Tres.

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Hoy era el funeral de Chad, me estaba preparando mentalmente para todo esto, aún no podía creer que nunca más lo vería y trabajaría con él.

Hace unos días salí del hospital y cuando llegué a casa encontré una carta en donde decía que la tienda era ahora mía, me sorprendí de que Chad hiciera eso.

Cuando estuve lista tomé mis cosas más las llaves y salí. Una vez en el pasillo, me fijé en una pareja a punto de tener sexo en la puerta de enfrente, rodeé los ojos y seguí mi camino, era costumbre de que mi vecino tuviera pretendientes y fiestas por doquier.

Subí al ascensor y en el momento que comenzó a cerrarse una mano lo impidió, fruncí el ceño al ver que un chico que nunca había visto en mi vida se subiera, claramente era amigo del porno star de enfrente porque éramos lo únicos que vivamos en ese piso.

Las puertas se cerraron y saqué mi teléfono el cual sonaba indicando una llamada.

-¿Si? -dije bajito ya que me era incómodo hablar con el chico a mi lado-

-¿Donde estás? -preguntó Nash al otro lado de la línea-

-¿Dónde crees tu? en casa, idiota -dije molesta-

-Sigues molesta porque no te acompañé a lo de Chad, ¿amor? -dijo con un tono burlesco-

-Mira, Nash - al nombrar al anterior el chico fijó su mirada en mi y enarcó una ceja- ¿Qué? -dije sin pensar y el sonrió-

-¿Estás con alguien? -preguntó mi novio al otro lado sonando molesto-

-Claro, estoy aquí con veinte mil chicos a punto de hacer una orgía -respondí sarcástica a lo que el chico a mi lado rió- te llamo luego, ¿si?

No esperé a que respondiera y corté. Salí del ascensor a penas las puertas se abrieron y no miré hacia atrás, estaba segura que Nash llegaría en cualquier momento así que tendría que ser rápida si quería asistir al funeral.

Conduje unos 15 minutos y llegué hasta el cementerio, escalofríos recorrieron mi cuerpo entero ya que este no era mi lugar favorito en el mundo. Suspiré e hice mi camino directo al lugar en donde sería todo.

Al llegar encontré a unos 4 chicos y una chica que nunca en mi puta vida había visto y fruncí el ceño, ya que solo éramos ellos y yo. Cuando notaron que estaba yo se callaron y se quedaron mirando los unos a los otros excepto uno, el mismo chico del ascensor estaba a menos de 3 metros mirándome fijamente.

Le dijo algo a su grupo y se acercó hacia mi. Me miró sonriendo y dijo.

Crime | Dillon Rupp.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora