La esperanza en un mundo muerto

Viejas amistades

—tírate al piso—dijo el hombre, James giró la cabeza solo para ver cómo Lily estaba siendo sujetada por un hombre de cabello pelirrojo y al instante asumió que era el hermano de la chica.

—Revisa a la chica—ordenó el hombre indicándole a la pelirroja.

—tomen lo que quieran, pero no le hagan daño—pidió James el miedo se podía reflejar en su rostro

—solo queremos el auto—afirmó el hombre que sostenía a James—tenemos que llegar rápido a la cuidad libre de muertos—agregó aquel hombre.

Las preguntas bombardearon la cabeza de James ¿a caso se referían a la misma ciudad a la que él pensaba ir? ¿Y cómo sabían de la ciudad?

—solo tiene una arma—aseguró la chica, cuando termino de revisar a Lily.

—revisa el auto—ordenó el hombre que sujetaba a James, la chica obedeció y entro al auto de manera inmediata

—la cuidad que mencionaste ¿cómo sabes de ella?—preguntó James al hombre que lo sostenía.

—encontré un mapa con la ubicación de varias ciudades que están libres de esos muertos andantes—respondió.

—¿Como puedes saber que es verdad?—dijo James esperando una respuesta.

—mi padre era militar, ellos difundieron los mapas poco después de que se detonará todo esto—respondió el hombre y antes de que James preguntará otra cosa la chica pelirroja lo interrumpió.

—hay dos mochilas repletas con comida—dijo la chica mientras salía del auto.

— deja la que tenga más y dame la otra—ordenó nuevamente el hombre que sujetaba a James.

La chica se acercó al hombre y le entregó la mochila con menos cosas, el hombre dejó la mochila a lado de James.

—lo siento, pero tengo que cuidarlos, estoy seguro que lo entiendes—dijo el hombre—espero y lleguen a la cuidad—añadió aquel hombre.

Los tres subieron al auto y emprendieron su viaje, James y Lily solo pudieron ver cómo el auto se perdía en la carretera.

—¿que hacemos ahora?—preguntó Lily mirando fijamente a James.

—tenemos que seguir—respondió el chico sin mirarla

—¿qué? solo tenemos comida para un día, no tenemos trasporte, solo tenemos una arma con seis balas, ¿como se te ocurre que llegaremos?—dijo Lily y poco a poco fue elevando la voz hasta llegar a los gritos.

—no lo sé, solo quiero que estés a salvo y no preocuparnos por lo que pase después—contesto James—ellos se dirigían hacia allá, me lo dijo el hombre—añadió el chico.

—¿el mismo que te sujeto y nos robo el auto y la comida?—dijo Lily mirando con enojo a James—cómo puedes confiar en lo que el diga—agregó Lily.

—no confío en el, creía y confiaba en John y si él creía que esa cuidad era segura, iremos—afirmó James con tono de autoridad.

–¿y como propones que llegaremos?–dijo Lily rindiéndose, pues sabía que no podía ganar esta discusión.

—caminaremos y con suerte encontraremos comida y algo en que ir más rápido—dijo James sonriendo a la chica.