Capítulo 2

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El chico nuevo, supuestamente llamado "Shawn" era la nueva novedad de los pasillos de Hilary. Todas las chicas ya estaban rendidas a sus pies por ser condenadamente guapo y se rumorea que la ayudante de la secretaria, una chica de segundo año, estuvo hablando con él y dice que es encantador. Lo más curioso es que va a último año de escuela y entró a mitad del curso.

¿La razón? Todavía no se sabe. Pero pronto se sabrá. Si bien la escuela es grande, las noticias vuelan por los corredores.

—¿Ámbar Steele ha sido opacada por una chica de segundo año? Wow, esto es más novedoso que el chico sexy...— sentí unas risas y rodé los ojos.

—¿De qué estás hablando, Meredith?— me crucé de brazos y alcé una ceja.

—Que la torpe ayudante de la secretaria ya habló con el chico nuevo antes que tú. Y se dice que ella le mostrará la escuela...— canturreó la última parte y reí irónicamente.

—Le dejaré que su aburrida vida de chica de segundo año sea emocionante por media hora por andar con un chico de último— asentí y chasqueé la lengua. —Ahora, si me disculpas, tengo cosas más importantes que hacer...

Me di media vuelta para seguir mi camino y divisé al chico nuevo viendo una hoja con Elizabeth Blake explicándola, la chica de segundo año. Me giré hacia Meredith y le señalé con mi dedo mi ojo para que viera y ella hizo una reverencia con una sonrisa maliciosa.

Respiré, me arreglé el pelo y caminé hasta los dos chicos.

—Hola Elizabeth— le sonreí a la chica y ella me devolvió el gesto después de alzar la cabeza en mi dirección.

Sabía que él me estaba mirando, pero lo ignoré.

—Oh, hola Ámbar...

—Cariño, quería decirte que al final del día iré hacia allá para rellenar el formulario para reina de la graduación, sólo para que tengas el papeleo listo— le guiñé un ojo agregando una sonrisa y asintió alegre.

—Claro, no hay problema.

—¿Aquí hacen fiesta de graduación?— el chico miró a Elizabeth por un segundo y luego no despegó su mirada de la mía.

—Sí, todos los años y la reina debe ser de último curso...— le explicó Elizabeth nerviosa. Él la miró y luego me volvió a mirar a mi.

—¿Eres de último año?— me preguntó con una sonrisa.

—Sí, la mejor opción para reina ¿No es así, Beth?— la miré y el chico también volvió a posar sus ojos en ella.

—Sí, Ámbar tiene todas las cualidades que se requieren en una reina de Hilary Rich— mostró una sonrisita nerviosa de nuevo al chico y él le sonrió también.

—Eres tan tierna— le sonreí agradecida.

—Oye... cómo eres de último año, y yo también ¿Me podrías decir cuál es el salón de artes dramáticas?— me preguntó y sonreí internamente.

—Claro, ese de ahí— señalé detrás de él y se volteó.

—Gracias, reina de graduación— me tocó el antebrazo como en señal de despedida y le sonrió a Elizabeth.

Agité mi mano en dirección a la chica y me devolvió el gesto. Caminé de vuelta hacia Meredith quien tenía los brazos cruzados y una sonrisa en el rostro. Pasé por su lado y chocamos puños.

[...]

—En clases de Escritura Francesa me dediqué a investigar al chico nuevo, no tengo tanto material, pero sirve de todas formas— habló Dianna mientras caminábamos hacia la biblioteca por unos libros.

—Habla— demandó Ariadna y sonreí.

—Se llama Shawn Mendes, canta, toca guitarra y su abuelo es el dueño de la compañía Menddes, su padre es el gerente de la sede en Chicago y aquí en California.

—¡No juegues! ¡Dicen que Menddes le está haciendo competencia a Apple! — chilla Ariadna.

—Es verdad, el ranking de ventas están igualadas hacia las dos compañías.

Rodé los ojos y caminé directamente hacia el pasillo de Historia, busqué el libro gordo de tapa dura que tanto había leído y cuando lo encontré me fui a sentar con mis dos amigas siguiéndome. Tenía tarea de historia y tenía que hacerla ya, en casa no tengo ni internet ni tiempo.

—Dice que su papá se vino a vivir a California para mejor organización de la empresa— Dianna se encogió de hombros y suspiré.

—Ámbar ¿Por qué siempre haces la tarea aquí en la escuela? Hazla cuando llegues a tu casa, el internet es más rápido— bufó Ariadna y fruncí el ceño.

—Me gusta hacerla aquí porque entiendo con material confiable, en internet salen puras estupideces sin sentido y el noventa por ciento de la clase les cree. No me subestimes Ariadna— hablé enojada mientras volvía con la vista al libro. Me molestaba cuando ellas quieren que yo haga las mismas cosas flojas que ellas. A mi me gusta, leer la materia, investigar y escribir con conocimientos reales y correctos. Si me meto a internet y escribo cualquier frase que aparezca, no voy a llegar a ningún lado.

«Además porque ni tengo»

—Hola reina de la graduación— alcé la vista y vi al chico nuevo parado a unos metros de mi y Ariadna con Dianna embobadas admirando su presencia.

—Hola chico Mustang— sonreí y él me imitó. —Soy Ámbar Steele, no nos presentamos bien— estiré mi mano hacia él y la estrechó con la suya.

—Shawn Mendes.

Mis amigas carraspearon a mi lado y rodé los ojos, me paré y caminé hasta estar al lado de Shawn.

—Mendes, ellas son Dianna y Ariadna, mis amigas— las fui apuntando y él las fue saludando.

—Mi abuela es la directora de los modelajes anuales de Victoria's Secret— Ariadna hizo un gesto orgulloso y Shawn asintió algo desinteresado.

—Mi papá es el director de la escuela— Dianna volvió a estirar su mano hacia Shawn, pero este no la tomó.

—Ya, déjense de alardear— murmuré y Shawn se rió a mi lado.

—¿Y tu familia que hacen para que tú estés aquí?— Shawn hizo una mueca y sonreí.

—Me gusta mantenerlo en secreto— alcé una ceja y él hizo lo mismo.

—La madre de Ámbar es productora musical ¿Conoces a Silvia Steele?— habló Dianna y la miré con los ojos abiertos.

Sólo ellas sabían que "Silvia Steele" era mi madre, pero la cuestión es que ni conozco a esa señora, para mi suerte solo coincidíamos en el apellido.

—¿En serio? Mi padre con ella son amigos de la escuela— exclamó el chico emocionado y se me aceleró el corazón con la sensación de que seré descubierta.

—¡¿Por qué no nos dijiste que tu madre era amiga del dueño de la compañía Menddes?!— preguntaron mis amigas al mismo tiempo.

Con un nudo en la garganta, se formularon miles de excusas en milésimas de segundos, hasta que una me convenció por completo.

—No tenía ni idea— me encogí de hombros y miré hacia Shawn.

—Le diré a papá que las invite a cenar— me sonrió.

Ay, Dios, no por favor.

—Lo siento, mi mamá está muy ocupada esta semana, tiene que revisar algunas cosas de la discografía y no tiene ni tiempo para ir a comer a casa— hice una mueca y por dentro me latía el corazón a una velocidad impresionante.

—Oh... es una pena. La próxima semana mi padre se va de viaje de negocios por un mes, no podría ser— juntó sus labios en una fina línea y se curvaron hacia abajo.

Ladeé la cabeza y formulé una mueca triste.

Me salvé.

Dos caras «Shawn Mendes»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora