Las espaldas

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Ya es de noche, pero en la facultad aún hay clases. No sorprende encontrarla abarrotada de alumnos, profesores y algunos padres que suplican a estos últimos para que su hijo 'el más estudioso entre todos' apruebe la materia.

Noto que el profesor 'Stutch' está ahora mismo en el edificio, conversando con Mark. Es raro, porque ni el profesor ni Mark tienen una clase a estas horas de la noche. Debo suponer que es para seguir coordinando las actividades del aniversario de Galileo (el cual; por cierto, ya pasó).

Antes de llegar a la residencia veo a mucha gente correr hacia ella. Paro a uno de ellos en el pasillo y pregunto:

- ¿Que ha pasado?

- Dicen que hay sangre en la residencia. Abundante sangre.

El tipo se va corriendo, continuando su camino. Le sigo para ver que pasa.

Llego a la residencia y, oh sorpresa: La sangre está en la puerta de mi habitación. No por debajo, sino en la misma puerta. En la misma hay un mensaje:

Lo tienes
Lo queremos
Nosotros vamos por él
Lo obtenemos a las buenas
O uno por uno paga el precio
- I.R

No pierdo el tiempo. Salgo corriendo de la residencia a buscar a Dalia. Al diablo mis cosas, sabiendo que ellos van tras de mi, y de Dalia posiblemente.

Ya en la salida este de la ciudad; como habíamos pactado, me encuentro con Dalia. Pero hay algo diferente con ella: Está llorando.

- Dalia, ¿que te ha sucedido?

- Nada, estoy bien...

- No, no estas bien. Cuéntame, por favor...

- Tom, no insistas. Hay que salir de la ciudad de inmediato

Dalia; aún sollozando, levanta su equipaje del piso y empieza a caminar por el sendero que conduce hacia Dolo.

Nuestro destino: Venecia.

El Proyecto GalileoWhere stories live. Discover now