Primero.

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Actualización 07/10/23

Les comento rápidamente que la novela ya no se encuentra completa aquí, se ha publicado en fisico y podrás encontrarlo a través de Ama//zon, más información acerca de ello en el primer capitulo.

Cualquier duda o comentario que tengan, pueden mandarme MP por mi instagram: ericamontalvo.autor. No contesto los comentarios debajo de este capitulo, no por mala onda, sí no por falta de tiempo.

Un saludo, y espero leerlos muy pronto ♡

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Atiné a decir un par de palabras de disculpa, antes de que de la nada él solo me dijera que me callara. Solo asentí, era normal que estuviera molesto e irritado, claro que era normal. Pero tampoco me merecía ese trato tan despreciable.

- ¿Podrías irte? – dijo, mientras se dejaba caer en el sillón más cercano y me daba la espalda.

- Claro – me acerque a la puerta y salí de ahí sin voltearlo a ver.

Llegue a mi cubículo, parecía todo un poco más alocado que días anteriores. Serena que era mi compañera de a lado, se permitió un momento para poder conversar conmigo.

- ¿cómo te fue?

- Mal, está hecho una furia - contesté, mientras acomodaba unos expedientes.

- ¿Y luego? – preguntó un poco ansiosa.

- Y luego... nada, me dijo que me fuera. No sé si me llamara más al rato.

- Lo más probable... ¿sabes? Dicen las chicas que esta así porque su novia le puso los cuernos.

- ¡Por Dios! ¿qué niña estúpida le pondría los cuernos a semejante hombre? – pregunté más para mí que para Serena.

- Tal vez una niña estúpida que no recibe amor y veo Sarah que te encanta el jefe... o ¿no?

- Cállate, solo admito que es apuesto.

- ¡Claro que es apuesto! Además de rico, apareció en el puesto tres, en la revista FORBES.

No supe que mas decirle. El jefe era apuesto, alto, con el cabello negro, de tez clara y esos ojos castaño dorado, era delgado de complexión musculosa, pero todos esos atributos no servían para tapar el horrible carácter que tenía. ¿Qué culpa tenía yo de que su novia le pusiera los cuernos?

Otra vez, una noche más saliendo tarde la oficina, ya casi todos los demás empleados se habían ido, observe la oficina del jefe por encima de mi hombro y por debajo de la puerta veía salir luces.

- Así que sigues ahí – solté un suspiro, cheque mi reloj de muñeca por décima vez.

Quería ir a preguntar si me podía retirar, pero tenía cierto temor de encontrarme con la fiera de horas atrás. ¡A la mierda, estoy cansada!

- ¿Se puede? – pregunté al tocar.

- Pase

Lo encontré sentado enfrente de su escritorio, la corbata deshecha alrededor de su cuello, el cabello revuelto, y sus ojos clavados en un par de muestrarios de telas.

- ¿qué necesita señorita? – preguntó sin voltearme a ver.

- Señor, ya son casi las 10 de la noche me preguntaba ¿si me necesitaba para algo más, o ya puedo retirarme? – pregunté con cierto temor.

Un servicio al jefe  [AHORA EN FÍSICO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora