Capítulo 29

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Ha llegado el momento y solo veo preocupación en el rostro de Theo.

—No puedo tener a mi hija aún, su padre no ha llegado y...

—La niña ya esta lista Pamela, no podemos simplemente esperar a que su padre llegue —dice seria la doctora.

Se acerca a Theo y le dice unas cosas que no logro escuchar, toca su hombro y lo deja ahí ¿Por qué lo está tocando? ¿Quién se cree? Tengo que tranquilizarme, Theo levanta la vista y sus ojos se ven tan apagados e indecisos; me acerco a él sin importarme que le moleste mi atrevimiento... Lo abrazo y la doctora quita su mano.

—Ella entenderá —susurro en su oído.

Se queda callado y me abraza ocultando su rostro en mi cuello, si tan solo me diera una oportunidad... Se aleja y se sienta a lado de Pamela, la doctora se acerca y yo me quedo ahí parada, sola y nuevamente fuera de lugar.

—Pamela, Dereck no podrá llegar, lo siento pero vas a tener que traer a la niña tú —Pamela asiente mientras las lágrimas salen

—Yo estaré contigo cariño, todas estaremos aquí para ti —Michelle le toma la mano y me estira la mano para que la tome.

Miro a Theo buscando su aprobación, pero no me ve; me acerco y le tiendo la mano a Theo, me agarra y siento cómo tiembla.

—Gracias —mi voz sale entrecortada.

Me siento en familia, me siento segura, amada y parte de ellos; tal vez para muchos es ridículo, pero para mi lo es todo... Siempre fuimos Anabell y yo, ahora tenemos una familia y no estamos tan solas.

Los paramédicos entran y jalan la cama dónde está Pamela, Michelle se intenta peinar y sale antes que los paramédicos; este es el momento de irme, no quiero incomodar a Theo.

Se la llevan y quedamos Theo y yo solos en la habitación, no notará mi ausencia estará tan feliz de por fin tener a su hija y a su familia junta; veo a Theo y él solo mira a otro lado, sigue molesto y no sé la razón, camino a la puerta para irme.

—Ella se molestara si no estás —me detengo y lo veo mirarme.

¿Por qué no solo dice que no quiere que me vaya?.

—No creo que me necesite tendrá una hermosa criatura en sus brazos cómo para notar mi ausencia —me volteo y abro la puerta

—Marily, no te vayas —suplica

—¿Por qué no, Theo? —pregunto sin verlo

—Por qué... Yo... —Solo di que me necesitas y me quedo, solo dilo —Porque no quiero que la gente diga que mi prometida se fue y me dejó sólo.

Siento cómo esas lágrimas traicioneras salen mojando mi rostro, dejando una huella de mi dolor, no puedo quedarme, no de esta manera; me duele pero decidí saber qué es esto que siento por él.

—No es suficiente, Theo —salgo cerrando la puerta.

Camino por el silencioso pasillo, controlando este dolor que me oprime y me desgarra, provocando un dolor insoportable.

Salgo del hospital y veo a César parado afuera del auto esperando por mí, me abrazo a mi misma y entro sin mirarlo, no quiero causar lástima... Me pongo el cinturón y César conduce en silencio, no sé por qué arriesgo así mi corazón, solo me estoy engañando a mi misma, jamás me verá con amor, jamás seré su todo; solo es una estupidez que me creé para no sufrir, pero así sufro más.

Pero no sé qué hacer, ¿Me rindo? ¿Me quedo solo con la ilusión de lo que pudo ser? ¿Lucho por él aunque yo sea quien sufra en el trayecto? ¿Vale tanto? malditas preguntas sin respuesta...

AMOR © (Tú, simplemente).Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt