Capitulo 4

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Clarke se dijo que nunca había visto un lugar como ese. Es decir, no es que ella viviera mal ni mucho menos, pero aquel lugar era una pasada.

Lexa había saludado alegremente al portero quien había mirado a la rubia y a sus tatuajes con el ceño fruncido, pero no había hecho ningún comentario aparte de darle las buenas noches a "La señorita Woods".

Clarke se preguntó cuántas veces había llegado Lexa a esa hora... acompañada.

Subieron al ascensor y se dio cuenta de que el efecto parecía estar pasando, pero aún se veía somnolienta.

-¿Estás bien?-Susurró mirándola con preocupación. Le había prometido a Octavia que la llevaría a su casa y que se aseguraría de que llegara sana y salva.

Lexa pestañeó y se quitó las gafas, mirándolos como si estos estuvieran empañados.

-Siempre odié usar gafas-Dijo de repente y soltó una risilla-En el colegio se metían conmigo porque usaba gafas.

-Yo creo que te quedan muy bien-La rubia se apoyó en la pared del ascensor.

Lexa sonrió.

-Se lo que estás tratando de hacer...-La señaló.

Clarke levantó las cejas.

-¿Ah sí? ¿Y qué estoy tratando de hacer?

-Quieres camelarme...-Rio y Clarke no pudo evitar sonreír.

Si seguía riéndose de esa forma y siendo tan jodidamente adorable, Clarke estaba segura no solo de que iba a camelarla, sino que iba a empotrarla e iba a besarla hasta que Lexa no pudiera respirar.

Pero luego recordó que era la jefa de su amiga y que ella no podía involucrarse de esa forma con nadie.

Las puertas se abrieron y llegaron a un pasillo que solo tenía una sola puerta.

-Así que vives sin vecinos... que suerte.

Lexa miró la pantalla que estaba al lado de la puerta.

-Creo que me he olvidado del código...-Estaba murmurando-Ah, no, espera... es... mmm-Apretó algunos dígitos y la puerta se abrió. Lexa lanzó un gritito de victoria y luego miró a Clarke-Mmm... ¿Es normal que mi corazón siga yendo así de rápido, Clarke? Porque estoy segura de que si llamo a mi doctor me dirá que no-Parloteó entrando a la casa y tirando sus cosas a un lado.

Clarke miró confundida dentro.

No sabía si entrar o no... no debería.

Pero lo hizo.

Por Octavia. Debía asegurarse de que su jefa estuviera a salvo.

Claro que ya estaba más que a salvo... pero de todas maneras entró y la puerta se cerró a su espalda.

El loft era enorme y era todo lo que Clarke pensaba que sería. Con colores sobrios y objetos modernos. Tenía una piscina integrada en el balcón y Clarke se preguntó cuántas veces la usaba la morena. Ni siquiera la imaginaba tomándose un respiro mientras estaba en su casa.

Excepto por ese momento.

Lexa se había dejado caer en el sofá y tenía la cabeza hacia atrás.

Parecía no encontrarse bien.

-Quiero vomitar. ¿Por qué me has dejado comer ese brownie?

-Oye, tú te lo comiste antes de que yo llagase...-Se acercó sentándose a su lado-Vives muy bien, ojos verdes.

November RainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora