ⅩⅧ El deseo de otra dimension

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Apareció en su casa, Clary Fairchaild apareció en su casa como si nada de lo que había pasado hubiese y valga la redundancia, pasado. Miro a todos lados sin dar crédito y cuándo volvió su vista a la mesa, a ella llegaba un hombre de playera azul colocando platos en la mesa. Ella supo que era Valentaine en cuanto lo vio así que tomo lo que pensó funcionaría como un arma, el cuchillo de la mantequilla lo blandió en el aire cono si fuera una espada y dijo:

-¿Dónde está mi madre? – a lo que el hombre rio

-¿Esto es para una obra de teatro? – y se giró para gritar – He cariño, tienes que ver esto. – luego se giró a Clary quien aún tenía el cuchillo en las manos y prosiguió – No enserio, tienes que dejarme ver que haces en esas cosas.

-Val, tú no puedes ir a esas cosas. – dijo Jocelyn entrando a la cocina

-Mamá. – Clary corrió hacia su madre abrazándola fuertemente

-Vaya, si nos extrañas sólo deberías visitarnos más seguido. – Jocelyn rio ante el abrazo de la pelirroja

-Claro, lo siento. – por un segundo había olvidado que esta era otra dimensión y que las cosas aquí eran diferentes a cómo las conocía.

Miro el lugar y se encontraban pinturas de su madre que firmaban con el nombre de Jocelyn Morgestern.

-Clary. – llamo su atención Jocelyn – Por la loca fiesta de tu padre esta noche.

-Tu madre hizo waffles para ti. – dijo Valentaine – Vamos hija, debes comer algo.

Ella lo miro extrañada porque nunca había tenido un padre a quien viera como tal, claro que estuvo Luke. Pero siempre quiso saber que era tener un padre quien te había dado la vida y había visto por ti desde pequeña.

-Clary, ¿Cuándo me vas a presentar a este nuevo hombre en tú vida? – dijo Valentaine

-Val. – lo reprendió Jocelyn

-¿qué? Tengo que dar mi sello de aprobación, ¿verdad? – el hombre sonrió bastante relajado.

-Oh Clary, mira este comercial es muy divertido. – dijo su madre y ella le sonrió, nunca había tenido un momento como aquel y aunque no le perteneciera comenzaba a gustarle. – Es tan malo que es bueno.

Ella miro la tele bastante sonriente y se encontró con Luke y Hodge hablando para un infomercial de un brujo que leía las cartas. Frunció el ceño y recordó que hacia aquí, el brujo era Magnus Bane quizá su única ancla a la antigua dimensión.

-Tengo que irme. – por mucho que la estuviera pasando bien, ella no pertenecía a aquella dimensión y debía irse.

-Creí que ibas a pasar la mañana con nosotros. – le dijo Valentaine cuando ella se puso de pie dispuesta a irse.

-Tengo una tarea de último minuto que ni siquiera he comenzado. – dijo corriendo

-¿Te vamos a ver en la fiesta? – dijo Valentaine antes de que se fuera - ¡Clarisa!

...

Caminó por dónde antes solía hacerlo hasta la cafetería que frecuentaba con Simon con la esperanza de que estuviera ahí.

-Oye. – alguien la tomó por detrás - ¿Dónde estabas?

-Simon. – lo tomó por los hombros alejándolo del sol – Sal del sol

-Oye, ¿qué diablos? – dijo Simon algo confundido – Conozco esa mirada, invasión de cafeína. ¡Vamos, Clary!

-Simon, hoy no tengo tiempo de café

Sober; a.l ®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora