Capítulo 33 Final A: "No pienso renunciar a mis dones"

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Zoey

Estaba enfrente de la silla paralizada. Estaba esperando a que ocurriese un milagro. Mi mente iba a mil por hora y no acababa de decidirme. No sabía cuánto tiempo había transcurrido desde que se fue Adón, pero yo sentía que se había ido hace horas. Me di la vuelta y me dirigí a la puerta. No quería decidir. Necesitaba mis dones para poder sacar con vida a Zeth, de lo contrario no sé si saldríamos de allí en medio de esta guerra. En ese justo momento pude escuchar como alguien arrojaba granadas y como chillaban los que la recibían. Decidí ir a buscar a Zeth y llevármelo lejos de allí. Al abrir la puerta me encontré de morros con Adón. Éste me dio un leve empujón para que me fuese hacia atrás. Me sorprendió que no estuviese Marc, en el sitio que le había ordenado su jefe. Algo más había pasado, seguro.

— Así que has decidido quedarte con tus dones ¿Cierto, Zoey?

Se quedó un momento pensativo. Se apoyó en la puerta mirándome fijamente. Empezó hablar como si estuviera haciendo un discurso.

— ¿De qué sirve el amor? Lo que importa es el poder, doblegar a todos conforme a tu voluntad. Es mejor tener dones y poder ser mejor que los demás, que vivir una historia de amor que siempre acabará mal.

— Tú no sabes nada del amor Adón, eres un ser que no siente ni padece. Eres como una roca fuerte y que no deja que ningún sentimiento entre.

— Si soy así es por culpa de Abel y de tu madre. Sobre todo de Noa que decidió irse con un segundón. No me llega a la suela de los zapatos.

Ignoré el comentario que hizo sobre Noa. Decidí atacarle directamente. Parecía que este tema le dolía bastante.

— Así es el amor, cuando es verdadero aparece de la nada y puede derribar cualquier cosa que se ponga en frente. Pero tú ya no podrás sentir eso, dado que prefieres la venganza que al amor.

Sin pensarlo saqué una daga de mi manga. Le rajé el pecho, le di un puñetazo en la cara y con la otra le tiré al suelo.

— Tranquilo Adón, esto no ha acabado ¡volveré a por ti! No dejaré que te salgas con la tuya.

Mi daga traspasó su corazón. Sabía que era inmortal y no podía morir pero al menos, esto le impediría regenerarse. Con todo el lio de Adón perdí la concentración y las luces y las cámaras volvieron a estar en funcionamiento. Me sumergí en las cámaras mientras iba corriendo por los pasillos de la ODDSI. De pronto me encontré a Marc en medio del pasillo. Estaba sudoroso y aterrado, no sabía a donde ir. Me acerqué decidida hacia él. No le dejé ni abrir la boca, le cogí del cuello y le estampé contra la pared. Marc perdió el conocimiento y se quedó como un muñeco con las piernas arriba y su torso con una postura antinatural.

Retomé el camino lentamente. No sabía exactamente donde estaba la sala donde se encontraba Zeth. Recordé lo que dijo Adón, de que podría sentir a mi alma gemela por medio de mi Sign. Cerré los ojos e intenté ignorar el ruido de voces y granadas explotando. Poco a poco sentí que mis heridas se curaban. También sentía un dolor en el pecho. Caminaba despacio. Mientras lo hacía podía notar que iba cambiando la intensidad del dolor dependiendo de qué dirección tomase. Así que, decidí ir por el camino donde me producía más daño hasta que llegué a una sala. Vi por las cámaras que en medio estaba Zeth. Estaba tumbado en una especie de cama, le habían conectado a muchos cables. Corrí hacia él y le quité todos los enchufes. Lo cargué como pude en brazos y lo puse suavemente en el suelo.

— Zeth, despierta por favor — dije tiernamente.

Le acaricié la cara suavemente, con dulzura ¿Cómo podría despertarle del coma? En ese instante me acordé de una escena de un cuento. Me acerqué y le besé en los labios, pero él no reaccionó.

Saga Dones: Dones (Primer libro)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang