Capitulo 18.

2.2K 114 4
                                    

Me costaba diferenciar entre lo que era real y lo que no, en lo que soñaba y lo que realmente ocurría. Escuchaba una voz, no sabía de quien, debería ser de Alessa, ella había ido a buscarme, quería decirle que lo sentía, pero no tenía el control de mí mismo, quería agradecerle, lo sano seria alejarme de ella, no debería seguir...utilizándola, sí, eso hacía, ella lograba hacerme sentir mejor, llevarse el dolor, pero al final la utilizaba, porque, bueno, no podía explicar de otra manera mi necesidad de tenerlo cerca, se supone que yo amo a Jessica, no, yo debo amar a Jessica.

Jessica era desde la secundaria la chica más guapa, la que todo chico deseaba, yo la amaba desde entonces, hacia todo lo posible para que notara mi presencia, pero mi juventud temprana no había sido mis mejores años debía decirlo, el chico con gafas que amaba los libros y las clases de historia, no era precisamente atractivo para una chica como Jessica, que amaba la adrenalina, y andar de fiesta en fiesta, entonces me empeñe en mejorar, en convertirme en el chico que ella desearía, así lo hice, antes de ingresar a la universidad comencé a salir con Jessica, ella era aún más hermosa, capitana del cuadro de Danza, y yo, bueno, probé suerte con el futbol, me quite las gafas y conserve mi amor por los libros como mi más íntimo secreto, las personas empezaron a llegar, era un nuevo mundo, así se sentía ser alguien, era como si lo tuviera todo, un equipo, gran cantidad de amigos y la novia más hermosa de todas.

Más a pesar de eso, siempre me falto algo, no sabía que, ignore la sensación, Jessica fue mi novia durante los cuatro años en la universidad, estudiando historia, sabía que quería ser profesor, ella me sugirió dedicarme completamente al futbol, pero sabía que a pesar de que muchos decían que era muy bueno en ello, no cumplía mis expectativas, no me veía toda mi vida corriendo atrás de un balón. Hoy agradezco haber ignorado su consejo, más lamento no haber escuchado a mi hermano y mis amigos, a ellos jamás les agrado Jessica, decían que simplemente no era el tipo de chica que tenían pensado para mí.

"Lo suyo es superficial Gianluca" recuerdo claramente las palabras de Ernesto, era como volver a vivir esa discusión - "Acaso ella se fijó en ti cuando eras aquel chico de gafas obsesionado con libros de hojas amarillentas, finges ser alguien que no eres solo para tenerla a tu lado"

-"Si la quiero a mi lado es porque la amo, no crees?"- le dije enojado.

-"No, tu estas obsesionado con ella, eso es todo, obsesión, no amor, es como tu pequeño trofeo, el trofeo que te hace sentir alguien que no eres"-

-"Este soy yo"

-"Claro que no, mírate, usas esos lentes de contacto que tanto odias, vas de un lado a otro, de fiesta en fiesta cuando tu odias salir, tus conversaciones son cada vez más vacías, tienes tus libros escondidos para que nadie los vea y Jessica es cada vez más odiosa, como no puedes ver que ella es una .."

-"No te atrevas a decir nada sobre ella, porque te olvidas que tienes un hermano"

"Eso es cierto Gian, yo ya no tengo un hermano, porque este que está parado frente a mí, simplemente no es"

Fueron tantas discusiones con Ernesto, Ignazio y Piero, tantas veces ellos me dijeron que Jessica no era la chica que pensaba que era. Lo descubrí de la peor forma, aquella tarde que la visite en su casa, quería darle una sorpresa, la llevaría a cenar y le pediría matrimonio. La sorpresa fue para mí, esa tarde la encontré con Michael, mi amigo, en una situación que prefiero no describir. Mi mundo se derrumbó entonces, me sentía el idiota más grande del planeta, traicionado y burlado.

La imagen de Jessica llega a mí, caminando con su ropa de última moda, con sus labios color rosa que solía usar, su sensual cabellera rubia hasta la cintura, seguía tan hermosa, tan deseable, se acercó a mí y comenzó a desabotonar mi camiseta, mis sentidos palpitaron en alerta, mi corazón se aceleró tal cual la primera vez que la bese , la primera vez que la hice mía, cerré los ojos y sentí su aroma, su presencia, era todo lo que necesitaba, si, era tonto, le había entregado mi corazón y me había pagado con la más baja traición, pero aún no lograba matar el sentimiento.

-Jessica-le dije casi suplicante, su traición me había dolido, pero era evidente que no podía olvidarla- Jessica, yo te amaba tanto....

Entonces sus brazos se apoyaron en mí, y mis sentidos se estremecieron, sentí que me dejaba, mi instinto me dijo que no la dejara, pero al abrir los ojos no la vi a ella, fue mucho mejor, era una dulce imagen, suave, una linda mujercita, casi como un ángel, los ojos más bonitos del mundo, me miraban con ternura y encanto, nunca había recibido una mirada así, era Alessandra, ella había causado ese efecto en mí. Sentía como mantener los ojos abiertos era cada vez más difícil, pero de ese vacío que sentía, de una manera que no podría explicar había desaparecido, que bien se sentía, era como haber encontrado una pieza de mí.

-Alessa-mi voz era como un susurro-ahora siento que si te pierdo, me pierdo a mí mismo.-fue todo lo que mis fuerzas me permitieron decir, no había nada de racional en mí, se sentía todo tan real, aun no tenía certeza que esto estuviera pasando, solo sabía que si esto solo estaba en mis sueños, no quería despertar.

Il Mio Professore / Gianluca Ginoble (Il Volo)Where stories live. Discover now