El indicado

1.1K 156 15
                                    

Guillermo Díaz

Me siento en la oscura esquina y miro la habitación como un predador hambriento buscando a su próxima presa. No lo he elegido aún, pero el hombre que compartirá mi cama por los próximos meses está en esta habitación, justo ahora.

Miro a un apuesto rubio acercarse a mi mesa.

—¿Qué puedo ofrecerle? —Hmm. Un mesero, en absoluto mi gusto usual.

Tengo preferencias. Atractivo. Maduro. Refinado. Este mesero cumple con el requerimiento de atractivo bastante bien, pero no tiene refinamiento ni madurez como muestra su ropa, una camisa demasiado ajustada y jeans rotos. No es lo que busco. Además, mis últimos dos acompañantes fueron rubios. Quiero un sabor diferente esta vez, pero no pelirrojos. Quiero un moreno. Un bello moreno.

Me recuerdo que no estoy en Madrid, donde tengo una interminable variedad de hombres sofisticados de los que elegir. Mis opciones son más limitadas en la pequeña ciudad de Tenerife, pero eso no significa que deba conformarme con el primer hombre atractivo que vea.

—Tomaré un Shiraz.

Estoy preparado para una relación más prolongada esta vez, tres meses enteros en lugar de las tres o cuatro semanas. Espero poder conservar a éste un poco más de tiempo, y esa es razón suficiente para estar seguro de hacer una decisión sabia.

Comienzo mi búsqueda por el club con la primera mesa al frente de la habitación.

Un bello moreno se sienta con un grupo de mujeres. Lo miro por un rato, pero decido que es demasiado amistoso con la mujer sentada junto a él. Tienen que ser pareja.

Paso la hora siguiente escaneando el lugar y no encuentro nada. Estoy abatido.

Ninguno resulta adecuado y este club es de lejos mi mejor opción para conocer a hombres solteros en esta ciudad. Quizás debería considerar volver otra noche cuando no haya micrófono abierto. Esta noche el lugar está lleno de estudiantes ebrios.

La búsqueda de esta noche ha sido una pérdida, pero por lo menos el karaoke fue entretenido.

Estoy terminando mi vino antes de irme cuando un anunciante del club toma el escenario y pide al siguiente cantante que suba. Un grupo pequeño de personas al otro lado de la habitación nomina a uno de ellos. Mi visión del pobre bastardo está bloqueada por la multitud de chicos intoxicados parados entre nosotros, pero estoy seguro de que éste será otro delicioso descarrile de tren.

El club rompe en ánimos y cantos.

—Hazlo. Hazlo. Hazlo. Hazlo.

Un hombre joven camina al escenario y se para con su espalda hacia el público mientras toma una guitarra de su soporte. Levanta la correa sobre su cabeza y la acomoda en su lugar. Cuando termina de ubicar la guitarra en su lugar, da una vuelta y se sienta en la banqueta en el medio del escenario.

Es hermoso. Y de alguna manera pasó desapercibido durante mi búsqueda.

Está usando una camisa marfil y una chaqueta de jean con botas vaqueras marrones.

Prueba un par de veces la guitarra prestada y luego se inclina al micrófono.

—¿Están pasándola bien esta noche?

Es español. Aunque su voz hace a su acento sonar distinto, no como lo que he escuchado antes.

La multitud rompe en ánimos borrachos y oigo a una mujer gritar sobre la multitud:

—¡Ahora sí, guapo!

El sonríe y ajusta el micrófono.

—No soy de por aquí. Es mi primera noche en Canarias.

Desconocidos / Fanfic WigettaWhere stories live. Discover now