¡¿¡¿Qué?!?!

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Maratón 1/?

-Te he echado de menos preciosa.

-No has sido el único idiota. Me separé un poco para poder verlo a los ojos y lo volví a abrazar fuerte mientras él me besaba el cabello.

Entonces oí un carraspeo y me separé de Adrien.

- Nathan siento haberte dejado hace rato pero hacía tiempo que no veía a este idiota, dije señalando a Adrien.

-Cállate, y ¿No te han dicho que no se señala a la gente? Es de mala educación. Y ahora preséntame a tu amigo que el pobre está flipando.

-Oh si, Nathan este es Adrien mi primo favorito pero que es un idiota total y Adrien este es mi fabuloso novio, Nathan.

Los dos eran parecidos en la altura y en que ambos tenían complexión fuerte. Sin embargo el pelo negro de Nathan contrastaba al lado del pelo castaño muy claro de Adrien y los ojos de Adrien a diferencia de los de Nathan, no eran azules sino color miel.

Se saludaron con el típico saludo de tíos y mi primo habló:

-Así que, eres el novio se prima ¿eh? Pues como le hagas daño, te romperé huesos que hasta desconocías que tenías.

-No planeo hacerle daño a Alice, me gusta mucho y quiero verte intentarlo, dijo Nathan con una calma sorprendente que me sorprendió debido a la amenaza de Adrien.

Nathan iba hacia su casa pero tras unos pasos, dió la vuelta, se dirigió a mí y me besó como queriendo demostrarle algo a Adrien, quien miraba la escena sin expresión alguna.

Cuando nos separamos se despidió de los dos. Con un "hasta la próxima" hacia mi primo y con un beso y "un hasta luego princesa" para mí.

Adrien y yo entramos dentro y en casa no había nadie.

Le dije a Adrien que se sentara en el sofá y tenía que hacer una llamada.

-¿Si?

-Daniel soy Al. Dime, ¿ya te han dado las notas?

-No, aun estoy de camino. ¿Ya llegaste a casa? No te vi.

-¡Ah eso! Es que fui por el camino largo. Bueno solo te llamaba para decirte que me debes una gorda.

-Al, ¿a qué te refieres?

-Hablamos después que el primo Adrien vino y lo tengo abandonado en el salón. Hasta después.

Y colgué.

Fui hasta el salón donde estaba Adrien y me senté a su lado:

-Nathan te cayó bien¿ no?

-Si jajajaja nadie en mi vida me había hablado así.

-Quizás sea por qué no te conoce ¿no crees?

-Puede ser. Ahora cuéntame todo lo que te ha pasado.

-Si, si, si pero dime, ¿Qué haces aquí?

-¿No te lo dijeron tus padres? Voy a estar aquí hasta el día 3 que me vuelvo.

-No, no me dijeron nada, pero me alegro de que vinieras. Ahora te pongo al día.

Adrien y yo estuvimos hablando hasta que llegó mi hermano, el cual tenía una cara de felicidad, increíble.

-Hola Daniel, ¿Qué tal? Preguntó un Adrien curioso por el estado de Daniel.

Mi hermano solo se limitó a sonreír mientras subía a su habitación mientras cantaba

Because I'm happy,clap along if you feel like a room without a roof.Because I'm happy,clap along if you feel like happiness is the truth

Y mágicamente, pasaremos al día 25 en el que yo ya había recibido los regalos de mi familia.

Mis padres me regalaron 250€ cada uno, mi hermano me regaló ropa y mi primo un álbum de fotos que nos habíamos tomados los dos, solos o acompañados. La más antigua era de cuando yo tenía 9 años.

*Flashback*

-Gracias por los regalos. Iré a guardarlos arriba, ahora vuelvo.

Subí a mi habitación, donde guardé mi dinero en mi lugar especial, la ropa en el armario y el álbum lo dejé en el escritorio.

Estaba a punto de bajar cuando mi móvil sonó y lo cogí.

-Ábreme la ventana y colgó.

Aparté la cortina,abrí la ventana y allí esta Nathan, más guapo que nunca. Llevaba una camisa blanca, un pantalón negro y unas deportivas blancas. En resumen, que estaba para comérselo.

Abrí la ventana y Nathan entró.

-Hola preciosa, venía a traerte tu regalo de navidad. Y me entregó una caja de terciopelo negro.

La abrí y dentro había una pulsera de cuero rojo trenzado de la que colgaba un corazón en plata que tenía grabado un "te quiero". Besé a Nathan a modo de agradecimiento y le di mi regalo.

-Espero que te guste Nat.

-Viniendo de ti fijo.

Estaba a punto de besarme cuando el grito de mi madre sonó abajo:

-Alice, nosotros nos vamos a dar una vuelta, ¿Quieres venir?

-Prefiero quedarme y así acabo de planificar las cosas con Bill y los demás para esta tarde.

-Vale cariño, nosotros nos vamos y escuché la puerta abrirse y cerrarse.

Y así habíamos llegado a esta situación.

Nat estaba sentado en mi cama, yo en su regazo y el impidiendo que me levantara. ¡¡Uuuhh!! ¡Acabo de tener una sensación de deja vu!

El caso es que no sabía qué hora era pero no me preocupaba llegar tarde pues tenía la alarma puesta para que me avisara con el tiempo suficiente para poder prepararme.

Todo estaba en silencio y Nat y yo solo nos mirábamos a los ojos y nos dábamos algún que otro pequeño beso.

Estaba peinando el pelo de Nat con mis dedos, hasta que Nat los cogió y los apartó.

Miré a Nat a los ojos y solo vi tristeza, más de la que me gustaría.

-Amor, ¿Qué te pasa?

-Alice... esto... yo creo que deberíamos cortar.

Y entonces la alarma sonó.

Prisión escolarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora