XXVII

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Sabrina ayudaba a las hijas de Demeter con las decoraciones para la fiesta de primavera. Estas hablaban y reían entre ellas, mientras Katie les daba instrucciones de cómo poner las margaritas y cómo combinar los diferentes colores de las rosas.

A Sabri realmente no le importaba cómo mierda se veían las flores, pero era lo único que lograba distraerla en esos días.

De Mafalda, no había sabido absolutamente nada. En el Campamento Mestizo, preferían no hablar de la hija de la diosa de las doncellas.

Sintió como alguien tocaba suavemente su hombro, llamando su atención.

Leo le sonrió tímidamente, mientras sus mejillas se coloreaban de un tierno rojo.

Rojo. Solo rojo.

- Piper me dijo que te avisara que tienes una llamada Iris.

En esos momentos, las distintas emociones hacia su mejor amiga, hacia sus hermanos y su madre, eran demasiado discordantes y desordenados para poder concentrarse en ella y Leo. Desde el último incidente del "casi beso" (que de hecho había sido el segundo, si mal no recuerdo) ninguno parecía sentirse muy cómodo cerca del otro.

Aunque le costará admitirlo, deseo que Mafalda estuviera allí. Ella siempre la animaba a tirarse, a ser directa y no tener miedo a perseguir sus sueños. Ella era simplemente su guía, y sin ella, su interior no sabía qué hacer, básicamente en ningún momento.

También se ruborizó un poco, pero intento sonreír.

- Voy en un momento.

Camino hacia la cabaña de Afrodita, donde Pipes parecía estar esperándola. Cuando por fin llego, toco suavemente la puerta para que supiera de su presencia, y esta se giró con una sonrisa.

- Leo me dijo que alguien me estaba llamando por mensaje Iris.

- Las dejaré para que hablen solas.- fue lo único que respondió, antes de salir de la cabaña aún con una súper sonrisa.

Sabrina, sin entender nada, giró su cabeza para encontrarse con una maraña de cabellos pelirrojos mejor conocida como Mafalda López.

Esta sonrió un poco avergonzada.

- Holis.

Ella se quedó helada. Porque digamos que, para una persona que no sabe organizar bien sus sentimientos, que de repente ella la llamara después de un mes entero sin contacto, era chocante.

No sabía bien que decir, cómo reaccionar. Así que solo decidió que dejaría que sus sentimientos fluyeran. Claro está, que igual que a Mafalda, hacer las cosas sin pensar suele salir muy (muy) mal.

- ¿Holis? ¿Holis? ¡Desapareciste con una manga de cazadoras desconocidas, me dejaste sin siquiera despedirte, preocupándome todos los días por ti, rezándole a los dioses que estuvieras bien! ¿Holis?

Mafalda tampoco esperaba esa reacción, evidentemente, porque su expresión cambio primero a una dolida y luego a una furiosa.

- Aha, ¿ahora te preocupo? Pues no parecía el día de la coronación, cuando estabas feliz con Leo, y ni siquiera viniste a saludarme.

- ¿Me estás jodiendo? ¿Y qué querías que te dijera? ¿Qué no lo hicieras? Siempre intento pararte, Mafalda, pero tienes esa cabezota que nunca escucha, pensando que puedes hacer todo por ti misma.

- ¿Y tú? No te importa mi felicidad, ni mis decisiones. Me tratas como una maldita niña de tres años que necesita que la cuides, como si fuese idiota. ¿Así me piensas? Déjame decirte que ya soy una adulta y puedo hacer las cosas por mí misma.

- ¡Qué bueno! Estoy segura que podrás demostrar eso diciéndome he te fue genial como cazadora. - luego dijo sarcásticamente- ¿o será que la gran hija de Artemisa es una fracasada?

Eso pasó la línea.

- ¿Y a la hija de Afrodita? ¿Cómo le va? Por lo que se Leo y tú no intercambian palabra porque la heredera del amor no tiene ni la más puta idea de cómo salir con alguien, y necesita que la ayuden. Yo que tú me apuraría, no será que se aburra y se vuelva con Calipso.

- ¿PERDONA? ¿QUIÉN CREES QUE ES LEO, UN CHICO NADA MÁS?

- No se, pero solo tienes 16 años, lo conociste hace máximo un año, ¿cuánto sabes sobre el? ¿Cómo estás segura de que estas enamorada de Leo? ¿Y el de ti? Si realmente lo estuviera, no hubiera tardado tanto en olvidarse de la hija de Atlas. Pero como la gran Sabrina no tiene idea del amor, aquí estamos.

En definitiva, la discusión se había ido a la mierda.

- ¿COMO TE ATREVES?

- Cariño, todos hemos estado absurdamente enamorados. ("Abzurdah")

Y antes de que Sabrina le arrojará un secador de pelo de Drew, esta corto la llamada, dejando a la hija de Afrodita colapsarse en el suelo, sintiendo cómo se rompía, como una guerra rugía en su interior.

Y se durmió.

La hija de Artemisa. {COMPLETA}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora