Capitulo 10

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Las exclamaciones no se dieron a esperar después del brusco movimiento que Ruggero y Jorge dieron, Mercedes abrió sus ojos de par en par y alarmada por su situación actual comenzó a agitarse bajo el agarre de ambos chicos.

—Suéltenme!
—Jorge, Ruggero! —el grito proviene de Danna hizo que ambos chicos aceleraron su paso.

Después de que su hermana soltara la lengua, Jorge no pudo evitar sentir odio puro hacia la rubia, su mirada había conectado casi al instante con la de Ruggero, después de todo el chico de rulos era el único que entendía lo que sucedía en aquel momento y lo importante y delicado que era el tema para el castaño, después de comunicarse por medio de gestos, ambos tomaron por ambos brazos a Mercedes y comenzaron a arrastrarla por todo el patio en dirección a la casa. Lo que Jorge necesitaba, era hablar a solas con su hermana, y claramente con todas las personas presentes no se podría, a parte de todo, Mercedes no era tan estúpida como para aceptar entablar una conversación con el sin ningún testigo de por medio, mucho menos después de todo lo que había sucedido.

—Par de idiotas, suéltenme ahora!— exclamo con frustración Mercedes mientras trataba de anclar ambos de sus pies en el pasto, acción que solo provoco que quedara sin un zapato.
—Ya! Me están lastimando!

Los ojos castaños de Mercedes miraban a ambos chicos que ni siquiera por su última oración se habían detenido, no era mentira lo que había soltado, podía sentir como el fuerte agarre por parte de ambos chicos comenzaba a ser cada vez mas doloroso sobre sus brazos. Eso se ganaba por haber abierto la boca, maldita la hora en que decidió hablar.

—Papá! Ey!— incluso el apenas audible grito de Dafne fue ignorado por el castaño.

Dafne frunció su entrecejo y con cuidado de no caerse corrió detrás de su tíos, podía observar con claridad como su papá se encontraba realmente molesto con su tía, ambos solían enojarse con una gran frecuencia, pero la actitud intolerante por parte de su padre realmente la había sorprendido, tuvo que haber estado de muy mal humor como para reaccionar de aquella manera. La castaña pudo observar a sus tías corriendo detrás de los 3 individuos que recién se habían adentrado al gran lobby de la casa, en que momento su padre y su tío se habían vuelto más rápidos que ella?

—Raymond ey! Ayuda!

El chico que salía del área de la cocina pudo observar el alboroto que se había provocado en medio de la recepción de la gran mansión, al observar a la bella rubia con sus ojos levemente acuosos no pudo evitar caminar con rapidez hacia su dirección.

—Jorge suéltala, la estas lastimando...ey! — exclamo con molestia Raymond hacia el castaño haciendo que los pasos de ambos chicos se detuvieran, la mirada de Ruggero paso rápidamente por el pelinegro tras ellos.

Claro que recordaba a Raymond,  desde luego el había sido el que advirtió a Xabiani del pelinegro. Después de todo aquel chico había sido una de las causas por las que su relación con Mercedes había terminado, no era como aquello le siguiese importando, el era feliz, pero el pelinegro realmente no le agradaba y Ruggero podía perdonar, pero jamás olvidar.

—Porque no te metes en tus malditos asuntos Raymond? — cuestiono con notable enojo Ruggero mientras fruncía su ceño y alojaba su agarre sobre el brazo de su amiga, Mercedes observo de reojo al castaño de rulos y después un tanto aturdida por lo que acababa de suceder dirigió su mirada hacia el pelinegro.

—Ruggero... — el nombrado, rápidamente desvió su mirada de Raymond y la dirigió a su amigo con confusión —vayan adentro, enseguida voy.
—Lo que digas...— murmuró con irritación tras tomar la mano de Mercedes y adentrarla al despacho bajo la mirada de todos los presentes.

Secretos    p a r t e  2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora