Angelica Argent se muda junto a su familia a Beacon Hills. Ella teme volver a ser de los perdedores de la preparatoria, por lo que hace lo que puede para que las demás personas la quieran, incluso si eso incluye sentirse obligada a hacer cosas que r...
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¿Alguna vez les ha pasado que hacen algo tan, pero tan estúpido que desean no haber nacido? A mí me pasó, y tristemente, esa no iba a ser la última vez.
Había tenido la brillante idea de disfrazarme y bailar con mi mejor amiga, sin saber que esa decisión me costaría mucho luego. La idea no llegó a mí de la nada, algo la invocó a mi mente. Verán, nos sentíamos muy estresadas por las pruebas de fin de curso y se me ocurrió disfrazarnos para liberar estrés.
Que alguien te vea disfrazada a los diesiceis años, ya es algo vergonzoso a menos que sea halloween. Bueno, imaginen que chicos de tu escuela te vean disfrazada de puta. Sí, leyeron bien, puta. Se me había ocurrido la maravillosa idea de que Allison y yo nos disfrazaramos de putas. El preoblema era que no nos quedaban bien los disfraces, nos veíamos ridículas. ¿Por qué Allison me hace caso? Cada cosa que sale de mi boca es una estupidez, ¡tiene que dejar de hacerme caso!
― Este es... Algo así como 'las putas de la media noche' ― hablé como si fuera experta en un tema que ni siquiera comprendía realmente. De mis labios salió un chillido agudo que irritaría a cualquiera ―. ¡Y este es de 'las putas en pijamas'! ― exclamé riendo. No sabía ni qué mierda decía.
Allison sonrió con su típica sonrisa que ilumina hasta los rincones más recónditos de mi alma y supe que tenía una idea. Diría que la idea era brillate, pero todos sabemos que esto termina peor que una tragedia griega. Nadie puede salvarse de las idioteces que hacemos los adolescentes.
― Pruebate este, Angie ― me extendió un conjunto para luego comenzar a ponerse uno ella.
Me desvestí y luego vestí con lo que me había entregado ella (o algo así, pues lo que tenía puesto era tan diminuto y transparente que no se me hacía posible verlo como algo más que unos trapos para limpiar que había en casa). Me di la vuelta y lancé una carcajada al ver a mi hermana. Ambas nos veíamos tan ridículas que daba risa, y un poco de pena realmente.
Caminamos por un par de pasillos para al fin llegar a la sala de la casa. Nos paramos frente a un gran espejo y comenzamos a posar mientras reíamos como maniáticas. Tristemente, como yo era más corta de altura que Allison, tuve que subirme a una silla para verme mejor. Ella estaba vestida como 'la pirata más puta' y yo como una legendaria 'puta de París'. Comenzamos a girar y poner miradas seductoras y raras.
De repente escuchamos unos silbidos y quedamos inmóviles. Nos miramos entre nosotras y nos dimos vuelta lentamente. Atrás nuestro, las ventanas estaban abiertas y en el edificio vecino vimos las caras de unos chicos de nuestra escuela. Lo peor: eran un año más grande que nosotras. Conociendo las jerarquías escolares, ya deben saber como termina.
― Mierda ―murmuré por lo bajo. Nos fuimos corriendo lo más rápido que nuestras piernas nos lo permitieron. Al llegar a la habitación de Allison, la cual era la que quedaba más cerca, caí rendida a la cama y miré hacia arriba con el ceño fruncido ―. ¿Esto es real? ― logré decir a pesar del shock. Hice una pausa ―. Seremos el hazmerreír de la escuela.
