Broke.

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Ahogo un sollozo en la parte posterior en su garganta.Había despertado en medio de una nube de confusión y escalofríos, se abrazó así mismo en un vano intento de controlarse, miro de reojo el despertador, era cerca de media noche.

Otra vez la misma pesadilla, los mismos gritos, las mismas miradas acusadoras juzgándole.

Yoongi no debía estar pasando por esto, él ya no era un adolescente.

La camisa que usaba para dormir estaba empapada en alguna clase de sudor apagado que fríamente recorría desde sus sienes y se perdía en la curvatura de su cuello.

Tenía que salir de ahí.

Poco importó la espantosa tormenta que se desataba afuera, necesitaba sentir que estaba ahí, que aún estaba vivo.
Antes de siquiera razonar si era buena idea, se encontraba corriendo fuera del edificio. El frío aire golpeaba sus pulmones con tanta fuerza.

¿Qué tenía Yoongi en este mundo?

Río entre dientes, no tenía nada.
Yoongi estaba jodido. Yoongi destruía todo lo que tocaba, todo lo que amaba.
Paro bruscamente tratando de regular su respiración, las gotas se sentían pesadas sobre sus hombros, como si estuviese hecho de papel y pudieran destruirlo en cualquier momento.

Jimin.

Su nombre resbaló en un susurro, sin siquiera proponérselo, había terminado frente al edificio del menor.

¿Hace cuánto había decidido huir del menor?

Tal vez un par de meses, aún no podía estar del todo seguro. Su almohada aún tenía un apagado aroma al shampoo de Jimin, en sus gavetas aún se encontraba el cereal preferido de Jimin, un montón de libros regados llenos de un montón de clichés y frases comerciales que Jimin insistía en leer.

"¡Dios! Me destruyo totalmente con las últimas líneas".- río ocasionando que el corazón de Yoongi se agitara levemente.

"¿Qué hay de bueno con un montón de palabrería barata?".-Yoongi tenía una lengua venenosa.

El pelirrojo río levemente.-"La recompensa del escritor es la alegría, las lágrimas amargas o de júbilo, los sentimientos encontrados, la confusión o el conflicto que puede generar en tu corazón"

Park Jimin, el soñador, idealista y patético Park Jimin.

No debería sorprenderse, después de todo, como todo patético aspirante a escritor, Park Jimin estaba lleno de rebuscadas frases, de poesía, de sentimientos, de ilusiones. Park Jimin estaba tan lleno de vida.

Qué Yoongi únicamente deseaba destruir cada rastro de esperanza, de amor, de anhelo.

Jamás estuvo en sus planes desear algo más que su cuerpo, tampoco el hecho de verse sonriendo nuevamente, mucho menos, el de haber caído irremediablemente enamorado.

El estruendo de un rayo lo saco de sus recuerdos.

No estaba seguro si el menor abriría la puerta, de hecho esperaba que no lo hiciera, así podría dar la vuelta y continuar con su vida, sería su último intento.
Toco suavemente sin atreverse a llamar por el intercomunicador, dos leves golpes y el menor se encontraba frente a él. Tal vez se debía a que Yoongi llevaba demasiado tiempo observándolo a lo lejos, tal vez era la firme estructura de sus músculos que insistía en resaltar, tal vez era sólo la luna y el mar de emociones que estaba en su interior, pero Jimin lucia realmente hermoso.

-Hey.- saludo con un susurro viéndose algo sorprendido, pero no irritado.

-Es frío afuera.- hablo encogiéndose de hombros, no necesitaba demasiadas palabras, no con Jimin.

Él menor sonrío haciéndose a un lado y dándole la espalda en una clara invitación.

-Puedes acomodarte en la sala.- apuntó.- Te traeré una taza de café.-hablo perdiéndose en el pasillo.

