Capítulo 5 Un nuevo amigo

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19 de Octubre. Campo de batalla (al norte), 10:30 am.

Aún no puedo creer que me regalaran una guadaña firmada "la degolladora".

En fin, nos levantamos temprano, me dieron "comida especial" porque "tienes que estar fuerte ñe ñe ñeñe ñe~" *voz burlona* Ejem... Bien, una vez que desayunamos, nos levantamos y estiramos un poco hasta que sonó la alarma de invasores.

-¡QUE NO ESCAPE! -Gritó el general.

-¡Éste no se me va! -Corrí detrás del ángel con mi guadaña en mano.

-¡A ver si me atrapan!- el ángel tiró una bomba de humo y salió volando.

-¡Maldito! ¡NO TE ME VAS A ESCAPAR! -Desplegué mis grandes alas y volé detrás del ángel.

*30 minutos después*

-¿Y...? -Preguntó el general cruzado de brazos recostado contra la pared.

- . . . . . - tiré una pequeña bolsa sobre la mesa.

-¿Y esto...?

-Su corazón, general.

-Impresionante. -Sonrió de lado.

-Usted es algo macabro señor...

-No me conoces Gray... -Rió por lo bajo.

- . . . -Retrocedí hasta quedar contra la pared contraria donde estaba él.

-¿Me tienes miedo?

-Algo... -Dije que voz baja.

-No debes tenerme miedo... -Se acercó y me atrapó entre sus brazos.

- ¡A-Aléjese!

-Eres muy bonita... -Hundió su cara en mi cabello.

-¿Q-Qué hace? -Le grité.

-Hueles de maravilla... -Acarició mi cadera.

-¡No me toque! -Le grité algo ruborizada.

-No te voy a hacer daño... -Rozó mi cuello con su nariz.

-¡PARE O LE DIRÉ A MI PADRE! -Intenté empujarlo.

-Qué desobediente eres. -Me tomó de la cintura con ambas manos y me acostó a la fuerza sobre su escritorio.

-¡Basta! -Grité intentando librarme.

-No me detendré. -Tomó mis muñecas con su mano izquierda mientras con la derecha bajaba mis pantalones.

-¡BASTA! -Grité y le pegué una patada en su entrepierna. Él cayó al suelo agarrándose sus partes nobles.

En ese momento aproveché, subí mis pantalones y salí corriendo hasta que me choqué con alguien y caí al suelo.

-¡Vaya! ¿Está bien señorita? -Preguntó el chico de ojos azules con el que había chocado.

-Eso debería preguntarle a usted... perdón por el golpe.

-No hay cuidado señorita Gray. -Sonrió y estiró su mano para ayudarme a levantar.

-Otro que me conoce... - Tomé su mano y me levanté.

-Me llamo Ekans. Un gusto conocerla en persona.

-El gusto es mío. -Sonreí.

-Estás algo... roja.

-¿Oh? Eh, sí... verás... Pasó algo y salí corriendo por eso.

-El general, ¿verdad?

-¿Cómo?

-¿Adiviné? -Dije sonriendo y levantando una ceja.

-Así es.

-La guerra enloquece a los hombres, Gray. - <Más con una chica linda como tú...>

-Bueno...

-Tranquila, si le das una buena patada vuelve a la normalidad enseguida.

-Entonces, ¿ya no me molestará?

-Lo dudo... si le rechazan una vez, ya no vuelve a intentarlo.

Qué asco, de verdad, estúpido general que se cree el todo. Viejo horrendo

Entre el amor y la guerraWhere stories live. Discover now