04. « confesiones »

1.8K 267 163
                                    





nota importante.

Sé que soy de lo peor.

He vuelto después de un mes entero, aproximadamente.

Ocurrieron muchísimas cosas en este tiempo que desaparecí. Al principio de todo olvidé mi clave, cuando la cambié escribí muchas veces este capítulo pero nunca me convenció del todo. Cuando por fin sentí que llegó la inspiración a mí, una persona que quería muchísimo falleció, y yo estaba—estoy— realmente devastada. Soy una chica muy sensible, y él me importa mucho.

Vaya, ahora que lo leo, suena realmente mal.

Quiero pedir muchas disculpas a las personas que me leen. Y además, dar gracias por el apoyo que he recibido de su parte, me sacan muchas sonrisas. Muchísimo amor para todas.

Un beso muy grandote.


Era bonito ver cómo a lo largo de los meses Minghao se volvía cada vez más sociable. Había mejorado notablemente con el coreano. Sonreía hasta sus ojos, se escuchaba su voz en los pasillos, y hasta dolía su barriga de tanto reír.

Él seguía sin hablar con Soonyoung, a pesar de todo. Ya saben, ese chico bonito, de ojos achinados, y gran sonrisa.

Para el menor era algo inevitable, no podía controlarlo. No entendía la razón de por qué cuando estaba cerca de él se sentía así de extraño, como si le faltara el aire, como si sus manos temblaran. Incluso sucedía cuando Jun lo mencionaba en medio de una conversación. O cuando se acordaba de él.

Por otra parte, Hoshi había llegado a aceptar que nunca podrían ser amigos. Eso hacía que se sintiera realmente mal. Aunque, cuando veía a Minghao estaba feliz otra vez; pero no feliz como cuando mamá le compraba su helado favorito, sacaba buenas notas, o jugaba con Coco. Él era feliz, de una manera inmensa, diferente a las demás. De una manera que causaba que sonriera como tonto y sintiera cosquillas en su estómago.

— Arriba, pequeño. — Dijo la señora Xú al entrar a la habitación de su hijo.

El menor descansaba plácidamente debajo de las sábanas, llevaba puesto su pijama favorita. Ella lo movió una y otra vez, sin conseguir despertarlo. Abrió las cortinas, dejando entrar la luz, pero el chico aún no se movía. Se sentó junto a él y comenzó a hacerle cosquillas. El pequeño saltó de la cama inmediatamente y comenzó a reír, mientras lanzaba patadas al aire y le gritaba que parara.

Dejó de hacerlo cuando sintió que el menor estaba completamente despierto. Sonrío, dándole un beso en la frente.

— Buenos días, mamá — Sonrío el muchacho, mostrando sus pequeños dientes. Ella negó con la cabeza, divertida, tratando de recordarle lo que habían acordado.

— Dijimos que hablaríamos coreano en casa también, ¿recuerdas?

—  Lo siento, lo olvidé — Contestó hablando en chino, rápidamente, se corrigió.

La señora Xú sonrió satisfecha, y miró por la gran ventana.

— Oh, adivina quién está ahí.

El pequeño imitó su acción y palideció al ver a Soonyoung. Gracias a las grandes ventanas de la casa de al frente podía notarse todo lo que pasaba. Ming salió de la habitación corriendo, avergonzado. Y la señora Xú soltó una risita.

 because it's you × h8shiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora