lo primero que veo es un pequeño paracaídas que lleva sujeta a él una gran bolsa negra. El paracaídas cae directamente en las manos de Philippe. Él se asegura de que está solo, y abre con cuidado la bolsa. Dentro de ella se encuentran hilos, muchos hilos. Al principio no sé lo que es, después voy relacionando todo y caigo en la cuenta de que se trata una gran red hecha con hilo muy fino, pero que estoy segura que es resistente a todo tipo de armas. Una trampa para atrapar a sus presas. Claro que Philippe no necesita armas, con un trozo de cuerda atado le vale.

Por la tarde, Johanna, Garry e Isabella nos relevan, y Peeta y yo salimos para ayudar a Haymitch a preparar su cita con Charlotte. Por el camino, Peeta intenta animarme y distraerme. Actúa como si no hubiera pasado nada entre nosotros, como si no me hubiera dicho que me quería. Yo intento ignorar todo lo sucedido esta mañana, pero cada vez que le miro a la cara, sólo puedo ver reflejado ese "te quiero" en sus ojos.

Haymitch está nervioso. Lo único que hace es ladrarnos y gritarnos. Peeta sigue proponiendo cosas, yo ya me he rendido y me he tirado en su cama, intento ignorar todo lo que sucede a mi alrededor.

Para Haymitch todo es negativo. Su ropa, su pelo, el restaurante al que van…le pone pegas a todo.  Cuando entra a cambiarse de ropa al baño por quinta vez, Peeta aparta un montoncito de ropa y se tumba conmigo en la cama.

-¿Cómo le aguantas?-le pregunto yo.

-Le comprendo.-responde, sonriendo.-Está nervioso, quiere que todo salga bien. Además, él me ayudó con nuestra cita, se lo debo. Quiero que salga bien, quiero que Charlotte y Haymitch estén juntos. ¿Tú no?

-Supongo.  Así no refunfuñará tanto, ¿no?

Haymitch sale del baño, refunfuñando y malhumorado. Viste un pantalón muy oscuro y una camisa negra. Muy elegante.

-Vas muy guapo, Haymitch.-digo yo, levantándome para aderezarle la camisa.

Él no responde, sólo se mira al espejo arrugando el entrecejo.

Unos minutos después, Peeta se marcha a la sala de mentores para comprobar que todo va bien. Haymitch y yo nos quedamos solos, mirando al espejo.

-¿Algún último consejo?-me pregunta él.

En Llamas. ¿Qué pasaría si...?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora