The karate girl (Ranma Saotome) [FINALIZADA] EDITADA

Cap 2

- ¿Pro... prometida? -Preguntó el señor Tendo en voz alta. Asiento y todos los presentes notamos como está a punto de desmayarse. Sus hijas corren hacia él, algunas no sé cuando habían aparecido, y una de ellas comienza a abanicarle. Es la que me ha abierto la puerta.

- ¿Qué ocurre, papá? -Pregunta la más joven de ellas, de pelo moreno con brillos azul oscuro.

El señor Tendo, tras recomponerse, me señala desganado. -Ha aparecido otra prometida para Ranma.

La chica me mira unos segundos y aprieta el puño, enfadada. - ¡Ese maldito mujeriego! ¡Ranma!

- ¿¡Qué?! -Un chico de trenzados cabellos azabaches baja las escaleras con rapidez. - ¿Qué, Akane? Estaba durmiendo muy plácidamente, par tu información.

-Para tu información, otra chica más ha aparecido ante la puerta de nuestro hogar para contraer contigo matrimonio. ¿Tan poca suerte creías que ibas a tener en la vida?

Miro la escena en silencio, sin saber muy bien el qué hacer o decir, sin tampoco esperarme todo lo que ocurría. Había venido a casarme con un chico de mi edad con el que me comprometió mi madre de pequeña, no a vivir un programa de citas en las que un grupo de chicas desconocidas y yo nos pelearíamos por un chico que ni siquera conozco.

-Disculpad. -Hablo por primera vez desde que me había presentado. -Mi madre fue la que arregló el matrimonio, no yo. Ni siquiera deseo casarme nada más cumplir la mayoría de edad, si así lo desean encantada hablaré con mi madre para arreglar todo esto y no causar problemas alguno. -Traté de escapar de aquella situación pero el padre de mi prometido llegó al pasillo al oír tanto griterío. -Oh, mierda. -Susurré al saber que no lograría librarme de aquello.

-Papá. -Llamó serio y enfadado Ranma a su padre. - ¿Cuándo vas a dejar de buscarme prometidas por el mundo?

- ¿Prometida? -El padre de Ranma, nada más verme, se pone totalmente pálido. -Ranma, hijo mío, tengo que hablar seriamente con el señor Tendo. ¿Por qué no te quedas con esta chica y os vais conociendo? -Antes de que su hijo pudiese quejarse este se había ido a otra sala de la casa acompañado del hombre de potente bigote.

Las tres chicas y el que sería, de momento, mi futuro marido me miran como si fuera una intrusa. -Escuchad, yo tampoco quiero estar aquí. Ni casarme tan pronto, menos aún con un extraño. Así que dejad de mirarme como si fuera una delincuente que ha venido solamente para dañaros y robaros.

- ¿Cómo te llamas?

Suspiro ante su intento de amabilidad. -Megumi Megurine, encantada. -Miro la entrada a aquel hogar al que supuestamente deberé permanecer sin mucha alegría. Solamente quería irme a mi casa, estar con mi madre y vivir una vida amorosa normal. Ni reglas de batalla estúpidas ni compromisos forzosos, solamente enamorarme poco a poco y buscar al amor de mi vida.

-Encantada, Megumi, yo soy Akane Tendo, mis hermanas Kasumi y Nabiki, y al estúpido de Ranma supongo que ya lo conoces.

-Sí, bueno, después de que lo llamaseis así varias veces me he hecho a la idea.

Nos quedamos otra vez en silencio. Como habréis podido notar no soy una chica de muchas palabras por lo que tampoco podía ayudarles mucho a la hora de querer conocerme mejor. Nunca antes había comenzado una conversación con nadie y no iba a empezar a hacerlo ahora.

- ¿Sabes hacer taekwondo? -Me preguntó Akane, aún más interesada en esta respuesta que antes al querer saber mi nombre. Asentí con la cabeza y la energía comenzó a rodearla. - ¿Podríamos tener un enfrentamiento? Quisiera ver tu fuerza.

Sonreí con guasa ante aquello. -Prefiero luchar contra él, sinceramente. -Señalé a Ranma, quien me miraba algo alarmado. -Después de todo, es el causante de que me encuentre en esta estúpida situación. Me vendría genial poder desfogar mi ira contra alguien.

- ¡Un momento! -Gritó el moreno. -No me apetece pelear ahora mismo, solamente quiero dormir tranquilamente sin que ninguna desconocida se proclame mi prometida. ¿No puedo hacerlo?

-Yo tampoco puedo vivir mi vida tranquilamente, quería enamorarme de alguien que yo misma decidiese y mira donde me encuentro. -Subo y bajo los hombros sin darle mucha importancia. -Si me queréis ver pelear tendrá que ser contra la persona que me ha obligado a alejarme de la vida en sueño que me había planificado, sino va a ser así, no lo haré. No voy a perder el tiempo peleando con cualquiera que se me cruce por delante.

Sin hacer mucho caso a quienes se hallaban a mi alrededor me quito con calma los zapatos y entro a la estancia. -Bueno, ¿dónde me hospedaré?