Capítulo 6

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Capitulo 6

¿A dónde se había ido toda su dignidad?

Quizá al mismo lugar donde se fue su orgullo, su tendencia sexual, su mente, y todo lo que se necesitaba para poder entrar en razón.

Su mente estaba en blanco, lo único que podía pensar era en Kyoya.

Sintió la boca de Hibari comenzar a lamer su cuello, cerró los ojos y no pudo evitar soltar un pequeño quejido, todo le parecía tan irreal, tan fantasioso e ilógico.

Tan imposible

Respiraba agitadamente, causándole escalofríos Tsunayoshi, mientras intentaba recordar como quitar una camisa, el trabajo le era mas dificultoso al tener su boca pegada al cuello de Tsuna.

Logro alzar la camisa de Sawada, pudiendo así pasar sus manos por su abdomen, escuchándolo gemir de nuevo; cada gemido, cada gesto de Tsunayoshi hacia que Hibari comenzara a perder cada vez mas y mas el control cegando por completo su mente y liberando sus instintos más bajos.

Comenzó a morder inconscientemente el cuerpo de Tsuna, lo comenzó a tocar, lo comenzó a lamer.

Tsuna, por otro lado, sentía un placer indefinido al ser tocado de esa manera por Hibari, le encantaba sentirse deseado, le hacía sentirse importante.

Pero, cuando menos lo pensaba, la ropa había volado, las caricias se repartían por el cuerpo ajeno y la excitación crecía de manera inevitable.

Tsuna se comenzó a extrañar, las caricias de Hibari en ese momento lo comenzaban a enloquecer, pero quería mas, necesitaba más; aunque no sabía exactamente qué era lo que deseaba, estaba confundido.

Llego un momento donde Kyoya se cegó por completo, comenzó a tocar a Tsuna por donde pudiera, no se podía detener, le era imposible hacerlo.

Quería sentir a Tsuna mas cerca, quería sentirlo, quería estar unido a él.

Comenzó a deslizar sus manos por las caderas de Tsunayoshi hasta llegar a su parte baja.

Y entonces lo encontró. Una entrada.

Una entrada al cuerpo de Tsuna.

De la nada sintió como sus cadera eran alzadas, se extraño demasiado, pero no le tomo mucha importancia, quería que Hibari siga tocándolo, y si de esa forma podía tocarlo más, no le interesaba en lo mas mínimo.

Se sentía excitado, deseoso.

Hibari despedía excitación y feromonas por cada poro de su piel, cada parte que era tocada por él, sentía que se prendía en llamas, la sentía quemar.

Pero la excitación se fue de un porrazo, todo el libido que había llegado a alcanzar se desvaneció, dando paso al dolor, un dolor indescriptible.

Por un momento sintió como todo quedaba en blanco; no sentía nada, no veía nada, todo era puro dolor.

El gruñido de placer que soltó Hibari en su oído lo saco de su trance, sintió como inmediatamente la vista se le nublaba a causa de las lagrimas que comenzaba a derramar.

Se sentía arder de nuevo, pero esta vez realmente ardía, sentía que su interior estaba siendo desgarrado, incluso creía sentir sangre caer por su trasero.

Lo intento alejar, intento alejar a Hibari de sí, pero no podía; sentía como sus fuerzas, las pocas que tenia, se habían ido, solo podía gritar, gritar que parara, pero él no le hacía caso, parecía cegado, cegado por el placer.

Y después de todoWhere stories live. Discover now