10. Sorpresas

313 9 0
                                    

-Fuimos adolescentes.-dijo Louis, dejándose caer en el sillón de su casa.- No creíamos que todo fuera a terminar en algún momento. Creo que ese fue nuestro error.
Pasó el brazo alrededor de su esposa y miró a su hija, durmiendo entre los brazos de esta. Freddie le palmeó el hombro.
-Nunca creí que fuéramos a encontrarnos. Mucho menos que terminaramos así.-murmuró Harry. -Somos más grandes ahora. Vivimos más. Entendemos más. Supongo que el juego de terminó. Hay algo nuevo ahora.
- Papi, lo nuevo no siempre es malo.-musitó Chloe y miró a Ryan de reojo.
Todos lo notaron pero nadie dijo nada. Su padre besó su frente y mejilla.
- Tenes razón. Ustedes son lo nuevo. Ya no somos unos chicos. Tenemos hijos que cuidar, amar, ver crecer. No nos tendríamos que haber separado. Siento que ya no los conozco.
-Somos los mismos.-dijo Zayn.
-Le pegaste a tu hija.-dijo Liam.- Y vos le gritaste a la tuya.
-Y a vos te falta un hijo y a Harry su esposa.-atacó Louis.
-Mi hijo falleció.-dijo Liam con amargura.
-Mi esposa se fue.-suspiró Harry.
-Por eso tu hija quiere fumar y parece un alma en pena.-resolvió Zayn.- El de la vida perfecta terminó siendo el cornudo de la hija loca.
-No hables así de mi hija.-lo amenazó, poniéndose de pie.- No sabes nada de ella ni de mí.
Liam miró a su hijo, quien abrazaba a Chloe con lágrimas en los ojos. No le gustaba recordar.
-Creo que es mejor que nos vayamos.-dijo Liam.- Ryan, ¿podrían adelantarse?
El joven tomó la mano de Chloe y ambos salieron de la casa. Sophia puso su mano en el pecho de Liam, intentando calmarlo.
-No hables de su hija. -dijo, molesto.
-¿Por qué?¿Por qué no podría hacerlo?
-Porque todos tienen sus propios problemas. No tenías por qué meterla. Es sólo una nena.
-Quiso robarle los cigarrillos a mi hija.
-Chloe perdió a su mamá. Yo... No creí que algo fuera a pasar.-dijo Harry, conteniendo todo el dolor sentido.
-Harry...-dijo Louis.
-No está bien. Cualquiera lo puede ver. Pero antes estaba peor. Habla. Me dice papá, por el amor de Dios, lleva años llamandome Harry o padre. Ella no está loca. No digas que está loca porque no lo está.
-No es necesario...
-Hace ocho años que no sale de la casa a menos que sea en mitad de la noche. La sigo siempre. Va siempre al mismo lugar. ¿No lo entendes? Es nuestra fama la que atormenta a mi hija. Ella no está loca. Estuvo en coma tres años de su vida y ahora sus ojos están abiertos. Lo está intentando. Ella no está loca, no está enferma, no es autista. Tiene miedo y su mamá acaba de abandonarla.
-Harry...
-Sólo quiero que no hables de mi hija.
Dichas las palabras, se acercó a la puerta.
-¿A dónde va?-preguntó Louis.- Tu hija.
-Al estadio.

Next GenerationWhere stories live. Discover now