Le tomó un minuto relajar su postura y conducirse dentro. Todo estaba de la misma forma, tal vez aún no era demasiado tarde. Tal vez aún podía abandonar toda idea de arrastrar al menor. Un pequeño ejemplar que descansaba sobre la mesa llamo su atención, era la copia que le había regalado al menor, "No es realmente nada, lo encontré por accidente en una tienda de segunda mano", había dicho para destruir la burbuja del menor.

Eso no explicó porque Yoongi había recorrido cada librería de la ciudad, ni tampoco sus horas al teléfono tratando de conseguir una copia en Canadá que Alexander había encontrado de suerte gracias a su novia.

Yoongi estaba cansado, demasiado.

Jimin era un pequeño cursi e idiota romántico, adicto a la cafeína, risueño hasta la médula y un adolescente hormonal.

-Yoongi.- la voz de Jimin había sido tan calma y melódica.

Tomó automáticamente la ropa que el menor le ofrecía. Algo sobre Jimin era que el pelirrojo era estúpidamente cliché, incluso tal vez, lo hacía inconscientemente, sus pijamas iban a juego una con la otra, reprimió una risa.

-Creo que sabes dónde está el baño, ¿Uh?.- asintió y camino lentamente a través del pequeño pasillo, los ojos de Jimin jamás se fueron de su espalda.

Cerró permitiéndose tomar un respiro. No estaba seguro ahora, tal vez debía dar vuelta. Terminar con esta escena cliché que el mismo estaba montando. Se deshizo sin ninguna prisa de su empapado abrigo, una sonrisa involuntaria cruzó su rostro.El abrigo de Jimin, se corrigió.
El agua recorría lentamente su cuerpo, calentando cada hueso de su congelado cuerpo. "Te amo" , dos insignificantes palabras, las mismas que le habían hecho frenar en seco al menor, "Es tarde, Jimin. Hablemos luego".

Sacudió levemente su cabeza mientras terminaba con lo suyo, necesitaba estar seguro.

Salió del aseo con una pequeña toalla en sus manos, Jimin odiaba que anduviera con el cabello mojado por el departamento "Yoongi te resfriarás y tendré que ser yo quien cuide de ti"

Se acercó inmediatamente a la barra alcanzando una de las tazas.

Negro sin azúcar.

El departamento estaba tenuemente iluminado, todo parecía tan armonioso.
No dijo nada, el rostro de Jimin era tan apacible mientras tomaba en su propia taza. La pequeña cicatriz en su ojo derecho ;producto de un accidente en su infancia, relucía sin todo ese maquillaje que se empeñaba en llevar, era realmente estupido, Jimin era precioso con cada marca.

Suspiro.

Jimin sería su último juego.

Hablo en medio de susurros, detallando cada pesadilla que lo atormentaba, cada error cometido, cada juego fallado. No noto el momento en que sus lágrimas descendieron en cadena, una tras otra. Tratando de ahogar cada fragmento de su alma. No se opuso a los brazos del menor como lo habría hecho en otra situación, en otra vida, con otra persona. Yoongi lloro días, lloro años, lloro siglos.

Y Jimin lo sostuvo tan dulcemente, susurrando miles de promesas contra su piel, besando y acariciando, trayéndolo de vuelta a la realidad.

Jimin se abrazó tan fuerte como si pudiera repararle.

Tal vez, solo tal vez.

Después de todo, Yoongi aún no estaba seguro.
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Lamento las faltas de ortografía y/o redacción.
Realmente no sé si alguien llegue a leer esto, dado que solo estaba pensado cómo historia de un capítulo, el cual fue subido hace años, pero si lo has hecho, infinitas gracias.
En los comentarios he notado que les llamaba la atención Yoongi, y por alguna razón me es más fácil escribir algo que pienso sería parte de él, he escrito una historia realmente corta "Play With Me" en donde muestro parte del "pasado" de Yoongi, si es que alguien le pueda interesar, hay algunos cabos sueltos, pero serán resueltos.
Os quiero.
Palliyong.

Una taza de lluvia. |YoonMin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora