Escape de la rutina

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16 de febrero

Mientras Dalia se recupera en el hospital, debo seguir con mi vida normal. Bueno, si por 'normal' decimos encontrar los esquemas de un arma muy destructiva...

El taxi se demora. Parece que llegaré tarde. Pero esto me parece raro... Nornalmente no hay tráfico en mi ruta.

Más adelante me doy cuenta: Hay un desvio. Desde la ventana, pregunto al oficial de policia.

- Disculpe, ¿a que se debe el desvio?
- Joven -responde el oficial-, la zona ha sido cercada debido a un tiroteo en la universidad.

Ni bien oí esto, sentí un aire helado en la nuca. Como una sensación de escalofrios.

De pronto, un disparo.
Escucho el pasar de la bala. No se donde ha impactado.

Giro la cabeza, el taxista esta muerto. Bala en la cabeza.

Atiné a agacharme. En buena hora.
Empieza una rafaga de disparos que suenan cercanos. Algunas balas impactan contra las ventanas del taxi.

Aun en el auto, siento en mi mano la sangre que emana la cabeza del taxista. Quiero vomitar, pero no lo logro.

Tengo que decidir, salir y huir o quedarme y esperar que pase todo (o morir por ello)

Elijo salir.

Abro con cuidado la puerta del taxi. Los disparos siguen pero ahora es en contra de la policia. Aun no logro ver quien dispara.

Respiro hondo... y corro. Corro con dirección a una calle aledaña, donde pueda encontrar cobertura.
Sigo escuchando los disparos. Algunas veces más cerca.

Ya no, ahora las balas las escucho definitivamente cerca. Sigo corriendo mientras veo el brillo de las balas en el piso y otras que recién se estrellan contra el pavimento, echando chispas.

Logro encontrar cobertura en la otra calle y me dispongo a ir en busca de Dalia.
Esto no es casualidad. Esto debe ser culpa de 'ellos'.

El Proyecto GalileoWhere stories live. Discover now