aquarelle. ☹ vkook.

; Fuck me hard before you go.

- Bien, Kim Taehyung -el aludido gruñó. Odiaba el cómo su nombre era expulsado de manera venenosa por los labios impropios. Quiso golpear la mesa fuertemente, y dejar el lugar, pero consideró su reputación-. Espero que estés inconforme de verme, y por tu rostro, deduzco que lo estás.

También detestaba que el irritante menor deduciera su comportamiento, como si le conociera. Verdaderamente, su odio por el joven Jeongguk era palpable.

- No hay nada que me arruine más el día que verte, te lo aseguro.

Una suave risa escapando por las comisuras del azabache, y su sonata grabando su existencia en la memoria del escritor. Jeongguk jugó con la cámara colgada a sus hombros, sin dignarse a mirar de frente al más alto.

- ¿Qué quieres, exactamente? -Taehyung cortó, mostrándose enfadado de oír que el contrario reía no con él, sino de él. Incluso de haber reído en conjunto, la emoción sería la misma, no podía imaginarse en una relación saludable con esa... Rata.

- Mira, tu libro es una mierda -una sonrisa cínica naciendo-, pero de alguna forma, genera impacto en las masas. Y quieren un artículo sobre ti. Yo no te voy a entrevistar, sólo fotografiarte, lamentablemente.

La simple idea de ser examinado a través del lente de Jeon Jeongguk le repugnaba. Pero, una sonrisa soberbia surcó las comisuras del mayor, su libro estaba siendo un éxito entre los jóvenes, y ni siquiera Jeongguk podía negar aquello.

Menos cuando tenía una copia, también. Aunque era un secreto.

Pensó en ello. Era su primer best seller y el salto a la fama que necesitaba para volverse un escritor reconocido. Estaba orgulloso (y claro, le alegraba aún más el hecho de que él estuviera a puertas de triunfar, mientras Jungkook continuaba trabajando en la misma revista de hace cinco años y haciendo fotos indies a músicos fracasados, modelos rechazadas, cosas de ese estilo).

Continuó pensando en ello, incluso cuando el fotógrafo, el cual bailaba con una especie de nerviosismo en su caminar, le guiaba hacia su estudio. Abrió la puerta, y para el asombro de Taehyung, parecía ser más que un sótano viejo poco arreglado digno de algún hipster aspirante a algo que no lograría. Lucía profesional. Y acogedor.

Ventanas cubiertas con seda blanca, diversas pinturas colgadas y óleos y cabestrillos en una esquina. Taehyung no sabía que su archienemigo pintaba.

- ¿Qué tienes planeado, Jeon? ¿Una foto a la cual le pintarás bigote y cuernos?

- No, aunque no sería mala idea, pero... -desvió la mirada, en una inocencia demasiado fingida incluso para el escritor, cuyos puños se tensaron ante la simple presencia de esa emoción en el azabache-, las fans quieren algo más.

¿Algo más?

- ¿A qué te refieres?

Su mandíbula se apretó, y no se atrevió a depositar su humanidad en alguna de las aterciopelados sillones que Jungkook tenía ahí. Podrían tener trampas.

- Quiero que veamos... -juntó ambas manos, regalando al afectado una descarada sonrisa mal intencionada-, un lado más profundo de Kim Taehyung.

- ¿Qué mierda quieres, Jeongguk?

- ¿Aún no entiendes?

- No.

- Pues, bien -masajeó sus sienes, arrojando su anatomía hacia el sillón que Taehyung había repudiado con anterioridad-. Desnúdate.

- ¿Disculpa? -su voz sugería un asesinato. Un asesinato hacia un fotógrafo con cara de conejo.

- Eso, desnúdate. El cuerpo humano es arte, ¿por qué no apreciarlo? -aquel tono que le enfermaba. Una arcada tomó posesión de su garganta.