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El sonido de una canción hace que me vaya despertando. La música se oye lejana, como si estuviera en la otra punta de la casa. Sé que eso no es posible, las paredes están insonorizadas. La música suena en mi habitación. Cada vez me voy despejando más, distinguiendo las voces. Es una canción antigua, de la época de mi abuelo. Empieza a entrar luz por la ventana y me da justamente en los ojos. Gruño y oigo una voz distinta a la de la canción.

—Señorita Stark, debe levantarse.

Doy media vuelta en la cama y miro para otro lado, así no me dará el sol en la cara.

—Señorita Stark, sus abuelos la están esperando.

Abro el ojo izquierdo e intento acostumbrarme a la luz. Me incorporo, con el ojo derecho todavía cerrado. Me acerco a la pared de grafeno y leo el nombre de la canción que estoy oyendo: Should I Stay or Should I Go. Me encanta esta canción. Es la que sonaba momentos antes de que Tony Stark nombrase Directora Ejecutiva de Industrias Stark a Pepper Pots. Paro la música y miro la hora. Las siete menos cuarto. Resoplo y cambio el reloj por un espejo. Me peino las cejas y busco algo de comer en la mesilla de noche.

—¿No se acuerda de qué día es hoy?

—No, F.R.I.D.A.Y, pero seguro que me lo recuerdas.

—Hoy es el cumple de su abuelo, Tony Stark.

Trago la media galleta que tenía en mi boca y vuelvo a cambiar el espejo por un calendario. Es una de las ventajas de que la mayor parte de lo que nos rodea esté hecho de grafeno, que una simple pared es a la vez un espejo y una agenda personal. Miro el día que es hoy.

—¡Mierda! Lo había olvidado. F.R.I.D.A.Y, ¿dónde he dejado el regalo?

—Debajo de la cama.

—Cierto. Muchas gracias.

—No me las dé.

Busco el paquete donde me ha indicado. Encuentro la caja y algo cilíndrico. Salgo de debajo de la cama y veo de qué se trata. Es el dedo de la armadura que estoy creando.

—F.R.I.D.A.Y., hazme el favor de abrir el armario "especial"— digo bajando la voz.

En la pared que está enfrente de la cama se abre una puerta camuflada que deja ver un armario. En él está mi traje, el traje en el que estoy trabajando desde hace más de un año. Coloco el dedo en su sitio y cierro la puerta.

—Recuerda no decir nada de esto a los abuelos.

—Descuide.

Después de cambiarme de ropa, bajo las escaleras hasta llegar al comedor, donde mi abuelo está sentado en una silla mirando, a través del ventanal, las maravillosas vistas que tenemos delante. Me acerco por detrás y le doy un beso en la mejilla. Sonriendo le doy el paquete que tenía escondido debajo de la cama. Al ver la caja se entristece y me mira decepcionado.

—Pensé que serías como yo, que te olvidarías de mi cumpleaños y me mandarías que me comprase a mí mismo algo bonito.

—Casi todo lo que me has comprado de esa manera por mi cumpleaños ha resultado ser un buen regalo— dice mi abuela, que llega desde el despacho.

Río para mis adentros y acompaño hasta la silla a mi abuela.

—Dime, abuelo. ¿Qué se siente al tener 91 años?

—Lo mismo que ayer, sinceramente. Pero tranquila, gracias a mis nuevos proyectos viviré mucho más— dice poniéndose la mano en el pecho y mirando al collar que lleva mi abuela.

No entiendo ese gesto, pero no hago más preguntas. Me limito a hablar un poco con ellos, de lo que haremos mi abuelo y yo por la tarde y de que debería atender más en el colegio. Sin entretenerme mucho más cojo la mochila y, con la boca llena de tortitas, salgo por la puerta, directa al coche. En la entrada está Happy Hogan Junior, sujetando la puerta del coche y esperando a que yo entre en él.

—Buenos días, Happy— digo mientras tiro la mochila al interior del vehículo—. ¿Qué tal está la familia?

—Está bien, gracias.

Entro y me pongo el cinturón. Una vez en movimiento y tras asegurarme de que Happy no va a girarse en ningún momento para ver qué tal estoy, saco un cuaderno y boli. Me avergüenza tener algo tan rudimentario, pero es lo único sobre lo que puedo trabajar que no va a ser investigado y controlado por mi abuelo o por cualquier otra persona. Abro el cuaderno por la página donde me quedé anoche. En ella está el boceto de mi armadura. Sé que es extraño que esconda el hecho de estar creando un escudo que proteja por completo al hombre, pero tengo mis razones. Hace un par de años oí a mis abuelos hablar de Ironman. Hablaban como si nadie pudiera saber de su existencia y nunca había oído a nadie más mencionarlo, por lo que deduje que no era algo que estuviera permitido conocer, al menos para mí. El nombre me hizo pensar en lo que podría ser ese tal Ironman y comencé a crear uno yo misma. Llevo mucho tiempo trabajado en este proyecto, al cual he llamado Ironwoman para darle mi propio toque. Lo tengo prácticamente listo, pero hay algo que falla, algo que impide que funcione como debería hacerlo.

—Me ha contado tu abuelo que hoy no tienes ni boxeo ni judo — dice Happy, mientras yo guardo mi cuaderno en la mochila—. Para estar con él, ¿no es así?

—Sí. He avanzado mucho en estas últimas semanas, según dice mi entrenador, por lo que si algún día me salto la clase no pasa nada. Además, al ser el cumple del abuelo quiero estar con él. Nunca se sabe si va a ser su último año...

—¿Tony Stark muriendo antes de hacer algo impresionante por última vez? Lo dudo mucho. Antes muere de aburrimiento.

Sonrío. Happy es como de la familia, o al menos así lo trata mi abuelo.Miro por la ventanilla del coche y veo que nos acercamos al Instituto.Inmediatamente me pongo las gafas de sol y cierro mi mochila.

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PRIMER CAPÍTULO.

ESPERO QUE OS GUSTE. LLEVO MUCHO TIEMPO PLANEANDO ESTA HISTORIA Y QUERÍA VER QUÉ TAL QUEDABA ESCRITA EN WATTPAD.

NADA MÁS QUE DECIR. DISFRUTAD LEYENDO Y YO DISFRUTARÉ ESCRIBIENDO. 😊

The New Avengers/ TERMINADAWhere stories live. Discover now