Epílogo

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Nos encontrábamos en las calles de New York, Miguel, Kendall y yo.

Kendall, es el nombre de "nuestro" pequeño hijo.

Kendall, es un niño bastante tierno y lindo, su cabello es rubio, sus ojos son verdes, su tez es blanca y tiene algunas pecas en su rostro.

Cuando Kendall comenzó a crecer, a Miguel se le hacía extraño que aquel niño no tuviera ningún rasgo de él.

Pero, le inventé el cuento sobre que mi madre tiene los ojos verdes y el cabello rubio, las pecas de mi padre y la piel blanca como la de él.

Miguel se lo creyó, y por lo pronto él no tiene idea de que Kendall, no es su hijo.

Kendall tiene ahora cinco años, para mi, este pequeño, es un ángel.

-¡Mami! ¿Me compras un helado?-me pregunto Kendall mientras hacia pucheros

-Si mi amor, ahorita te lo compro-le dije a Kendall mientras sonreía- Miguel ¿Vamos o nos esperas?-le pregunte al pelinegro mientras señalaba el pequeño puesto de helados que se encontraba a la esquina

-Los espero aquí-respondió Miguel con una sonrisa

Kendall me tomo de la mano y me guió hasta el puesto de helados.

Mi pequeño niño rubio, salió feliz del puesto de helados, al tener uno de chocolate en sus manos, salimos del puesto de helados y Kendall se quedó mirando a la nada.

-Mi vida ¿Qué estás viendo?-le pregunté mientras lo cargaba como si fuera un pequeño bebé

-¿Quién es él?-me preguntó Kendall mientras apuntaba al frente de nosotros

-¿Quien mi vida?-le pregunté mientras volteaba a ver a todos lados

-Mami, bájame, ya se quien es-pataleo Kendall hasta que se deslizó de mis brazos, comenzó a correr, y tiró su helado en el trayecto

-¡Kendall, no corras!-le grite a Kendall mientras corría detrás de él, no corría tan rápido ya que tenía unos tacones que no me permitían correr con facilidad

Cuando alcance a Kendall vi que estaba observando una banca vacía.

¿Y ahora qué le pasa a Kendall que mira a la nada?

Kendall subió a la banca, y ahora ¿Está abrazando al aire?

Definitivamente, no vuelvo a comprarle helado de chocolate.

-Papi, eres tú-comentó Kendall mientras unas lágrimas corrieron por sus mejillas

-Mi vida papi no está aquí, nos está esperando del otro lado-le dije a Kendall mientras le extendía mi mano para que la tomara

-¿No ves a mi papi?-me pregunto Kendall mientras sus ojos se cristalizaron

-No-le comente cabizbaja

-Mira, esta aqui, me está abrazando-me dijo Kendall mientras tomo mi mano

Y fue entonces cuando lo vi.

Kendall abrazaba a un chico bastante atractivo, tenía pecas en su rostro, sus ojos son verdi-azules, su tez tan blanca como la nieve, su cabello pelirrojo, y al observalo me di cuenta que este chico, si era padre de Kendall, se parecían bastante, era como si Kendall fuera una réplica chica de aquel muchacho.

-______-comento aquel muchacho mientras tomo mi mano

Cuando sentí el tacto de la mano de el chico con la mía, al instante aparecieron miles de recuerdos de él, aquel chico, fue mi compañero de trabajo en las clases de Biología, el chico del cual estaba enamorada hace bastante tiempo atrás, y por mas loco que suene mi ángel guardián.

-Alonso-le dije al ojiazul mientras entrelazamos nuestras manos-¿Porque no pude verte antes y Kendall si?-le pregunte al pelirrojo mientras observaba sus hermosos ojos

-Tu padre borro tus recuerdos hace cinco años atrás, y Kendall es nuestro hijo, así que es mitad ángel y mitad mortal, él puede ver a los ángeles, cosa que los humanos no pueden

-Alonso ¿Que va pasar si Miguel se entera de que tu eres el padre de Kendall y no él?-le pregunté al ojiazul con lágrimas en mis ojos

-¿Jos? No, no lo hará, no tiene ni idea de la existencia de los ángeles-me comentó Alonso mientras fruncia el ceño

-¿Jos? ¿Miguel se llama Jos?-le pregunte al ojiazul confundida

-No exactamente, asi le decian en el inframundo, era un apodo, su nombre completo es José Miguel Canela Rivera, y bueno, él ya no recuerda nada de los ángeles, porque una mitad de él murió y la otra no, y fue entonces la corte de ángeles caídos decidieron desterrarlo de el inframundo y lo hicieron un mortal como tú, y ahora ustedes están juntos, y son felices, cosa que yo no pude hacer por ser un ángel, pero nunca olvides algo ______, todo este tiempo y toda la eternidad yo te voy a seguir amando-fue lo único que dijo cuando desapareció poco a poco con una gran sonrisa en su rostro

-Mami ¡Ya recordaste a papá!-dijo Kendall emocionado

-Si-dije con una gran sonrisa en mi rostro

-Aunque Miguel no sea mi papá, lo quiero como si lo fuera-comentó Kendall con unas lagrimas en sus ojos

-Mi vida, Miguel tambien es tu papá, puedes tener dos papás sin problemas-le dije a mi pequeño mientras revolvía su cabello

-¿Papi Miguel sabe que mi papi es Alonso?-me pregunto el pequeño

-No, no lo sabe, será un secreto entre nosotros dos ¿Vale?-le dije a Kendall mientras le extendí mi mano para que la estrechara

-¿Porque no lo tiene que saber?-me pregunto Kendall mientras hacia pucheros

-Es lo mejor para él, no quiero que salga lastimado-le comente cabizbaja

-Esta bien, no quiero ver triste a papi Miguel-me dijo mientras estrechaba mi mano con la mía

-¿Vamos con papi Miguel? De seguro estará preocupado por nosotros-le dije a Kendall mientras lo cargaba en mis brazos

-Vamos con papi Miguel-contesto Kendall con una gran sonrisa-¿Y cuando vamos a ir con papi Alonso?-preguntó el pequeño mientras fruncia el ceño

-Mi pequeño, Alonso siempre está con nosotros-le dije mientras le mostraba una gran sonrisa

-¿Cómo lo sabes?-me pregunto Kendall mientras fruncia el ceño

-Porque Alonso es un ángel, y los ángeles nunca abandonan, como tu mi vida, eres un ángel ¿Y tu nunca me abandonarías,verdad?-le pregunté a Kendall mientras revolvía su cabello, mientras caminaba a donde nos esperaba Miguel

-Nunca mami-me contesto Kendall mientras me daba un cálido beso en mi mejilla

(...)

Quien diria que con un simple tacto de su mano, haría recordar los sucesos que me ocurrieron a los 18 años, y ahora me doy cuenta de algo.

Alonso es el ángel del amor y Jos el de la vida, según la dicha profecía.

Alonso del amor, porque gracias a él, tengo al niño mas lindo de la tierra y que amo con todo mi corazón, y Jos el de la vida, perdió su vida de inframundo, perdió la batalla, pero la ganó aquí en la tierra, ganó el amor su familia y se ganó una nueva vida en la tierra.

Después de todo, la profecía no fue tan mala como pensé, porque sin ella no hubiera conocido a dos ángeles increíbles, o mejor dicho, mis ángeles crueles.

Mis Angeles Crueles (Alonso Villalpando, Jos Canela)Where stories live. Discover now