Capitulo 1

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Estaba de muy malhumor.

Disfrutaba y adoraba su trabajo, y la verdad era que los días ocupados como ese, Lexa solía disfrutarlos mucho. Pero era imposible concentrarse en contratos, firmas, nuevos modelos, nuevas ideas y sobre todo en dirigir una empresa tan grande como Polaris Tech, con el intenso y molesto dolor de muela que en ese momento hizo que pusiera una mueca de dolor.

Cogió con sus largos dedos cubiertos por guantes de cuero, el espejo retrovisor de su BMW de color negro, y sus ojos verdes se reflejaron en él. Siempre le habían dicho que eran bonitos, hermosos, penetrantes... ella solo veía dos globos oculares verdes, que además estaban cubiertos con unas gafas sin las cuales estaba bastante ciega.

Bajó un poco el espejo y se miró la mejilla izquierda. Se veía un poco hinchada.

Maldijo y seleccionó el botón automático de llamada del teléfono que tenía integrado al auto.

-¿Si, señorita Woods?-La voz agitada de Octavia se escuchó en el moderno auto, que contaba con asientos de cuero que tenían calefacción propia y sistema de masaje.

-Octavia...-Lexa cerró los ojos masajeándose la mejilla-Cancela por favor mi reunión de las once y llama enseguida a mi dentista personal. Dile que es urgente.

-Sí, señorita Woods. Le recuerdo que a las doce tiene un almuerzo con el gerente de la empresa China...

-Cómo olvidarlo-Dijo con un suspiro-Estaré en el restaurante a esa hora-Le aseguró.

Octavia era una excelente asistente personal. Era eficiente, discreta y no hacia preguntas.

Todo lo que Lexa necesitaba.

Después de todo, ser la Directora Ejecutiva de una de las principales empresas de tecnología de Estados Unidos ubicada en Nueva York, requería una asistente que estuviera a la altura. Y Octavia lo estaba sin duda.

Lexa siempre había crecido sabiendo que tarde o temprano, se encargaría de la empresa de su familia.

No podía decirse que había tenido una infancia triste, a pesar de que siempre supo que era adoptada. Sus padres le habían dado todo el cariño y todos los lujos que podía pedir.

Pero también le habían dejado una responsabilidad que a veces no estaba segura de que como manejar.

Había tenido que privarse de muchas cosas en sus primeros años de juventud. Nada de fiestas, nada de amigos, nada de amores... lo que importaba era estar lo suficientemente preparada para tomar el cargo de su padre una vez que este hubiese decidido que era hora de hacer innumerables cruceros por el mar caribe con su esposa.

Lexa casi sonrió imaginándoselos en medio del caribe mientras ella estaba allí en pleno Noviembre congelándose el culo.

Sus padres eran el matrimonio perfecto.

Sin embargo ella nunca había podido imitarlos.

Sus relaciones habían pasado de ser nulas a ser un completo desastre.

Eso sin mencionar que le gustaban las chicas... y que era increíblemente mala coqueteando con estas. Por lo que estaba casi segura de que moriría sola.

El recuerdo de lo ocurrido en su última relación, que había acabado hacía solo un par de semanas hizo que el dolor de muela se hiciera más fuerte.

Maldijo una vez más y puso el auto en marcha.

Esperaba que Maggie, su dentista, pudiera dejarla como nueva.

****

-¿Te han dicho que tienes unos ojos muy bonitos?-Le preguntó Maggie con una mascarilla sobre su boca, mientras Lexa estaba recostada con la boca abierta y la adorable mujer metía utensilios en esta cavidad.

November RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora