Capitulo 43

78 2 0
                                    

Narra Aitor.

Vi salir a Maddie de la habitación estaba preciosa como siempre. No me he lanzado a sus brazos porque ella ama a Alex y no quiero entrometerme en su relación. Pero se que ella también me quiere a mí, entonces esperare hasta que Alex meta la pata una vez más, que lo hará, y ahí aprovecharé yo para conseguirla.

Madison fue a la cocina y salio con una tarrina de helado en la mano, se sentó en el sofá y comenzó a comérsela. Y supuse que o estaba triste o enfadada. No suele comer helado si no está de bajón, sabe que eso engorda y su mayor obsesión es no coger peso.

-Mad ¿que ha pasado?

-Nada. Alex que es gilipollas y no le soporto. Cada día está más tonto.

-¿Solo eso?

-Sí. Sólo eso. ¿Ponemos una película?

Sonreí y asenti, la abrace, la quite el helado y vimos una película tirados en el sofá tranquilamente mientras comíamos pizza ya que Madison no había comido y el helado no es comida además de que de aquí a un rato se arrepentirá de haberlo comido e intentara vomitarlo y eso es un paso atrás en su avance.

Después de un rato de calma viendo la película llego Alex que se sentó en el sofá individual. De vez en cuando nos miraba de reojo y ponía caras raras al vernos tan juntos.

Ya después de un largo rato bese la cabeza a Maddie a lo que ella sonrió con ternura y beso mi mejilla. Volvió a acurrucar su cuerpo pegado al mio y se fue quedando poco a poco dormida. Me alegra saber que por lo menos esta vez no la han hecho falta pastillas.

Al finalizar la película la levanté del sofá y la lleve a su cama. Bese su frente y la tape con la sabana, ella se recolocó, agarró la sabana y se quedó dormida del todo.

Salí de la habitación, cerré con cuidado la puerta y recogí los plásticos de la pizza.

Las familias se habían ido hacía un rato, Begoña se fue a visitar Porto Cervo y Héctor y Ana se fueron a tomar algo. Así que solo quedábamos en la casa Alex, Madison y yo.

Después de recoger me senté en el sofa a la espera de que llegarán los demás.

-Aitor, ¿que te traes tú con Maddie? ¿Que hay entre vosotros?

-Nada. Amistad, somos grandes amigos, nos conocemos desde pequeños, he hecho las prácticas en la empresa de su padre.

-Vale. Como sepa yo que pretendes otra cosa con ella, te mató lo juro. Madison es mía. No me gustas y se que por tu parte hay algo más que amistad hacía ella.

-Tranquilo Alex, no tienes de que preocuparte, ella te ama.

En ese momento entraron todos por la puerta. Se aproximaron a nosotros y saludaron tranquilamente, se acomodaron en los sofás y en la alfombra. Hablamos de todo un poco, de cuanto faltaba para la llegada de Ismael, Cristian y Laura. Que se suponía que vendrían en 2/3 días como mucho para pasar aquí unos días y luego volver a España se nuevo.

Después de mucho tiempo hablando decidimos irnos a la cama, estábamos bastante cansados, había sido un día de lo más productivo.

Me puse el pijama y me tumbe en la cama a pensar en Madison. Hoy por lo que se veía estaba realmente enfadada con Alex, ha tenido que ser una pelea muy fuerte, y aun enfadada se veía la persona más guapa del mundo y me está gustando cada vez más. Si en una semana no han vuelto intentare enamorarla. Si eso haré. Me acurruque en la cama y me quedé dormido a los pocos minutos.

Narra Madison.

Me levante y fui a la cocina, no sabía quien me había acostado anoche pero daba igual, hacía tiempo que no descansaba tan bien. Al llegar a la cocina estaba Ana sentada en una banqueta, me aproxime a ella y me senté a su lado.

-Ana ¿que haces tan pronto levantada? Son menos de las nueve.

-Pues hablar con tu hermano y preparar todo para cuando lleguen. Mad ¿ podemos hablar de cuñada a cuñada?- asenti.- Tu hermano me gusta muchísimo. Pero tengo una duda. ¿Naira me aceptará?

-Naira es mi sobrina ¿verdad? -ella asintió- Por lo que tengo entendido es un encanto de niña. Así que supongo que os llevaréis muy bien, yo es que aún no la he conocido, pero si es como mi hermano le vas a encantar, a toda la familia le encantas, ella no será la excepción.

-Gracias, siempre es de ayuda hablar contigo. ¿Quieres desayunar?

Asentí y desayuné con ella mientras hablábamos con mi hermano que nos había llamado hacia como diez minutos. Reíamos y vacilabamos mutuamente a través del teléfono antes de colgarnos indignado por nuestros comentarios.

Poco después se levantaron los demás y esperamos a que viniese mi hermano que ya había partido hacia aquí. Así que en hora y media, dos horas llegarían a la casa. Estaba nerviosa, hacía bastante tiempo que no le veía.

Después de llegar mi hermano y hablar un buen rato con el sentí otra vez ese extraño dolor,  cada día se intensificaba un poco más.  Ya se me empezaba ha hacer muy molesto, me eche la mano al abdomen y me levante para ir al baño, vomite lo que había comido en las últimas 24 horas. Cada vez me encontraba peor, y ya no estoy tan segura de que sea estrés.

-¿Estas bien?- asenti- ¿ segura?

-Si, solo es que me ha sentado mal la mezcla del helado, la cena y el desayuno. Alex estoy bien, tranquilo.

-No soy Alex, soy Aitor.

-Lo siento, pensé que era Alex.- volví a vomitar, sujetó mi pelo y acarició mi espalda- Igualmente gracias. Estoy bien. Por favor no le digas a mi hermano ni a Alex.

Me incorporé, me lave la boca y salí del baño junto con Aitor. Nos sentamos en los sofás y seguimos hablando tranquilamente, seguro que este dolor se me acaba pasando.

****
Han pasado ya 8 meses desde que empecé a bailar por Italia, hoy es mi última actuación antes de regresar a España de forma definitiva. Estaba contenta por como había disfrutado de esta tierra, me sentía bien aquí. El dolor después de un par de meses empezó a disminuir, no desapareció pero no era tan intenso ni constante, pero igualmente decidí ignorarlo. Sigo vomitando por culpa de este dolor pero solo Aitor lo sabe, me esta cuidando mucho. Arregle las cosas con Alex, volvemos a estar bien. Me esta apoyando mucho con todo el tema del baile y ha dejado a un lado el tema del sexo de momento.

Al finalizar la actuación mis amigos me aplaudieron y decidieron que después del baile iríamos a cenar por ahí, no me encontraba muy bien así que yo volvería a casa para poder descansar. Para que no me fuera sola Aitor decidió acompañarme como cada noche.

Entré en casa y me metí en la ducha, poco después salí y entre en mi habitación, escuche como la puerta se cerraba a mis espaldas.

Narra Aitor.

Vi como Madison salía de la ducha y ya no me pude contener más, llevaba esperando tener un rato a solas con ella desde que llegó, y por fin lo tengo. Ahora seria mi momento. Fui tras ella hasta la habitación, entré y cerré la puerta tras de mí.

InternadoWo Geschichten leben. Entdecke jetzt