4.- Monologo de Lancuyen

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Capitulo 4: Monologo de Lancuyen

-Oh, ¿sintieron eso?- la voz del mayor del grupo, el lobo con cara de pocos amigos que siempre sigue a papá a todos lados, se oye extrañamente sorprendida. Aun no me acostumbro a tener todas sus voces en mi cabeza y mucho menos a sentir esta especie de conexión sentimental con ellos, pero me ayuda mucho a entender que ocurre.

-¿Te refieres a esa sensación sobre la piel como si me estuvieran arrancando mi hermoso cabello? Pues sí, lo sentí.- Tomohisa, el beta de la manada se detiene unos pasos por delante de nosotros obligándonos a detener nuestra carrera.- fue bastante desagradable.

-Eso significa que dejamos de estar atados a un territorio.- otra vez el de cara agria, omm, Yves.- ahora no tenemos un lugar propio, pero esos nos beneficia ya que estamos siendo perseguidos.

Papá no ha hablado en todo lo que llevamos de viaje, luego de pasar uno o dos territorios aledaños a la casona, se sumió en sus pensamientos. Tal vez, no está listo para ser un nómada. Después de todo, hay algunos que nunca se acostumbran y terminan en luchas por territorios o uniéndose a manadas más grandes.

Entre comentarios, Tomohisa reanuda la marcha a un ritmo más moderado. La tierra bajo nuestras patas se siente lodosa por la lluvia de hace días, y según Eitan, volverá a llover pronto. Yo no sé, pero las nubes grises que se ven entre las ramas de los arboles no se ven nada lindas. Puede que papá este preocupado por eso, ya que madre está con nosotros hay que tener mayor cuidado al avanzar. Madre es una mujer fuerte y la lluvia no le hará nada, pero aun así es una mujer. Buscan un lugar donde descansar y refugiarse del frio y la lluvia es el trabajo de los hombres...aunque creo que madre haría un mejor trabajo encontrando un buen lugar.

-Terminemos de cruzar este territorio antes de que caiga la noche.- Es lo único que papá ha dicho y todos aceleran el trote hasta que los árboles se convierten en borrones a nuestro lado. Aun así, pareciera que este lugar es muy grande, mi nariz no puede sentir el límite, aunque supongo que Yves sí. Él y Tomohisa van a la cabeza guiándonos lejos del aroma concentrado del líder de este lugar, algo en ese olor no me agrada. Que bien que papá no quiso quedarse aquí.


Las estrellas son totalmente visibles ahora, los árboles se terminaron antes de que anocheciera por lo que disfrutamos de un poco de sol (que logro traspasar las feas nubes) y aunque no durará mucho (ya que las feas nubes se están moviendo) podemos ver las estrellas.

Lamentablemente, no pudimos atravesar el territorio con malas vibras, según los mayores ya queda poco para que pasemos a otro territorio pero estar aquí en la noche me da una sensación de miedo y vacío. Creo que papá se dio cuenta de esto ya que ahora corre muy pegado a mí y madre me sonríe cada cierto tiempo. Me hace sentir reconfortado pero el pelaje erizado en mi lomo no lo baja nadie.

Por fin, atravesamos la frontera al otro territorio. De inmediato se pueden oír aullidos que no oímos en el que acabamos de dejar, aullidos de bienvenida. Papá responde con un aullido largo y animado, en los rostros de todos se pueden ver sonrisas relajadas. Al parecer, a ninguno le agradaba el otro lugar. Metros por delante de nosotros, veo una nueva hilera de árboles y las nubes terminan por cubrir el cielo (tapando las lindas estrellas).

-Adentrémonos un poco, tenemos que encontrar un lugar alto y lo suficientemente cubierto.- Todos asienten a las palabras de papá, que tiene una expresión adormilada, madre en su espalda parece totalmente dormida.

Dentro del bosque, un lobo de color negro con el hocico blanco, nos detiene. Por su porte y la manera en que nos mira, parece ser el alfa. Papá se coloca frente a todos y se acerca al otro lobo, ambos se observan durante unos minutos que se sienten muy tensos. Es algo normal que los alfas, o algún lobo de la manada, evalúe a los nómadas que entran en sus territorios, casi nunca corren a las manadas pero es una posibilidad y están en su derecho. Pero esta manada ya nos dio la bienvenida.

-Soy Leonard, el alfa de este territorio. Les damos la bienvenida.- El hombre parece contento de tenerlos como visita, bueno, es algo natural. ¿Quién no quiere a los nómadas? Tal vez papá no lo sepa (aunque él lo sabe todo), pero ser nómada significa conocer la historia y llevar la sabiduría allá a donde acampen. Por eso las manadas sedentarias aceptan de buena gana que otros lobos entren y se queden en sus territorios.

-Gracias. Soy Tatsuya. Como vez, somos una manada pequeña y solo estamos de paso por esta noche.- papá explica rápidamente nuestra situación, papá en verdad sabe todo. Es de buena educación anunciar el tiempo que estaremos aquí.- Si nos lo permite, nos gustaría ocupar un lugar a resguardo, mi mate, la chica sobre mi lomo, no es un lobo como nosotros.

-Entiendo, síganme. Cerca de aquí tenemos unas cabañas que precisamente estamos usando. Podrán comer algo caliente y descansar esta noche.- mientras habla, unas gotas heladas caen en mi nariz haciéndome saltar hacia atrás. Eliot y Eitan se ríen pero sus expresiones cambian cuando la lluvia les cae encima dejándolos empapados.

-Genial, en verdad iba a llover.- papá y Leonard emprenden la marcha rápidamente, hay que llegar antes que el suelo se coloque resbaladizo y podamos tener un accidente. Madre esta despierta ahora, pero no parece molesta por estar toda mojada y posiblemente helada. Incluso, sonríe mientras mira hacia arriba. Las gotas empapan su cabello rojo oscureciéndolo, se ve como verdadero fuego.

No lejos del lugar donde nos encontramos con el alfa, estaban las cabañas que menciono. La puerta de la más grande, que está al centro de otras cuatro cabañas, se abre y una mujer de avanzada edad se queda de pie en el umbral. Luego de unos segundos da unas cuantas órdenes las personas dentro del lugar y sale a recibir al alfa con una manta. Madre baja del lomo de papá con cuidado y ayuda a una chica (que salió de la cabaña) a repartir mantas a nosotros.

Todos se cubren con ellas antes de cambiar de forma, lo que me parece extraño, pero hago lo mismo. Hay muchas cosas que no se, a diferencia de papá, él lo sabe todo.

 Hay muchas cosas que no se, a diferencia de papá, él lo sabe todo

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*~ Bueno, como se habrán dado cuenta, este cap lo relata Lancuyen. Ya en el siguiente Tatsu retoma el relato. ¿Les gustaría que haga mas capítulos así? (Siguiendo el hilo argumental pero que otro de la manada lo cuente) Diganme sus opiniones 

Fue un cap corto (por lo mismo) pero las recompensaré en el siguiente. No he escrito mucho últimamente ya que tengo mucho que leer en la U y aunque me encanta leer y escribir, entenderán que ver letras todo el día sobrecarga el cerebro. 

Y aunque no lo crean, llegamos a una parte importante (de la primera mitad de este libro) ya que es la primera manada con la que hacen contacto. Ok, no les cuento mas, sigan leyendo y 

NO OLVIDEN VOTAR :3 ~*

Aún Si No Me Escuchas II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora